Túnez apela a la unidad para luchar contra el terrorismo yihadismo que le rodea

Autores se entrenaron en Libia

Foto.- Vista de la plaza 14 de Enero de la capital de Túnez, país que conmemora hoy con tristeza y coraje el 59 aniversario de su independencia, abatido aún por el atentado yihadista que el miércoles costó la vida a 23 personas. EFE

TÚNEZ.- Túnez conmemoró el viernes el 59 aniversario de su independencia con un largo lamento y una promesa repetida en las calles: la de apelar a la unidad para evitar que el yihadismo que le rodea anegue el sueño revolucionario.

TUNES 2Miles de personas, con banderas rojas y en un ambiente festivo, llenaron la gran avenida dedicada al padre de la nación, Habib Bourguiba, que hace casi seis décadas declaró la independencia tras 25 años de lucha contra el colonialismo francés.

Una especie de fiesta redentora para tratar de espantar el fantasma del yihadismo, que el miércoles segó la vida de 21 personas -20 de ellas turistas extranjeros- en el peor atentado perpetrado en Túnez desde el cometido en 2002 en la isla de Djerba.

El país «afronta una verdadera guerra contra el terrorismo que hace imperativa la unidad nacional por la seriedad de este peligro», aseguró el presidente, Beyi Caid Essebsi, en un largo discurso a la nación.

Una guerra «que exige vigilancia de todas las partes: Seguridad Nacional, Fuerzas Armadas, partidos políticos y sociedad civil», afirmó el octogenario mandatario, que conoció a Bourguiba y trabajó con su sucesor, el derrocado dictador Zin el Abedin Ben Ali.

En la misma línea se expresaron los manifestantes, que junto a las banderas y los retratos del presidente portaban hoy grandes pancartas en las que pedían apoyo para la pequeña nación norteafricana.

«Tiene que volver el turismo. La gente no se puede amedrentar, Túnez necesita el apoyo de todos para sobrevivir. Dígaselo a todo el mundo», pedía una joven a Efe.

Autores se entrenaron en Libia

Mientras el país intenta recuperar la normalidad y la ilusión, la Policía prosigue una investigación que apunta al yihadismo que crece por momentos en todo el Sahel

En declaraciones a la prensa, el secretario de Estado tunecino para Asuntos de Seguridad, Rafik Chelly, aseguró que los autores de la masacre se formaron en las filas de la rama libia del Estado Islámico (EI) y entraron en Túnez de forma clandestina el pasado diciembre desde el país vecino.

«Sabemos que se entrenaron en alguno de los campos para tunecinos takfiries (rama ultra-radical del Islam) de Libia, en Sabratam Bengazi o Derna», este última ciudad bastión del EI en el este de Libia, afirmó.

Chelly admitió que estaban en el objetivo de la policía y que eran investigados, pero que se desconocía que pudieran estar planeando un ataque de esta envergadura.

El atentado se produjo el miércoles cuando un joven de unos veinte años armado con un fusil abrió fuego contra un grupo de turistas hispanohablantes que se hallaban en un autobús en el aparcamiento del museo del Bardo, el más importante de Túnez.

Tras esos disparos, en los que murieron siete personas -entre ellas una pareja de jubilados españoles- los atacantes retuvieron a numerosos rehenes y se atrincheraron en una zona ajardinada que existe entre el museo y el edificio vecino del Parlamento, al que trataron de acceder.

En la operación policial posterior murieron otras 14 personas, según el último balance de víctimas mortales ofrecido por las autoridades, que fija en 21 personas los fallecidos. Dos terroristas fueron abatidos.

El atentado fue reivindicado en una grabación colgada en internet por el grupo yihadista Estado Islámico, afincado en amplias áreas de Irak y Siria.

Los investigadores no descartan que los terroristas hubieran tenido apoyo logístico del grupo yihadista local Ansar al Sharia, que tiene su bastión en la región de Kasserin, una zona abrupta y montañosa pegada a la frontera con Argelia.

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