Paul Robeson, famosísimo icono afroamericano que quedó en el olvido por culpa de la caza de brujas anticomunista en los EEUU

Fuente: Yahoo Noticias Alfred López,Yahoo Noticias

lunes 18 diciembre 2017.- Muchas son las veces en las que la Historia no hace justicia con algunos personajes que, en un momento dado, la han protagonizado y han sido parte fundamental de ella. Numerosas son aquellas personas que tras haber destacado notablemente acabaron quedando, injustamente, en el olvido.

Uno de ellos es Paul Robeson y, muy posiblemente, su nombre no os suene de nada a la mayoría de quienes estáis leyendo este post (o al menos no lo habías escuchado hasta hace unos meses), pero en realidad se trata de uno de los afroamericanos más famosos de su época y cuya biografía está más llena de logros: activista, actor, cantante, abogado, entrenador y jugador profesional de fútbol americano, escritor, amigo personal de ilustres personajes como Albert Einstein o Eugene O’Neill e incluso referenciado en uno de los poemarios de Pablo Neruda.

 

A pesar de este impresionante currículo (que, evidentemente no está completo) no ha sido hasta cuatro décadas después de su fallecimiento (murió en 1976) cuando Paul Robeson ha sido conocido por las generaciones actuales y ello ha sido posible gracias al biopic que está proyectado rodarse sobre su vida al hacerse eco las redes sociales y muchos son quienes han señalado que este singular personaje fue en su época el artista más popular del mundo.

Foto.- Paul Robeson (imagen vía Wikimedia commons)

Nació en Nueva Jersey en 1898 y era hijo de un antiguo esclavo que había logrado fugarse y se había reconvertido en predicador protestante. A pesar de lo difícil que lo tenía cualquier afroamericano de su época, Paul pudo acceder (con mucho empeño y trabajo) a los estudios superiores, siendo uno de los primeros en lograr graduarse como abogado.

Tenía una excelente forma física que le facilitó el jugar como profesional en la liga de fútbol americano e intentó probar suerte el en mundo de la música y el cine. Grabo unos cuantos discos y participó en una quincena de películas (muchas de ellas como protagonistas), además de convertirse en un destacado actor de teatro, siendo el primer actor estadounidense de piel negra en interpretar el personaje de Otelo de William Shakespeare, que lo llevaría a finales de la década de 1920 a realizar una gira internacional por Europa y actuar ante los reyes británicos en el mismísimo Palacio de Buckingham.

Foto.- Pau Robeson junto a Albert Einstein (imagen vía smithsonianmag-gettyimages)

También tuvo una importante concienciación política que hizo que se involucrara en numerosas protestas antiraciales e incluso viajar hasta España para combatir como voluntario en el bando republicano con la famosa ‘Brigada Lincoln’.

Quedó seducido por la ideología comunista y en sus visitas a la Unión Soviética comprobó que allí nadie lo hacía sentir inferior a causa de su color de piel. A pesar de ser recibido y tratado como una auténtica figura en la URSS, Paul prefirió volver a los Estados Unidos y seguir su trabajo como activista, el cual compaginaba con sus facetas artísticas.

Cuando EEUU entró en la Segunda Guerra Mundial Paul ya contaba con 41 años de edad, pero quiso colaborar con el ejército de su país realizando programas de radio, televisión y espectáculos teatrales con los que animar a la población norteamericana. A pesar de toda su entrega, una vez finalizado el conflicto bélico fue señalado por muchos como un elemento subversivo y antiamericano, debido a su activismo político en favor de los afroamericanos y su afiliación al Partido Comunista estadounidense.

Comenzó a aparecer en las listas negras y fue requerida su presencia ante el Comité de Actividades Antiamericanas, comenzando ahí su declive y persecución. Dejó de ser contratado en el cine, sus conciertos cancelados (solía dar cerca de un centenar al año) y su rastro como personaje popular se fue poco a poco borrando.

Foto.- Paul Robeson interpretando a Otelo (imagen vía Wikimedia commons)

Desapareció todo rastro de él en los almanaques donde aparecían los deportistas emblemáticos (hasta la fecha Paul Robeson había salido cada año), tampoco su nombre salía en los listados de actores e incluso en el cartel de películas en las que había intervenido (las cuales dejaron de exhibirse en los cines), ninguno de sus discos sonaba en la radio y de la noche a la mañana desapareció todo rastro público de él… pasó a ser un completo desconocido para sus compatriotas.

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Al mismo tiempo recibía menciones y premios en los países del bloque soviético (entre ellos el prestigioso Premio Stalin de la Paz en 1952 que era el equivalente al Nobel en el bloque comunista). Pero todos esos reconocimientos los vivió desde la distancia, debido a que no pudo salir de Estados Unidos a lo largo de una década, ya que le fue retirado el pasaporte en 1949 y hasta 1958 (con el fin del ‘macartismo’).

Los siguientes 18 años (hasta que falleció en 1976) los pasó como activista, viajando por el mundo y dando conferencias, pero ya no volvió a estar en lo más alto de su carrera artística que se había diluido por completo.

No fue hasta después de su fallecimiento cuando comenzaron a llegarle los reconocimientos importantes (monumentos, su nombre a varias calles y edificios, sellos conmemorativos…) pero cuando realmente ha empezado a ser (nuevamente) reconocido ha sido en los últimos meses gracias a la universalización de las redes sociales.

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