Foto de Ana Julia Quezada, de nacionalidad dominicana, detenida como presunta autora de la muerte de Gabriel Cruz, ha confesado hoy ante la Guardia Civil que, durante una discusión, golpeó al niño con la parte roma de un hacha y que luego lo asfixió.
14-marzo-2018.- La confesión se ha producido en la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, donde Quezada ha prestado declaración durante casi dos horas ante los agentes de la investigación, a quienes también les dijo que había cometido el crimen ella sola.
Ha sido entonces cuando ha reconocido que durante una discusión con el pequeño el mismo día de su desaparición, Gabriel la agredió y ella respondió con un fuerte golpe con la parte roma de un hacha. La autopsia muestra signos de que el pequeño murió por estrangulamiento.
Quezada pudo actuar movida por los celos al rechazar el padre del pequeño irse con ella a su país, República Dominicana, donde quería instalarse, según la hipótesis con las que se trabaja en la investigación.
Tras su confesión, la presunta autora de la muerte del hijo de su pareja, ha vuelto a ser trasladada a la localidad de Rodalquilar, en Níjar (Almería), para una reconstrucción de los hechos dirigida por los agentes que coordinan la investigación de la Guardia Civil y esta previsto que la arrestada pase mañana a disposición judicial.
Todo indica que la Guardia Civil tiene previsto actuar en este punto y en otros como el vertedero donde presuntamente habría tirado la ropa del niño tras su desaparición.
Por su parte, el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Almería, Rafael Soriano, ha prohibido la incineración del cadáver del menor por si fuera necesario practicarle más pruebas.
Los avances en la investigación se ha producido horas después de que comenzará el funeral de Gabriel, el niño de 8 años que desapareció en Las Hortichuelas de Níjar (Almería) el 27 de febrero y cuyo cadáver apareció este domingo en el coche de Ana Julia, pareja de su padre.
La madre de Gabriel Cruz acompaña el féretro a la salida de la Catedral de Almería, donde esta mañana se ha celebrado el funeral EFE
Funeral muy emotivo
El funeral se ha desarrollado en la Catedral de Almería con una gran presencia de gente. Cientos de personas abarrotaron el templo y la plaza que da acceso al mismo, donde han sido instaladas pantallas gigantes para que los asistentes que no han podido entrar puedan seguir la misa oficiada por el obispo de Almería, Adolfo González Montes.
Patricia Ramírez, madre del niño, ha afirmado que sabe que su hijo “estará ya jugando con sus peces” y ha declarado en referencia a la detenida que “la bruja ya no existe”.
“Ayer me llegó por internet un cuento muy bonito, no sé quién lo ha escrito. Decía que en realidad nosotros no habíamos perdido, sino que mi hijo había ganado”, ha revelado la progenitora al finalizar la misa por el alma de su hijo celebrada en la Catedral de Almería.
Los celos como posible motivo del asesinato
Ana Julia Quezada, detenida por la muerte del niño Gabriel Cruz, pudo actuar movida por los celos al rechazar el padre del pequeño irse con ella a su país, República Dominicana, donde quería instalarse.
Es una de las hipótesis con las que se trabaja en la investigación del móvil que empujó presuntamente a Quezada a estrangular, como así apunta la autopsia, a Gabriel el mismo día de su desaparición, el 27 de febrero, en Las Hortichuelas, en Níjar (Almería), según señalan a Efe fuentes cercanas al caso.
Mientras se intenta aclarar las razones que movieron a Quezada, la Guardia Civil trata de localizar el lugar donde la detenida ocultó el cadáver antes de envolverlo en una manta e introducirlo en el maletero de su vehículo, lo que sí pudieron observar los agentes que poco después la detuvieron.
Aún no ha trascendido en qué momento Quezada, que según la principal hipótesis actuó sola, obligó o engañó al niño para irse con ella, dónde lo estranguló y si cambió de ubicación el cuerpo durante los trece días que lo mantuvo oculto.
Desde el primer momento las sospechas se centraron en el entorno del niño y fueron acotándose en Ana Julia. El hallazgo por ella misma de una camiseta de Gabriel -prácticamente seca cuando había llovido sin parar durante días-terminó de apuntalar las pesquisas hacia ella.
Hasta el punto de que al menos en dos ocasiones los agentes le requirieron el teléfono móvil y ella argumentó que lo había perdido.
Su actitud durante esos días también ayudó a confirmar la implicación de Quezada, de la que ya los padres de Gabriel habían sido informados mientras mantenían la esperanza de que, como dijo Patricia Ramírez, la madre del pequeño, “se ablandara y se viniera abajo”.
El secuestro fue una de las posibilidades que manejaban los investigadores, aunque no se solicitó ningún rescate a la familia, que se mostró dispuesta a ofrecer una cantidad por cualquier noticia que permitiera la localización de Gabriel.