Familiares de los periodistas asesinados tras conocer la noticia (AFP).
14.-abril-2018.- El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó el viernes que los dos periodistas de ‘El Comercio’ y el conductor que fueron secuestrados el mes pasado por disidentes de las FARC en la frontera con Colombia han muerto a manos de sus captores. El presidente ha ordenado el inicio de acciones militares en la zona.
El Frente Oliver Sinisterra, un remanente de la antigua guerrilla de las FARC comandado por alias ‘Guacho’, emitió el jueves un comunicado en el que anunciaba que, debido a las operaciones de rescate de las fuerzas de seguridad, el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra habían muerto.
Ecuador y Colombia estaban a la espera de confirmar esta información. Moreno dio doce horas al grupo armado para presentar pruebas de vida de los periodistas. Fuentes del Gobierno colombiano han revelado a RCN Radio que habría un nuevo comunicado que insiste en que han muerto.
Los trabajadores de ‘El Comercio’ fueron capturados el pasado 26 de marzo en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas cuando realizaban un reportaje sobre la situación en la frontera con Colombia, que en los últimos meses ha sufrido varios ataques de disidentes de las FARC.
Uno de ellos vivió en España
Javier Ortega, de 32 años, era el más joven de los periodistas asesinados. Vivió su adolescencia en Valencia, España, donde trabajó en una heladería. De allí regresó a Ecuador para estudiar periodismo.
Ortega era el último de tres hermanos, soltero y sin hijos. Su familia lo describe como un hombre sereno, y sus amigos recuerdan sobre todo su sonrisa contagiosa.
Desde hace seis años trabajaba en El Comercio cubriendo temas judiciales y de seguridad.
Entre sus coberturas destacadas figuran el terremoto que asoló la costa ecuatoriana en 2016, y el accidente aéreo que dejó 22 militares muertos en la Amazonia ese mismo año.
El fotógrafo Paúl Rivas, que el 25 de abril iba a cumplir 46 años, tenía novia y una hija de 15 años.
Coleccionista de cámaras antiguas, dejó de lado una carrera en la publicidad por el oficio de “dibujar con la luz”.
Rivas, definido por su familia como un hombre sensible y bromista, heredó de su padre la pasión por captar imágenes y la traspasó su hija de 15 años. En honor a él, hizo un libro con fotos tomadas por ambos.
Un fotorreportaje sobre los familiares de personas desaparecidas le dio el premio Eugenio Espejo, que entrega la Unión Nacional de Periodistas (UNP) de Quito.
Efraín Segarra, a quien los periodistas de El Comercio conocían como ‘Segarrita’, tenía 60 años y era padre de dos hijos, uno de ellos reportero del matutino de Quito.
Su amor por los animales lo llevó en una ocasión a cuidar en su casa hasta 12 perros abandonados. Los últimos años adoptó dos gatos y un can.
En 16 años de servicio en el periódico se aficionó a la fotografía. En su celular coleccionaba las ‘selfies’ en cada ciudad que visitó, según su familia.