Orlando Martínez en mi corazón

Escrito por: José Gómez Cerda

Presidente de la Asociación de Escritores y Periodistas Dominicanos (ASEPED)

Santo Domingo, 4.- diciembre.- 2018.- A mediados de 1967 me encontraba en la oficina de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), en Santiago, situada en la Calle Eladio Victoria No. 26, cuando alrededor de las 10 de la mañana el amigo y compañero periodista Rubén Abreu Méndez, llegó en su motor con un acompañante que me presentó como Orlando Martínez, quienes querían conversar conmigo, fuimos al Bar Colón, situado en la calle 30 de marzo, donde tomamos café y conversamos sobre diversos temas.

Orlando tenía un rostro infantil, me dijo ser estudiante de sociología de la UASD, quería conocer algo sobre el sindicalismo en Santiago. Rubén dijo que además Orlando era un militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), estaba en Santiago coordinado la repartición de materiales políticos, realizaba sus tareas políticas con Arsenio, hermano de Francia, la esposa de Rubén.

Orlando me pidió que le permitiera ver como yo hacia el programa radial “Justicia Social” que trasmitía auspiciado por la CASC desde Radio Libertad, él quería conocer la técnica de hacer un guión y dirigir un programa radial.

Quedamos que al otro día él iría al mediodía al estudio de la emisora radial, situado en la Calle Máximo Gómez, al lado de los talleres y redacción del periódico La Información. Ellos partieron en el motor a una cita que Orlando tenía con el abogado Negro Veras, que él consideraba su asesor. Al otro día Orlando fue, presenció el programa y tomó notas en una libreta.

Un mes después Orlando me llamó desde Santo Domingo para agradecerme las atenciones, me dio su teléfono para cuando yo fuera a la capital conversar; así lo hice la próxima vez que estuve en Santo Domingo y hablamos sobre diversos temas.

Al iniciarse la década del 70 la situación en el país se puso muy difícil, como sindicalista, al igual que muchos otros, sufrí persecuciones, detenciones de parte de la policía, persecuciones y ataques de la Banda Colorá, dos sectores militares se disputaban la primacía del poder, de una parte Nivar Seijas, y de la otra Enrique Pérez y Pérez, ambos eran incontrolables, según dijo el propio presidente de la República el Dr. Joaquín Balaguer.

En la madrugada del 20 de marzo 1970 una poderosa carga dinamitó el automóvil del dinámico periodista Juan Bolívar Díaz, en un plan de agentes del gobierno de Joaquín Balaguer para asesinarlo. Desde muy jóvenes Juan Bolívar y yo hemos tenido una amistad, nos encontramos en el catolicismo social. Ese atentado obligó que él tuviera de dejar el país por algún tiempo.

Durante un tiempo dejé de ver a Orlando Martínez, hasta una tarde de octubre 1971, cuando me llamó a las oficinas de la CASC en Santo Domingo, situada en la Calle Juan Pablo Pina No. 27, altos, fuimos a su casa y pasamos un buen rato escuchando música de Patxi Andion y Paco Ibáñez, cantantes españoles que nos agradaban; Orlando me informó que estaba trabajando en el periódico El Nacional y la Revista ¡Ahora!, y que estaba a mis órdenes para cualquier publicación que fuera de interés general.

Me dijo que había estado en varios países de la Unión Soviética estudiando, tiempo que aprovechó al máximo para ampliar sus conocimientos de periodismo y política.

Me comentó un artículo mío publicado en la Revista ¡Ahora! titulado Breve Historia del Movimiento Sindical Dominicano, que había reseñado en la edición No. 390, del 3 de mayo 1971, expresándome que le gustó mucho esa publicación.

Cuando en febrero de 1972 surgió una división en la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), donde surgió la Central General de Trabajadores (CGT), Orlando Martínez me hizo una entrevista, que apareció en la Revista ¡Ahora!, bajo el titulo CASC: ¿QUIEN ES QUIEN?. Al principio Orlando decía “La presente entrevista con José Gómez Cerda tiene como objetivo dar a conocer en profundidad los puntos de vistas del líder de la plancha Porfirio Zarzuela, quién ha sido electo secretario general de la CASC”.

Durante un tiempo publiqué diversos artículos en el periódico El Nacional, los cuales eran entregados a Orlando Martínez-

Nuestra relaciones fueron respetuosas, sabiendo cada uno que teníamos ideas políticas diferentes. En una ocasión Orlando me preguntó, porqué muchos curas, dirigentes políticos y sindicales, compañeros míos se habían ubicados en el socialismo, eran simpatizantes de Camilo Torres, el Che Guevara, Fidel Castro y otros, y yo me quedaba en el cristianismo. Le respondí, “Para mi Cristo es más revolucionario que todos ellos”.

En el orden ideológico compartíamos el humanismo. Orlando usaba el lema de “Nada Humano me es ajeno” lo que significa un principio humanista, en eso coincidimos plenamente.

El periodista Gregorio García Castro fue asesinado a tiros la noche del 28 de marzo de 1973, a las nueve y veinte, en la Calle de Las Mercedes casi esquina José Reyes en Santo Domingo. Acababa de salir del local del vespertino «Última Hora», donde cumplía con sus labores como Jefe de Redacción.

Orlando denunció el asesinato de Gregorio García Castro, con sus detalles, dio pistas sobre sus verdugos, lo que determinó la referida amenaza de muerte en su contra; la cual como es lógico movió diversos reacciones dentro de los militares.

Después de haber participado en una reunión de Ministros de Trabajo, realizada en Buenos Aires, Argentina, El 18 de junio de 1973, publiqué el articulo “PERÓN, PERÓN”, en la Revista ¡Ahora!.

 En la edición de la Revista ¡Ahora!, del 22 de Julio de 1974, Orlando hizo una publicación previa a la circulación que decía; “José Gómez Cerda, dirigente de la CASC pone al descubierto la forma en que los norteamericanos intentan dominan a las organizaciones sindicales en la República Dominicana, Un artículo de un hombre que sabe lo que dice”. Así apareció publicado el documento titulado PENETRACIÓN NORTEAMERICANA EN EL SINDICALISMO DOMINICANO.

En octubre de 1974 estuve en Buenos Aires, participando en el CONGRESO DE ARGENTINA LIBERADA, luego publiqué en la Revista ¡AHORA! un documento titulado “PERONISMO Y JUSTICIA SOCIAL”, el cual socialicé con Orlando Martínez.

Cuando la dirigente sindical Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó) fue asesinada en noviembre de 1974, Orlando Martínez se interesó mucho en ese acontecimiento, como también el periodista Juan Manuel García.

Era un placer visitar las oficinas de El Nacional y la Revista ¡Ahora!, conversar con Don Rafael Molina Morillo y Orlando, ellos siempre estaban dispuestos a conversar, charlar y prestarle atención a los periodistas y escritores que normalmente escribíamos voluntariamente para esos medios.

El periodista pone en su obra parte de lo que él siente en su existencia, no sólo el ambiente que lo rodea, sino la esencia de lo que siente. El estilo en el arte de escribir aporta una personalización: precisión, elegancia, claridad y armonía al texto que se expone.

Sólo días antes del asesinato de Orlando Martínez, él publicó en su sección MICROSCOPIO, los días 22 y 27 de febrero de 1975, dos artículos titulados “CINCO ACLARACIONES Y CIERTAS ACLARACIONES”, Y “OTRAS ACLARACIONES” sobre una discusión pública que sostuve con él y el Lic. Julián Peña, abogado laboralista, mi amigo, compañero de Orlando, en el Partido Comunista Dominicano (PCD) sobre las huelgas indefinidas, y otros temas ideológicos.

Esos artículos fueron publicados precisamente entre la fecha histórica de la publicación en ese mismo espacio, MICROSCOPIO, que le costó la vida.

El 25 de febrero, Orlando Martínez, indignado ante la situación que militares dominicanos negaron la entrada al país del pintor Silvano Lora, y empujaron a él mismo junto a otros amigos que lo esperaban en el aeropuerto, publicó el famoso artículo, dirigido al Presidente de la República Joaquín Balaguer, que termina así;

“En caso de que su amistad con los Estados Unidos sea más estrecha de lo que sospechamos, ¿Porqué no le pide al Pentágono un cohete último modelo con el objetivo científico de crear una colonia de calieses en la luna? ¿Por qué no desaparece de la vista de los dominicanos honrados, que son la mayoría, a todos los vagos que en este gobierno cobran sin trabajar?

¿Porqué, tómelo en cuenta, no deposita en un cómodo asiento de primera a los funcionarios irresponsables que se las dan de Fouché contemporáneos y a la hora de la responsabilidad no dan la cara?

Y mi recomendación final: Si es inevitable que esta situación continúe, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿por qué, doctor Balaguer, no se decide Usted a subirse en el avión o el barco y desaparecer definitivamente de este país junto a todos los anteriormente mencionados?”

El periodismo dominicano tuvo la oportunidad de tener en Orlando un modelo en el periodismo de investigación, con fuentes precisas, objetivas; orientador y apegado a la verdad.

El periodista de investigación, como fue Orlando Martínez, es una persona con total capacidad de manejo de fuentes y se caracteriza por ser valiente, ya que muchas investigaciones realizadas pueden traer al periodista, amenazas de muerte, y en su caso, un asesinato vil, cobarde por defender la verdad, que es el objetivo del periodista honesto.

Cuando el 17 de marzo escuché en Santiago la noticia que habían asesinado a Orlando Martínez lo sentí en el corazón, recordé que en dos ocasiones le había dicho a Orlando que él escribía directo frente a los poderosos y militares, que ellos tenían dinero y armas, a lo cual en ambos casos me respondió; “si no lo hago yo, quién lo va hacer? Partí inmediatamente para Santo Domingo, lo menos que podía hacer era verlo por última vez en la funeraria.

En la funeraria La Altagracia, en Santo Domingo, me encontré con una familia dolorida, varios amigos comunes, y la muerte de un periodista honesto, a quién llevo en el corazón. Encontré a Quirico Valdez, Negro Veras, Julián Peña, Narciso Isa Conde y decenas de periodistas.

Ha pasado más tiempo que los años vividos por él. Como amigo y admirador de su profesionalidad periodística, llevo a Orlando Martínez en mi corazón.

Cuando en Santiago el Colegio de Periodistas Dominicano (CDP), y el Sindicato de Trabajadores de la Prensa (STP), desvelaron una pintura de Orlando Martínez, tuve el honor de hablar, como ex directivo del sindicato en Santiago, compartiendo con Germania Luna, Quiterio Cedeño, Adriano de la Rosa y otros prestigiosos periodistas.

(Foto del general Ernesto Cruz Brea, autor intelectual y varios asesinatos y desapericiones políticas).

Orlando Martínez vive en el corazón de los periodistas dominicanos de esa época, como los nuevos comunicadores que reconocen en él un modelo de periodista honesto.

Los periodistas que conocimos y tratamos a Orlando estamos convencidos de su honestidad y buscador de la verdad, los jóvenes periodistas y estudiantes de comunicaciones deben conocer la vida y el ejemplo de este modelo de periodista.

Escrito por: José Gómez Cerda

Presidente de la Asociación de Escritores y Periodistas Dominicanos (ASEPED)

Agregado para la historia,  edición de EL COLOSO DE MACORIS.COM

Orlando Martínez fue un periodista de izquierda dominicano y miembro del Partido Comunista de la República Dominicana, el cual hacía oposición al gobierno de Joaquín Balaguer. Martínez fue asesinado a tiros en 1975 durante la época denominada «Los doce años».?

El periodista Orlando Martínez cayó hace 43 años por las balas de oficiales de la Policía Nacional y el Ejército durante los 12 años del presidente Joaquín Balaguer, mientras conducía por la avenida José Contreras esquina Cristóbal de Llerena, en las proximidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Su pluma crítica y su indudable honestidad hicieron de su figura una de las más dignas representaciones del periodismo dominicano.

El día que una banda armada asesinó al periodista Orlando Martínez

«El 17 de marzo de 1975, un grupo de militares y civiles encabezados por el mayor (FAD) Joaquín Pou Castro asesinaron al periodista Orlando Martínez, en un acto terrorista cometido en horas de la noche en la avenida José Contreras casi esquina Cristóbal de Llerena, en la zona universitaria».

«Orlando Martínez, de 36 años, era el director ejecutivo de la Revista Ahora, y autor de la muy leída columna Microscopio».

«El grupo armado le tendió una emboscada y le bloqueó su vehículo para que no pudiera evitar el atentado».

«En una sumaria del juez de la Instrucción Juan Miguel Castillo Pantaleón, fueron acusados del crimen los generales Salvador Lluberes Montás, Joaquín Pou Castro (ya fallecido), e Isidoro Martínez ?ya fallecido-, el ex sargento Mariano Durán Cabrera y los civiles Rafael Lluberes Ricart y Luis Emilio de la Rosa».

«Del grupo sólo fueron condenados a 30 años de prisión por la jueza de la Décima Cámara Penal, Katia Miguelina Jiménez, los ex militares Joaquín Pou Castro, Rafael Lluberes Ricart, Mariano Durán Cabrera y el civil Emilio de la Rosa».

«Mariano Durán Cabrera, quien fue extraditado de Nueva York, ha sostenido que la noche del atentado todos los que participaron en el hecho dispararon contra Orlando Martínez».

«Orlando Martínez, quien también era militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), fue asesinado por las críticas que hacía a través de su columna Microscopio contra los actos de intolerancia de la cúpula militar del Gobierno de los doce años del Presidente Joaquín Balaguer durante el período 1966-1978».

  «Pou Castro murió en prisión»

«El general retirado Joaquín Pou Castro (FAD) cumplía la condena de 30 años por el asesinato del periodista Orlando Martínez, cuando murió el 27 de Abril de 2011, en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas a donde había sido trasladado desde la cárcel de Najayo».

«La noche del 17 de Marzo de 1975, cuando fue asesinado Orlando Martínez, Pou Castro era mayor de la Fuerza Aérea Dominicana. A pesar de que era señalado por el PCD y la familia de Orlando, como uno de los autores del crimen, fue ascendido hasta el rango de General de Brigada, por los gobiernos del PRD de los presidentes Antonio Guzmán Fernández (1978-1982) y Salvador Jorge Blanco (1982-1986)».

 

Mariano Durán Cabrera (el de los espejuelos), quien en su condición de sargento de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) participó en varios asesinatos y desapariciones políticas durante los 12 años del presidente Balaguer (1966-1978), es sindicado como el autor material del asesinato del comandante constitucionalista de la Revoluci?2n de Abril de 1965, Ramón Mejía (Pichirilo). Era del equipo de sicarios al servicio del general Enrique Pérez y Pérez y del general Ernesto Cruz Brea, ambos con un amplio prontuario ordenando el asesinato y desaparición de jóvenes opuesto al régimen de Balaguer

Ramón Emilio Mejías del Castillo Pichirilo

El apellido era Piccirillo, por Francesco Piccirillo que vino desde Italia. Se convirtió en Pichirilo por el uso. Fue una familia tan influyente que le compusieron el merengue “¿Quién no quiere ser Pichirilo?”, pero Trujillo lo prohibió cuando ellos se le opusieron. Los que no se fueron del país debieron cambiarse el apellido. En República Dominicana Pichirilo es sinónimo de bien vestido, elegante.

Fundó el Movimiento Popular Dominicano para arreciar la lucha contra la tiranía trujillista junto a Máximo López Molina, Tiberio Castellanos, Julio César Martínez, José Moscoso, Esperanza Font, Pablo Antonio Martínez “pero como era muy inquieto y ya habían liberado a los arrestados por el asalto al cuartel Moncada, en 1956 se fue a México a reencontrarse con Fidel, quien al verlo exclamó: ‘¡Llegó quien va a ser mi contramaestre en el Granma!”, manifiesta Monchín. Comenzó a entrenarse hasta el 25 de noviembre cuando salieron para el oriente de Cuba, Pichirilo como primer oficial de navegación. “Se convirtió así en un combatiente solidario, internacionalista”.

Durante la Revolución de abril, Pichirilo fue jefe del comando San Antón, en la frontera de la zona libre y muy cerca de los tropas norteamericanas, donde había demostrado gran coraje y dignidad. El 12 de agosto de 1966 lo mataron por la espalda. Su sepelio fue una manifestación de indignación y dolor a la que asistieron dirigentes políticos partidarios de la causa constitucionalista.

(Fotos de los generales Enrique Pérez y Pérez y Ernesto Cruz Brea, dos asesinos a sangre fría, autor de centenares de asesinatos durante los 12 años de Balaguer), siempre han disfrutado de impunidad y protección de todos los gobiernos).

 

 

 

 

 

 

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