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Norcorea: Satélite «no entró en órbita». El fracaso avergonzó profundamente a Pyongyang, que invitó a decenas de periodistas extranjeros a presenciar el lanzamiento otros festejos.

 Un viraje equivocado revela un rostro diferente de Norcorea


La ciudad de Miami nos enseña, una vez más, en qué consiste la libertad de expresión y la libertad de prensa.

Por: Cubainformación.tv / Cubadebate

http://youtu.be/j9PE43Cd7Ss

Norcorea: Satélite «no entró en órbita». El fracaso avergonzó profundamente a Pyongyang, que invitó a decenas de periodistas extranjeros a presenciar el lanzamiento otros festejos.
 
Por JEAN H. LEE | Associated Press


PYONGYANG, COREA DEL NORTE.-  (AP)
— El lanzamiento previsto de un cohete norcoreano fracasó rápidamente el viernes 13 de abril, al hacerse pedazos sobre el Mar Amarillo poco después del despegue. Fotografía de archivo del 8 de abril de 2012 del cohete norcoreano Unha-3 en su plataforma …

Corea del Norte reconoció en un comunicado leído por la TV estatal que un satélite lanzado horas antes desde su costa occidental no entró en órbita. Estados Unidos y Corea del Sur también anunciaron el fracaso del lanzamiento.

El satélite Kwangmyongsong-3 fue lanzado desde la Estación de Lanzamiento de Satélites Sohae en Tongchang-ri cerca de la costa occidental a las 7.38 (2238 GMT del jueves), pero no alcanzó su órbita, dijo la Agencia Central de Noticias Coreana.

«Científicos, técnicos y expertos indagan en la causa del fracaso», informó la agencia estatal.

Funcionarios estadounidenses y surcoreanos dijeron horas antes que el cohete se hizo pedazos un minuto después del lanzamiento, y que se trató de una provocación por ser un ensayo de tecnología misilística.

En respuesta al lanzamiento, Washington anunció la suspensión de su plan de enviar ayuda alimenticia al Norte a cambio de que desistiera de sus planes nucleares.

Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y otros países habían exhortado a Corea del Norte a que desistiera de un lanzamiento considerado un ensayo encubierto de tecnología que permitiría lanzar un misil de largo alcance hacia Estados Unidos.

Pyongyang se negó, asegurando que el satélite era de tipo civil y que se trataba de una hazaña tecnológica en ocasión del centenario del nacimiento de Kim Il Sung, el fundador del país, que se cumple el domingo.

Había empeñado el orgullo del régimen en el satélite, considerado un alarde de fuerza en medio de las penurias económicas al tiempo que el nieto menor de Kim Il Sung, Kim Jong Un, consolida su poder luego de la muerte de su padre y antecesor en el poder, Kim Jong Il, hace cuatro meses. 

Un viraje equivocado revela un rostro diferente de Norcorea

Por Por TIM SULLIVAN | Associated Press –

COREA DEL NORTE.- Norcoreanos trabajan en un complejo de viviendas en Pyongyang, Corea del Norte, el jueves 12 de abril de 2012. …

PYONGYANG (AP) —  COREA DEL NORTE.
– El autobús de los reporteros hizo el jueves 12 de abril  una viraje equivocado. Y de pronto, todo cambió en el escaparate oficial del orgullo norcoreano. COREA DEL NORTE.- Remolinos de polvo color marrón recorrían calles llenas de baches.
Había edificios de apartamentos de concreto que se desmoronan en las orillas. Ancianos recorrían penosamente la acera, algunos con mochilas hechas a mano con bolsas de lona. Dos hombres en sillas de ruedas esperaban en una parada de autobús. Había tiendas sin luces y las calles laterales estaban tan dañadas que tenían más polvo que pavimento.


«Tal vez es un camino equivocado», masculló uno de los guardaespaldas norcoreanos, funcionarios bien vestidos que controlan a los reporteros en recorridos meticulosamente escenificados que inevitablemente se centran en el orgullo por las tres generaciones de la familia Kim que han gobernado este país desde 1948. Una mujer carga a su bebé en Pyongyang, Corea del Norte, el jueves 12 de abril de 2012. (Foto AP/David Guttenf …

En Corea del Norte es difícil saber qué es real. Pero tampoco se puede buscar.

Y mientras las cámaras comenzaban a tomar fotos, los conductores de los tres autobuses rápidamente dieron marcha atrás y se dirigieron al destino previsto: un edificio impecable, casi blanco, profusamente decorado con mármol y prácticamente vacío, que guarda grabaciones musicales.

Es el Centro de Información Musical Hana, dijo una guía a los reporteros. Ahí el líder norcoreano Kim Jong Il, hizo una de sus últimas apariciones públicas antes de fallecer en diciembre.

«Espero que los periodistas aquí presentes reporten sólo la absoluta verdad», dijo Ri Jinju, mientras su voz temblaba de emoción. «La verdad sobre cuánto nuestro pueblo extraña a nuestro camarada Kim Jong Il y la fortaleza de la unidad entre el pueblo y el liderazgo, que vigorosamente ejecuta las instrucciones de los líderes para construir una gran, próspera y poderosa nación».

Cualquiera que abandone el recorrido para la prensa o se aleje de los pocos hoteles donde se permite la presencia de extranjeros puede ser detenido por la policía y hasta expulsado.

Una militar norcoreana habla por teléfono a la entrada del Centro de Información Musical Hana, en Pyongyang, Corea …
Pero incluso en un entorno tan controlado, la realidad se hace valer.

¿Es realidad el grupo de edificios altos que alcanzan a ver los extranjeros desde el hotel, donde las luces en largas calles son encendidas cuando se mete el sol, iluminando cuadras enteras como una titánica decoración navideña? ¿O lo son los vastos terrenos de Pyongyang, por mucho la ciudad más desarrollada en la empobrecida Corea del Norte, que entran en penumbra al caer la noche?

La mayoría de los visitantes en Pyongyang nunca encuentran un bache, tráfico o basura más grande que una colilla de cigarro. Tampoco se ve gente discapacitada o grafiti. Los estudiantes no parpadean mientras decenas de reporteros entran al salón de clases y el profesor continúa su lectura sin pausa.

Si conversan, las charlas se enfocan en los Kim y repiten sin pausa la hipérbola de rutina: «Entre más tiempo pasa, más extrañamos a nuestro líder Leader Kim Jong Il», dice Ri, la guía.

Pero detrás de esta fachada robótica, los norcoreanos quieren lo mismo que todos los demás; al menos eso dicen los desertores.

Aunque las autoridades todavía esconden los vecindarios en ruinas, tal vez el régimen se esté abriendo. Otros años, los guardias hubieran ordenado a los reporteros guardar sus cámaras si veían algo que no reflejara bien al país. Otras veces cerraban las cortinas de los autobuses.

Pero el jueves, los cuidadores no dijeron nada cuando salieron las cámaras. Los periodistas observaron y afuera del autobús, los norcoreanos que nunca esperaron ser vistos, también miraron.

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