CIUDAD DE MÉXICO, 1 de febrero.-En los últimos tiempos el renovado auge de un fenómeno que parece increíble y sacado de una película cobró relevancia, el canibalismo. Casi podría asegurarse que la realidad superó a la ficción y no sólo sucede en tribus o sectas como se suele pensar.
Nuevos casos de canibalismo han llamado la atención, ya que por lo general se piensa que es una práctica de antaño que no pertenece al mundo civilizado, pero estos actos no obedecen ahora a una tradición o rito, sino que son propios de individuos que “son personajes muy límites, desorganizados, con una personalidad anómala bajo el efecto de las drogas y/o alcohol y particularmente solitarias”, aseguró en entrevista con Excélsior el siquiatra forense José Cabrera Forneiro.
Un caso reciente fue el de Joseph Oberhansley, de 33 años, acusado en Indiana, Estados Unidos, de asesinar a su exnovia de una manera brutal. Confesó a la policía que irrumpió en la casa de su expareja luego de un altercado, la atacó con uncuchillo y luego mutiló su cuerpo con una sierra eléctrica, abrió su cráneo y se comió parte de su cerebro, corazón y pulmones.
El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse de miembros de la propia especie, aunque generalmente se suele emplear para referirse al ser humano que se alimenta de otro ser humano. Mientras que la antropofagia puede referirse a cualquier animal cuando come carne humana, comentó a este diario el doctor Miguel Ángel Adame Cerón, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Existen dos tipos de canibalismo humano: el de supervivencia, que se trata de casos en los que las personas se encuentran en situaciones extremas donde está en riesgo su vida. Una situación de ese tipo sucedió a los integrantes del equipo uruguayo de rugby, que viajaban en un avión que se estrelló en la cordillera de Los Andes y murieron 12 de las 45 personas a bordo.
El accidente tuvo lugar en octubre de 1972 y algunos de los sobrevivientes debieron comer la carne de los muertos para sobrevivir hasta el 23 de diciembre de ese año, cuando fueron rescatados.
La otra vertiente es el canibalismo aprendido o cultural.
El origen del canibalismo es muy antiguo, incluso hay algunos datos paleontológicos que señalan que durante la prehistoria pudo haberse dado, pero debido a la falta de alimento. Tim White, paleoantropólogo de la Universidad de California, en Berkeley, analizó esqueletos de grupos de indios americanos precolombinos que fueron consumidos porotros indios, y no precisamente de forma ritual, según el diario El País de España.
En una publicación el diario estadunidense The New York Times dio a conocer que huesos descuartizados descubiertos en una cueva con vistas al valle del Ródano en Francia arrojaron la evidencia de que los neandertales europeos practicaban el canibalismo, y White, quien examinó los huesos, dijo que no había duda de que estos neandertales, que vivieron hace entre 35 mil y 125 mil años, practicaban el canibalismo.
Respecto del canibalismo cultural, Adame explicó que aquellos que lo practican como un rito o ritual mágico es porque: “quieren apropiarse de las cualidades del otro, la valentía o el poder, como una integración entre el cuerpo vivo y el muerto y no buscan destruirlo o acabar con el otro como en los casos actuales”.
Y considera que estos nuevos actos de canibalismo obedecen a factores sicosociales o emocionales que los hacen actuar de esa manera y, desde su punto de vista, es una forma en la que buscan acabar con el otro.
En ese sentido ambos especialistas atribuyen estos actos a cuestiones sociales y de personalidad, aunque no necesariamente a un trastorno mental.
Cabrera puntualizó que: “la sociedad de los últimos tiempos es muy fría, anónima, tecnocrática y paranoide, en la que las relaciones humanas se han complicado y alejado, elemento que podría alentar a personas en situación límite a exigir “experiencias límite” en un afán probablemente suicida o masoquista”.
Un caso muy sonado fue también el del presunto Descuartizador de Montreal, Luka Magnotta, un modelo y estrella porno que captó los titulares en 2007 por haber matado con un picahielos y descuartizado a Lin Jun, un estudiante de origen chino, quien al parecer era su amante. El crimen, cometido en su departamento, quedó grabado en un video que posteriormente Magnotta subió a internet antes de enviar algunos de sus restos por correo.
Ante este caso, Cabrera describió a Magnotta, en el diario español ABC, como una persona con un grave trastorno de la personalidad, con mucho odio hacia los demás y probablemente se encontraba bajo los efectos de droga.
Sobre la influencia de las drogas, en 2004 distintos diarios sacaron a la luz casos de canibalismo relacionados con el consumo de la llamada “droga caníbal”, la cual, según la Unidad Antidroga de la guardia civil de Ibiza, España, es un sustancia similar a la cocaína que provoca instintos suicidas, paranoia extrema, sicosis e incluso mordiscos, por ello el nombre. La metiendioxipirovalerona (nombre científico) tiene efectos prolongados y es extremadamente peligrosa.
Los casos de canibalismo actuales no se limitan a una región geográfica o país, lo cual habla de que no se puede realizar un patrón de conducta de tal o cual sociedad sino de las características individuales que llevan a la persona a cometer estos actos que Cabrera definió como “canibalismo solitario”.
También está el caso del japonés Issei Sagawa, quien mientras estudiaba en París en 1981 asesinó y posteriormente se comió a la holandesa Renée Hartevelt. Eran amigos y por un tiempo se frecuentaron, pero Sagawa estaba obsesionado con ella y cuando le declaró su amor y fue rechazado, le disparó a Hartevelt con un rifle en el cuello.
Sagawa escribió en su diario de forma detallada lo que hizo con el cuerpo de su víctima después de muerta durante dos días. La policía francesa eventualmente lo arrestó, pero durante el proceso el juez que llevó su caso decidió que no era apto para ser juzgado y lo enviaron al Hospital Psiquiátrico Paul Guiraud.
Finalmente su padre, el empresario Akira Sagawa, contrató a los mejores abogados parisinos y lograron trasladarlo al siquiátrico Matsuzawa, en Japón donde después de algunos meses quedó en libertad en 1985.
En general, el canibalismo humano no es una práctica extendida, pero aún hay ciertas sociedades en la actualidad que lo practican como parte de su cultura en lugares de África, Indonesia, Polinesia e India, aseguró Adame.
En India existe una secta formada por los llamados Aghori, que practican el canibalismo de personas muertas generalmente que aparecen flotando sobre el río Ganges, porque creen que un hombre muerto es materia y un recurso espiritual.
Más recientemete, en 2011, dos hermanos paquistaníes identificados como Mohammed Arif y Farman Aliwere fueron arrestados bajo acusación de haber robado cadávares de hasta cien sepulcros para comerlos.
Cabrera aseguró que “el canibalismo no es una enfermedad, sino una conducta compulsiva que hunde sus raíces en los albores de los tiempos y cuyos residuos hoy se manifiestan en personas más allá de la normalidad síquica”.
En diciembre pasado una joven china de 24 años residente de Shenzhen, al sur de China fue descubierta por una enfermera mientras mordía el brazo de su hijo recién nacido, al parecer su intención era comérselo. La madre dañó de forma severa la extremidad del bebé tras morderlo, informó el diario británico Daily Mirror.
A pesar de que estos casos parecen muy alejados de una realidad como la de México, existen casos como el de José Luis Calva Zepeda conocido como el Caníbal de la Guerrero, quien fue detenido en octubre de 2007 por autoridades mexicanas acusado de canibalismo y triple homicidio.
Luego de una denuncia por parte de los familiares de su pareja sentimental, a la que previamente había descuartizado en su casa, la policía encontró el tronco dentro de un armario y las otras partes cortadas en trozos en el refrigerador, mientras que el antebrazo estaba recién frito en un sartén.
A Calva se le relacionó con la muerte de una sexoservidora que se encontró descuartizada y con la de otras dos mujeres que tambiuén habrían sido asesinadas por él, según declaró un hombre que dijo haber tenido una relación homosexual con el caníbal, y quién confesó haberle ayudado a descuartizar a una de sus novias.