Escrito por: Lipe Collado.
Lipe nació en San Carlos, Ciudad Trujillo, R.D. Estudió periodismo y derecho. En el pasado, profesor de la UASD, UCE y otras instituciones; periodista de Radio Mil, Radio Comercial y otras radiodifusoras, y de los diarios El Sol y La Noticia; columnista de El Sol, La Noticia y Hoy. Premio Nacional de Periodismo 2003. Autor de 35 libros, con 106 ediciones.
REPUBLICA DOMINICANA.- 7 de febrero de 2015 Suele acontecer un efecto de emparedado con temas de comunicación pública que monopolizan la atención del público de tal modo que una noticia importante desplaza otra importante, la que de una vez es suplantada por otra más importante. Sencillamente los temas se priorizan y se van superponiendo y relegándose casi a una misma vez.
En estos momentos el proceso de efecto de emparedado se desengranó quedando varado con la permanencia a la vez de cuatro temas de efectos circunfusos que se priorizan a la vez: el juicio show al negrito venido del lodo de un patio sanjuanero, ahora multimillonario ingeniero Félix Bautista, el “corrupto” preferido del Procurador General de la República, Lic. Francisco Domínguez Brito; el incitado, parcializado y, por lo tanto, malévolo Show policíaco, judicial y mediático contra el sindicato de choferes UNATRAFIN, liderado por el sereno y juicioso ex izquierdista Arsenio Quevedo; las presiones supranacionales y mediáticas para que se acepte irregularmente como dominicanos a olas de haitianos arrabalizadores mientras reputados periodistas denuncian evidentes amenazas de muertes por sus opiniones contrarias a quienes ellos juzgan como extremistas nacionalistas; y la temática ardiente de la reelección presidencial -¿a Danilo se le hace la boca agua?- atrapada en la dualidad del merecimiento y la ilegitimidad.
¿Hacia dónde dirigir y concentrar mi atención? ¿Hacia las audiencias “showseras” protagonizadas por un replegado y las novatadas de sus ayudantes en las audiencias? ¿Hacia el claramente dirigido “talk show” contra la instancia política a la que pertenece UNATRAFIN? ¿Hacia la denuncia preocupante de base cierta de los colegas periodistas, entre los cuales uno que otro se ha excedido en la defensa de los derechos de ciudadanos que ellos califican de dominicanos, dejando en cierta tipología fanatizada de receptor, la falsa impresión de que se han abanderado a una causa que atenta contra la fragilidad de los valores nacionales en juego y a la vez disminuye los derechos de dominicanos? ¿O hacia los enfoques y desenfoques de una, al parecer, merecida reelección presidencial y el aceleramiento del tren de la reelección que de intentarse convertiría en el futuro en estropajos políticos a no pocos de los que son danilistas reeleccionistas y de los que son leonelistas anti reeleccionistas?
Como es fácil de deducir, gracias a tantos temas importantes en paralelo parecieran pasar al baúl de las desmemorias o al de los malos recuerdos muchos otros de alto interés nacional como el mayúsculo escándalo del DICAN, los vacíos insondables del sonado asalto tipo comando a la prisión Najayo, la crisis continuada PRD-PRM y la intra PRM, la curiosísima fianza al falsificador de medicinas de apellido Cruz y la compra de la deuda de Petrocaribe, gravada por un interés de uno por ciento, sustituida por la que sirvió para comprarla gravada con más de un 6 por ciento, dándole la impresión así a los ignaros como yo que logramos salirnos de Guatemala para entrar a Guatepeor.
¿Y será cierto lo que dijo un abogado del acusado de sicario de choferes públicos que con el escándalo de UNATRAFIN están tapando al del mayúsculo escándalo del DICAN