>José Pérez González conoció en prisión a uno de los cinco cubanos luchadores contra el terrorismo, René González Sechwerert. Intercambiar con él ‘’fue una experiencia enriquecedora’’, dijo el boricua.
San Juan, 18 ene.- El antimilitarista puertorriqueño José Pérez González, quien este jueves cumplió la condena de cinco años de prisión por destruir bienes de la Marina de EE.UU. en la isla de Vieques, narró hoy a EFE cómo transcurrió el tiempo que pasó en la cárcel.
‘’He crecido como ser humano. Doy gracias por haber podido servir a mi pueblo con dignidad. Las futuras generaciones sabrán que nunca doblé rodilla ni sacrifiqué principios en mi afán de servirle bien», dijo Pérez González.
Pérez González fue arrestado el 9 de septiembre de 2003 por quemar un vehículo militar y una caseta de la Marina de Guerra de EE.UU. durante la celebración, el 1 de mayo de ese año, de la salida de la Marina estadounidense de Vieques, tras más de seis décadas.
Según un estudio de la organización civil «Todo Puerto Rico», desde 1999 hasta el cierre de la base estadounidense, fueron detenidos por actos de desobediencia civil mil 906 personas, de las que 266 fueron procesadas en territorio estadounidense.
Pérez González fue el único de los 12 acusados del caso que se enfrentó a un proceso judicial, ya que los otros once se declararon culpables antes de someterse a juicio y afrontaron penas menores
Durante su primer año preso muere su madre y pidió permiso para asistir a su entierro, pero- contó – tras doce horas dentro de la cárcel federal en Guaynabo, ciudad aledaña a San Juan, decidió retractarse de su pedido para no continuar con la «humillación» a la que le sometieron sus guardianes.
La condena la cumplió en once cárceles diferentes y cada vez que era trasladado a una prisión distinta perdía la comunicación con su familia.
Su primer traslado fue a Miami (Florida), posteriormente fue llevado a una cárcel en Tallahassee (Florida), y luego a otra en Alabama, donde estuvo incomunicado durante 30 días sin que le explicaran jamás las razones de los cambios.
Luego de Alabama, fue enviado a una cárcel en Atlanta (Georgia), en una celda que compartió con otros cuatro prisioneros sin calefacción y malas condiciones sanitarias.
Tras un tiempo en la cárcel de Atlanta, fue llevado a Carolina del Sur, donde compartió «amistad» y «hermandad» con el prisionero político cubano René González Sechwerert, quien se encuentra en una prisión del estado de Florida.
«Conocer a René fue una experiencia enriquecedora. Nos íbamos a correr en las mañanas y por las noches nos quedábamos en la biblioteca de la cárcel leyendo y escribiendo cartas», contó.
En 2005, el boricua fue enviado de nuevo a Atlanta, donde estuvo incomunicado y su último tiempo en prisión fue en 2007 en Misisipi, pues los últimos seis meses los cumplió bajo arresto domiciliario en Puerto Rico a donde llegó el pasado 14 de agosto.
Durante su tiempo en prisión, Pérez González logró comunicarse por cartas con los prisioneros políticos puertorriqueños Oscar López Rivera, que llevan encarcelados 26 años por su vinculación con el movimiento armado independentista de Puerto Rico.
«El trato fue bien difícil, pero me sentí bien libre estando en prisión», recordó Pérez González.
Por su parte, el juez federal en Puerto Rico, Jaime Fusté, indicó a González que tenía que pagar 10 mil dólares por los daños ocasionados aquel 1 de mayo del 2003, un hecho que considera abusivo ya que los propios militares estaban destruyendo, pues allí no había nada de ningún valor.
Vieques fue durante 68 años un campo de entrenamiento de la Marina de Guerra estadounidense, donde se realizaban constantemente maniobras militares, actividad que fue rechazada durante décadas por activistas puertorriqueños mediante manifestaciones que en ocasiones se volvieron violentas.
Vieques, llamada también la isla Nena, tiene 80 kilómetros cuadrados y apenas nueve mil habitantes, entre los que se registra un elevado número de casos de cáncer, debido, según activistas y expertos, a las prácticas militares estadounidenses.