Escrito por: Antonio Heredia
PUERTO PLATA.– Familiares y testigos oculares del momento cuando alegados agentes policiales hirieron mortalmente a Randy Rivas Payams (Haina), de 32 años, en la calle Segunda del sector Los Sufridos, en la parte sur de esta ciudad, negaron que el mismo fuera un delincuente como ha tratado de aparentar la Policía Nacional.
En una investigación realizada por este redactor en el mismo lugar donde ocurrió el pasado viernes dicho hecho de sangre, todos los residentes testimoniaron que el occiso Rivas Payams era un «muchacho tranquilo».
Asimismo, aseguraron que es completamente falsa la versión policial de que minutos antes de ser acribillado, dicho joven participó en un asalto donde un vigilante privado fue despojado de una escopeta.
Carlos Manuel Trinidad Payams, hermano de la víctima, aseguró que dos policías identificados como Federico y Jochy fueron los que dispararon contra su pariente, asesinado en su casa y no en un intercambio de disparos como ha dicho la Policía.
Señaló que “la Policía se contradice en lo referente a ese hecho, ya que originalmente reportó que Rivas Payams enfrentó una patrulla con una pistola, pero luego cambiaron la versión por una escopeta calibre 12 milímetros, hasta el punto de que al momento de ser herido mortalmente mi pariente no tenía ni un alfiler encima ni mucho menos un arma de fuego”.
Otra joven hermana de la víctima indicó que los agentes policiales llegaron “como vaqueros”, disparando por doquier, sembrando el pánico en el lugar y que le tiraron a quema ropa a Randy cuando estaba en la galería de su casa comiendo.
Añadió que en estado moribundo fue arrastrado por los uniformados “tal como si fuera un perro” y que no permitieron que sus parientes y amigos lo llevaran a un hospital, dejándolo morir ante la mirada indignante de los presentes.
Pidieron al Ministerio Público emprender una investigación seria sobre este hecho de sangre, debido a que es una completa falacia la versión policial, de que Randy, en compañía de otros sujetos desconocidos, presuntamente habían despojado de una escopeta a un vigilante privado y fueron perseguidos hasta el sector Los Sufridos originándose un intenso tiroteo en el cual murió.
Los vecinos del lugar precisaron que los agentes policiales descargaron en más de tres ocasiones sus armas sin importarle que allí estuvieran niños y mujeres embarazadas, hasta el extremo de que mostraron a los reporteros casi dos docenas de casquillos de bala que fueron disparados a mansalva por los uniformados.