AGUASCALIENTES, 27 de mayo.- Dos adolescentes de 16 y 17 años de edad son los responsables de haber asesinado a Victoria Anahí, la menor de 13 años de edad que fuera encontrada sin vida en el interior de su domicilio en el fraccionamiento Vistas de las Cumbres en Aguascalientes.
El encargado de despacho de la Procuraduría de Justicia del estado, Óscar González Mendívil, indicó que se detectaron inconsistencias en la declaración del adolescente, quien avisó a la madre de la menor que no encontraba a su hija, minutos después de haberla privado de la vida.
“Se detectaron inconsistencias en las declaraciones de un menor de 16 años de edad de nombre Érick Miguel.”
El encargado de despacho leyó parte de la declaración del menor, quien de manera textual dijo ser uno de los mejores amigos de Anahí, pero también era considerado como un hijo más de la familia.
Desde que tengo uso de razón conocí a Victoria Anahí, porque a ellas las conocí por ser nuestras vecinas; desde niños jugábamos juntos y teníamos una relación de amistad”, narró el encargado de despacho sobre la declaración del menor.
En su declaración, el adolescente confesó que mató a su amiga por venganza, debido a que la odiaba, al igual que a su mamá, porque descubrió que se expresaban mal de su familia y le habían robado un monedero a su madre.
Pues a las demás gentes les decía que nosotros los tratábamos como bichos raros, que nosotros decíamos que ellos estaban piojosos y decían que mi familia estaba en malos pasos”, dijo el menor dentro de su confesión.
El día del homicidio, Érick Miguel invitó a su amigo Mario a privar de la vida a Anahí a cambio de darle parte del dinero que se generara por la venta de los artículos que pudieran robar de la casa.
“Le dije a un amigo que estudia conmigo en la prepa de nombre Mario que tenía planeado vengarme de Victoria y, aunque en ese momento no había decidido qué hacer, sí pensaba hacerles daño, por lo que le dije a Mario que me acompañara a hacerle daño físico, golpearla o algo.”
Ambos llegaron al domicilio de Anahí con el pretexto de que la acompañarían a comprar unas zapatillas al centro, situación que habían acordado con la mamá de la niña.
En la casa, Érick Miguel convenció a su amiga de que tenía una bolita en el cuello y le pidió que le permitiera quitársela. En su declaración confesó que con ese pretexto intentó asfixiarla, pero no lo consiguió y fue hasta el segundo intento que acabó con su vida.
“Por lo que al estar detrás de Victoria la tomé con el brazo derecho y la ahorqué. Victoria estaba quieta hasta que fue decayendo, hasta caer al suelo los dos; cuando ya no se movía la solté.”
Tras quitarle la vida, ambos menores decidieron limpiar la escena del crimen con cloro (como lo habían visto en una serie de televisión), despojar a la menor de su ropa y llevarse una pantalla de plasma, una computadora y un celular para simular un robo y un ataque sexual.
Érick avisó a la madre de Anahí que su hija no abría la puerta y que no la encontraba por ningún lado; horas después, al salir del trabajo, la madre de Anahí encontró el cadáver de su hija en el baño, sin ropa y con dos botellas de cloro a un costado.
Al día siguiente, el probable responsable acompañó a los familiares al Ministerio Público, en donde todavía consoló a su madre y a sus tías por la pérdida y aseguró que él le pudo haber salvado la vida si hubiera llegado antes de los supuestos agresores a la casa.
Adriana Pizaña Hernández, madre de Anahí, clamó justicia por su hija, ya que aseguró se encontraba en su casa y no estaba haciendo nada malo.
“Sólo que me ayuden a que se haga justicia; mi niña estaba en su casa, me quitaron a mi obra de arte, lo más preciado que tenía; ahora tendré que aprender a despertar sin ella.”
Familiares de la menor se trasladaron de Guadalajara, Jalisco, para acompañar a Adriana en su dolor, quien vivía sólo con su hija debido a que su esposo perdió la vida calcinado en un trágico accidente, al quedarse dormido en estado de ebriedad a un costado de una fogata.
Sergio Pizaña Hernández, tío de Anahí, señaló que sólo Dios será el encargado de juzgar a los agresores de su sobrina.
“Estamos destrozados oiga; no hay palabras para decirles lo que siente la familia, que se aclaren las cosas, que no queremos chivos expiatorios; queremos culpables y que Dios los va a juzgar.”
Anahí practicaba gimnasia y ballet, y su sueño era que le realizaran su fiesta de XV años.
Era “alegre, estudiosa, responsable”, dijo María Elizabeth Casillas, cuñada de la madre de Anahí.
Al momento del asesinato, la menor se encontraba sola en el domicilio porque su madre había conseguido horas extras por las tardes en la escuela en donde trabajaba como maestra, ya que pretendía juntar dinero para realizarle su fiesta de 15 años.
Ambos menores podrían alcanzar una pena de 20 años de prisión por el homicidio doloso calificado y robo.