MADRID. (elmundo.es). Una nueva técnica permitirá saber, con el análisis de una gota de sangre, todos los virus que han afectado a una persona a lo largo de su vida, gracias a una investigación liderada por la Harvard Medical School de Boston (EEUU), en la que ha participado el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.
La nueva tecnología, que publica hoy la revista Science, se denomina VirScan y permite analizar de forma exhaustiva los anticuerpos virales presentes en la sangre de una persona, para así descubrir a qué virus ha estado expuesta a lo largo de su vida.
El investigador del IrsiCaixa Christian Brander, que ha colaborado en este estudio, ha detallado que, además de su interés epidemiológico, los resultados arrojan luz sobre el sistema inmunitario y podrían utilizarse para mejorar el diseño de vacunas y la detección de infecciones antes de que presenten síntomas. Además, también podría emplearse para conocer a fondo la respuesta del sistema inmunológico ante las ‘amenazas’ y la contribución de las infecciones al desarrollo de enfermedades como el cáncer.
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Actualmente, es necesario que un médico encargue una prueba para detectar un virus en concreto, pero esta nueva tecnología permite identificar todos los virus que han afectado a una persona, ya sea a través de una infección o de una vacunación, con un único análisis y por un precio aproximado de 25 dólares.
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La prueba caracteriza el espectro completo de respuestas generadas por las células del sistema inmunitario encargadas de producir anticuerpos contra los virus, las llamadas células B.
“Conocer la huella que dejan las infecciones nos permitirá saber cómo éste pasado inmunitario determinará la respuesta ante nuevos ataques virales”, ha explicado Brander, que ha destacado “las ventajas enormes” de la nueva técnica.
“El gran reto para crear nuevos tratamientos es averiguar qué anticuerpos nos protegen contra una enfermedad, y para ello primero hay que saber cuáles tenemos ya en el organismo”, ha señalado.
Para desarrollar VirScan, los científicos crearon una biblioteca de péptidos -fragmentos cortos de proteínas derivadas de virus- que representaban a 206 virus y más de 1.000 cepas o variantes.
Luego, analizaron muestras de sangre de 569 personas de EEUU, Perú, Sudáfrica y Tailandia y las dividieron en grupos en función de la edad, la localización geográfica y de si eran portadoras o no del VIH.
Los resultados detectaron un promedio de 10 virus por persona. Los más frecuentes fueron aquellos que infectan comúnmente a los humanos, como el Citomegalovirus y el Epstein-Barr (principales responsables de la mononucleosis infecciosa) y el Rhinovirus (responsable del resfriado común).
Un 88 % de las muestras dieron positivo de Epstein-Barr; un 75 % de Rhinovirus B; un 74 % de Rhinoviurs A; un 58 % del de la gripe A; un 37 % del de la polio -debido a la vacunación contra esta enfermedad- y un 24 % del de Varicela zoster.
Los análisis de VirScan revelaron que las personas residentes fuera de EEUU tienen más exposición o infección por un virus, probablemente debido a diferencias en densidad de población, prácticas culturales, medidas sanitarias o susceptibilidad genética.
En cambio, la seropositividad en Influenza B (causante de la gripe estacional) fue mayor en EEUU, seguramente por los mayores índices de vacunación contra esta enfermedad en el país.
Al comparar los resultados entre personas VIH positivas y negativas, detectaron que las portadoras del VIH presentaban con más frecuencia un resultado positivo para otros virus, incluidos el HSV2 (causante del herpes genital), el Citomegalovirus y el herpesvirus asociado con el sarcoma de Kaposi (un cáncer de la piel frecuente en personas VIH positivas).
Brander, que ha reconocido que el sistema aún no está listo para ser introducido en la sanidad pública “pero es muy útil para la investigación”, ha apuntado la posibilidad de que en un futuro cercano pueda incluirse en el estudio una cohorte de Barcelona, formada por personas a las que se monitorice cada dos o tres meses por su alto riesgo de exposición al VIH. Este análisis permitirá conocer más sobre las interacciones entre los virus y por qué una infección determinada parece favorecer o frenar el avance de otros virus en el organismo.
“Mientras no están infectados, queremos entender qué factor o factores hacen que cuando se exponen al virus no se infecten”, ha avanzado el investigador.
En declaraciones a ‘The New York Times’, Adolfo Garcia-Sastre, co director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes de la Escuela de Medicina Mount Sinai de Nueva York, ha calificado la nueva tecnología de “realmente increíble y ha señalado que se trata del primer método que producirá ‘big data’ sobre la exposición a los virus, lo que abre una gran puerta a la investigación.