Ciega desde hace 30 años recupera parte de la visión con un ojo biónico

MADRID. (elmundo.es). Una cordobesa de 62 años, ciega desde hace tres décadas, ha recuperado parte de su visión gracias a una operación pionera en España que ha consistido en la implantación un ojo biónico que permite a la mujer percibir imágenes bidimensionales en blanco y negro a través de una videocámara que lleva incluida en sus gafas.

Este hito oftalmológico lo ha llevado a cabo el equipo médico del hospital cordobés La Arruzafa capitaneado por el doctor Manuel Laborda. En España, solo se ha realizado en Barcelona el pasado año y en el todo el mundo, en 120 ocasiones. No obstante, en Andalucía es el primer caso.

La paciente, Josefa Jiménez Rodríguez, nació con retinosis pigmentaria, una enfermedad hereditaria que la dejó completamente ciega hace 30 años. Tras ponerse en contacto con esta clínica, animada por su hermana, los profesionales comprobaron que era apta para ser sometida a esta intervención, que posteriormente, requiere de un proceso de entrenamiento para recuperar la memoria visual hasta llegar a distinguir formas, luces y sombras.

El doctor Laborda reconoce que será muy difícil que Josefa pueda reconocer caras, aunque sí letras grandes. “No se puede hablar de porcentaje de capacidad visual que recuperará la paciente, pero por poco que sea, ella ya parte de una situación en la que no ve nada”, explica.

La intervención, en la que participaron hasta 11 profesionales, se llevó a cabo con el máximo secretismo el pasado 27 de abril y ha consistido en el implante, mediante acceso al globo ocular, de un dispositivo capacitado con nanotecnología y dotado de 60 electrodos que tienen como misión estimular la conexión que llega desde la retina hasta el cerebro con el objetivo de que éste reciba señales visuales que permitan subsanar la pérdida degenerativa del campo visual.

En concreto, según ha explicado el doctor Laborda, la cirugía que se le ha practicado a la paciente ha consistido en “implantar un chip con electrodos en la mácula, en el centro de la retina, para que estos sean estimulados con un sistema que va por fuera del ojo a través de una videocámara”.

Josefa ve, por tanto, a través de este aparato, por lo que la recuperación del campo visual no se produciría sin sus gafas.

La operación, que duró casi cinco horas, ha sido muy compleja. En ella se han usado hasta cinco tipos de vías de entrada intraocular y un instrumental específico y exclusivo para este tipo de cirugía. La intervención se interrumpió hasta en seis ocasiones, según marca el protocolo para realizar procesos de chequeo del implante.

Proceso de entrenamiento

La optometrista Alicia Navarro ha explicado que, tras la operación, es necesario un proceso de entrenamiento que ya ha comenzado la paciente. Los profesionales de La Arruzafa acompañan a Josefa a casa y a sus paseos por su barrio para enseñarla a desenvolverse en su vida cotidiana. “Se trata de que aprenda a ver y de que le saque el máximo partido a todo esto”, ha apuntado Navarro.

Josefa Rodríguez, visiblemente emocionada, ha explicado que el equipo médico esta clínica la convenció desde el primer momento. “Estaba segura, me atreví porque no tenía nada que perder. No iba con miedo al quirófano”, ha manifestado. La mujer asegura que la fase más emocionante fue cuando salió por primera vez al jardín del centro hospitalario. “Vi iluminarse los obstáculos al salir con las gafas. Me puse muy nerviosa porque no sabía qué me esperaba”, explica.

El pasado día 15, Josefa celebró su 62 cumpleaños y lo hizo con mucho entusiasmo porque por primera vez en tres décadas ha podido soplar las velas viéndolas. “Es indescriptible cómo ha cambiado mi vida”, sostiene la mujer.

La intervención ha costado 200.000 euros, que han sido sufragados íntegramente por el centro hospitalario, aunque las siguientes operaciones no sobrepasarán los 120.000 euros.

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