Escrito por: Manuel Antonio Vega
HATO MAYOR.- “Vendo, vendo, vendo… aceite de tortuga, pa´ los viejos sin arrugas, aceite de palma para el pelo; cepa de batata de burro pa´ resfriado y enfermedades venéreas, vendo, vendo, vendo…”
Estas y otras frases famosas pronunciada al vender por el pregón Gumecindo Peguero (Gume), ya no la escucharemos más, porque ha muerto, una trombosis cerebral lo mató la madrugada del sábado, en el hospital regional Antonio Musa de San Pedro de Macorís, donde familiares y amigos lo llevaron para ver si le salvaban la vida.
“… Vendo verduras, molondrones, perejil… Yo no se con quien me caso; quiero una mujer con dinero pa´ hacer más muchachos…, vendo, vendo chinola, cereza, vendo hojas para enfermos”…
Eran frases que lo identifican cada día al cantar lo que vendía por las calles de Hato Mayor, el más popular de los vendedores ambulantes de nuestro amado pueblo.
Eran interminables los estribillos, unos de ellos salido de la musa y retenido en la memoria de este cantor vendedor de Hato Mayor.
Lo recordaremos siempre entonar por las calles….”Compro tinaja vieja, piedra de rayos, cara indio, machete antiguo y retrato del tirano Trujillo.
Eran frases muchas de ellas jocosas, con las cuales se hizo reconocer el vendedor más polifacético de Hato Mayor del Rey.
Gumecindo Peguero de la Cruz, fue un humilde campesino de al comunidad de Los Jíbaros, quien desde las 6:00 de la mañana, recorría los barrios de Hato Mayor del Rey, pregonando la venta de verdura, víveres, hojas de té y comprando objetos viejos para colección.
Era hijo de los agricultores Gumecindo Peguero Pacheco y Julia de la Cruz.
Este batallador hombre de la calle nació el 26 de noviembre de 1936 y expiró la madrugada del sábado 17 de agosto del 2013.
Fue una leyenda viviente, que casó con Amalia Trinidad, con quien procreó siete hijos: Raúl, Rosita, Dolorita, Carmelo, Ricardo y Sobeida Peguero Pacheco.
A Gume y a nadie más en Hato Mayor se recordará tanto por su forma de cantar lo que vendía. Fue un ser fuera de serie y de extrema humildad, que se ganó el cariño y admiración de todo un pueblo. Paz a su alma.