Escrito por: De Jesús Del Toro | Pulso USA
La experiencia, la ciencia y la literatura indican que, tarde o temprano, un gran terremoto originado en la Falla de San Andrés, en California, golpeará severamente ciudades como Los Ángeles o San Francisco. Es como una profecía que, como sucede en otras áreas de gran actividad sísmica, todos saben que ocurrirá, que es inevitable y que lo mejor ante ello es la preparación.
Pero pese a su enorme fama, la Falla de San Andrés, como señala un puzante artículo de Kathryn Schulz en The New Yorker, no es la mayor amenaza sísmica que enfrenta la costa del Pacífico de Estados Unidos. Según ese texto, la potencia de un posible terremoto originado en la Falla de San Andrés, por las características geológicas de ésta, tendría una potencia máxima de 8.2 grados Richter. Muy poderoso, desde luego, y capaz de causar estragos enormes. Pero pequeño en comparación al inmenso terremoto de 9.0 grados Richter que azotó Japón en 2011, y provocó un inmenso tsunami.
La zona de subducción de Cascadia, la mayor zona de peligro sísmico de la Costa del Pacífico de Estados Unidos. (CREW)La zona de subducción de Cascadia, la mayor zona de peligro sísmico de la Costa del Pacífico …
Ese tipo de sismos enormes son los que tienen la capacidad de devastar regiones completas. Y uno de ellos, en principio, no sería posible en el ámbito de la Falla de San Andrés.
Pero más al norte, indica el reportaje en The New Yorker, existe otra falla menos famosa pero más ominosa y potencialmente devastadora: la zona de subducción de Cascadia, que comienza en el norte de California y continúa por los estados de Oregon y Washington y sigue hasta Vancouver en Canadá. Ciudades como Seattle, Portland y Vancouver están dentro del área de subducción de Cascadia.
Allí, donde chocan varias grandes placas tectónicas, sí es posible que se desate un terremoto de magnitudes enormes. Schulz afirma en su artículo que si solo la parte sur de la zona de Cascadia cediera ante sus inmensas presiones, se registraría un terremoto de hasta 8.6 grados Richter. Pero si el área completa cediera, el terremoto sería de entre 8.7 y 9.2 grados Richter, simplemente avasallador.
La escala de Richter es una secuencia con base 10, por lo que un terremoto de 5 grados es 10 veces más poderoso que uno de 4, por ejemplo. Un terremoto de 8 grados tiene una fuerza equivalente a la detonación de 15 megatones de dinamita. Uno de 8.5 tiene una fuerza de 85 megatones. Y uno de 9 de 480 megatones.
La ciudad de Seattle se ubica dentro del área de Cascadia. (Getty Images)La ciudad de Seattle se ubica dentro del área de Cascadia. (Getty Images)
La organización Cascadia Region Earthquake Workgroup (CREW), una coalición de entidades públicas y privadas, está dedicada a estudiar la sismología y geología de la región y a promover la preparación en caso de una emergencia de terremoto y tsunami. En su sitio web, CREW ofrece un análisis donde describe un potencial escenario en caso de un terremoto de 9.0 grados en la zona de Cascadia.
En 2012 y 1992 se registraron ya en la zona dos terremotos de más de 7 grados Richter en el área de Cascadia y el 26 de enero de 1700 tuvo lugar allí uno enorme, de 9.0 grados Richter, a lo que siguió un tsunami que azotó e inundó las costas. Por ello, autoridades y científicos se toman muy en serio el peligro en esta región, dado que la presión acumulada desde 1700 es considerable y creciente.
Así, si bien es posible que esa presión se libere en varios fuertes terremotos del orden de los 8 grados Richter y no en un mega evento de 9 grados, los expertos se enfocan en el peor de los escenarios para poder entender al máximo los riesgos y las circunstancias a enfrentar.
El documento de CREW explica que un terremoto de 9 grados Richter en la zona de Cascadia duraría entre 4 y 6 minutos y el posterior tsunami podría medir entre 30 y 40 pies de alto en áreas de la costa noroeste de Estados Unidos. CREW estima que un desastre así podría causar 10,000 muertos, 30,000 heridos y daños de más de $70,000 millones. Afortunadamente, en comparación con las costas de Japón, el área de Cascadia no tiene poblaciones costeras muy densas. CRE W estima en unas 71,000 las personas que viven en áreas potencialmente inundables por un tsunami en el norte de California, Oregon y Washington. Pero el daño muy sería considerable.
Un video en YouTube hace una simulación, con base en datos de la Administración federal del Océano y la Atmósfera) de las áreas de Seattle que se verían inundadas en caso de sufrir el impacto de un gran tsunami.
Claro está, se trata de proyecciones, datos posibles, escenarios. El verdadero saldo no se conocerá hasta que el desastre ocurra, algo que nadie desea que suceda en realidad.
Con todo, aunque tarde o temprano habrá en el área de Cascadia un megaterremoto (como ha sucedido ya en el pasado), lo cierto es que estos eventos son impredecibles. El documento de CREW indica que un terremoto de 9 grados Richter ocurre en promedio cada 500 años en la zona, pero algunos han ocurrido con una separación de 1,000 años entre sí y otros de 200. Así, CREW considera que la posibilidad de que un sismo de esa magnitud ocurra en el área de Cascadia en los próximos 50 años es 1 en 10.
La preparación para posibles evacuaciones y condiciones de emergencia, la concientización de la población, la construcción basada en lineamientos muy estrictos para que los edificios logren soportar terremotos enormes, la creación de sistemas de alerta para avisar a la población en caso de peligro y la coordinación institucional para actuar oportunamente ante un posible desastre son claves.
Algún día un gran terremoto azotará Cascadia, la zona de la Falla de San Andrés y el resto de las áreas de gran actividad sísmica en el mundo. Lo mejor, en esa estremecedora posibilidad, es que la población del lugar y sus autoridades estén preparadas.