Mentiras al desnudo. Un milagro de la economía dominicana: Menos con más

Escrito por: Bernardo Hirán Sánchez Melo, economista, Ph. D.

En la década de los noventa el mundo llegó a conocer un fenómeno muy peculiar de la economía internacional llamado El Milagro Irlandés, pues de ser un país pobre, periférico, víctima de intensas migraciones, e inclusive de hambrunas, pasó a constituir, en apenas diez años, una de las economías con mayor renta per cápita del mundo.

Claro está, no dejan de ser paradigmáticos las economías de algunos países del sudeste asiático, ni mucho menos el fenómeno chino (que se espera en el 2050, según un estudio elaborado por la consultora británica Pricewaterhouse Coopers, ocupe el primer lugar de las economías del mundo). Sólo que, Irlanda tiene el privilegio de ser uno de los pocos países que, en pocos años, logró un crecimiento intenso y sostenido, debido a la transformación radical de su estructura productiva.

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A todo esto, habría que hacerse la pregunta ¿En qué se tradujo ese alto crecimiento de la económica irlandesa? Pues bien, según el último Informe de Desarrollo Humano, 2014, Irlanda muestra una clasificación de Desarrollo Muy Alto, inclusive mejor posicionado que Suecia, Islandia y Reino Unido, con una esperanza de vida al nacer de 80.7 años, un nivel medio de escolaridad de 11.6 años, y un ingreso per cápita de 33.4 mil dólares (del 2011).

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De un país del continente europeo, caemos en República Dominicana, un país con tasa de crecimiento histórica nada despreciable, pero sí de gestiones de gobiernos cuyas políticas públicas dejan mucho que desear, con resultados en los objetivos sociales deficientes, no sólo comparado con economías de mejor desempeño como la chilena, sino inclusive con un país de Desarrollo Humano Medio, como lo es Nicaragua.

a 2En efecto, en 162 años, contabilizados desde la fundación de la República hasta el 2006, el país creció un 4.3% promedio anual, y del 1991 al 2013, la economía creció un 5.7% promedio anual. Así, con una población de 9,883,486 personas (ONE), el país alcanzó un PIB a precios corrientes de 64,053.4 millones de dólares (BCRD), para un PIB per cápita de 6,480.9 dólares, en el año de 2014, solamente superado en el Caribe y Centro América por Costa Rica y Panamá.

Sin embargo, surge de nuevo el cuestionamiento ¿Cómo se ha traducido el crecimiento económico en la sociedad dominicana?

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Pues bien, si se toma como referencia una de las mejores economías latinoamericanas, la de Chile, la República Dominicana llega a representar el 40% del PIB per cápita de Chile, y Nicaragua mucho menos favorecida con apenas un 12%. Sin embargo, a partir de los datos del Informe de Desarrollo Humano del PUND del 2014, se verifica que los nicaragüenses lograron una mejor tasa en Años de Vida al Nacer al lograr 74.8, contra 73.4 mostrado por RD, mientras Chile muestra mejores resultados con 80 Años de Vida al Nacer. Es importante destacar que, éste indicador es un componente de salud en el Índice de Desarrollo Humano, lo que demuestra un rezago en nuestro sistema de salud, respecto a economías más débiles que la nuestra.

Más aun, quedamos peor parados en la tasa de Mortalidad Infantil, pues apenas logramos un 31.5% respecto a los chilenos, mientras Nicaragua presenta un mejor desempeño al alcanzar 37.2%. En tanto, en la tasa de Mortalidad de Niños desmejoramos al alcanzar un 28.1% del referente chileno, y Nicaragua muestra, de igual manera, mejores resultados con un 36.4%.

En cuanto a los años Medios de Escolaridad el país dista mucho de lograr el mejor referente latinoamericano y caribeño, que lo es Cuba con 10.2 años promedio, del cual nos encontramos bastantes distante con apenas 7.5 años.

Como se verifica, nuestra condición de ser país pro-crecimiento no se traduce en bienestar social, pues los altos niveles de desigualdad en términos de ingresos en la sociedad dominicana, impiden que las bondades del crecimiento no se reflejen en la mayoría de la población dominicana, por imperar un desempleo estructural de un 15%, y un predominio de bajos ingresos salariales e informales, en donde el salario mínimo apenas es un 46.6% del costo de la canasta familiar. Lo que nos otorga la condición de ser uno de los países del mundo con mayor nivel de desigualdad, impidiendo, en consecuencia, sacar de la pobreza a más de un 40% de la población dominicana.

De modo que, mientras otros países de economías similares y hasta más débiles que la nuestra, logran mejores resultados en los indicadores sociales, los gobiernos dominicanos logran una mayor simpatía en la población votante, a pesar de los magros resultados sociales. ¡Enseñanzas de un viejo caudillo!

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