Dirigentes y miembros del Partido de la Liberación Dominicana en la ciudad de Providence, Estado de Rhode Island, renunciaron de esa organización para ingresar al Partido Revolucionario Moderno y respaldar la candidatura presidencial del licenciado Luis Abinader.
La renuncia fue encabezada por el presidente del Comité Intermedio del PLD en esa ciudad, Rubén Ogando, quien declaró que los peledeístas de Providence están cansados de los maltratos de la dirección nacional y de las promesas incumplidas del presidente Danilo Medina frente a la comunidad dominicana en Estados Unidos.
Los renunciantes, algunos de los cuales tenían más de 30 años de militancia en el partido fundado por el profesor Juan Bosch, ingresaron al PRM durante una ceremonia encabezada por el secretario general de esa entidad, Jesús Vásquez Martínez; el vicepresidente Eligio Jáquez; el director de campaña en Ultramar, Carlos Margarito De León, y el dirigente nacional, Héctor Guzmán.
Entre los dirigentes peledeístas que decidieron abandonar su partido para ingresar al PRM también figuran Francisco Felipe, Noé Rodríguez, Feliz Henríquez, Tirso Núñez, Nery Bernabé, Valentín Disla, y Juan Rodríguez.
Al hablar en nombre de los nuevos perremeístas, Ogando exhortó a sus seguidores y compañeros de partido a que se esfuercen en la nueva tarea de lograr que en la República Dominicana se produzca un verdadero cambio en el rumbo político, económico, social y moral.
Al ofrecer la información a través de la Dirección de Prensa del PRM, el ingeniero Jáquez, dijo que la renuncia de los dirigentes peledeístas de Providence es una evidencia de la profunda decepción que ha generado en la comunidad dominicana en Estados Unidos el Gobierno del presidente Medina, quien no le ha cumplido ni a los seguidores de su partido ni a los compatriotas en general.
Sostuvo que “el actual gobierno del PLD ha construido un castillo de arena que ha comenzado a derrumbarse en la medida en que los dominicanos de aquí y de allá han comprobado que el presidente Medina ha endeudado al país de manera alegre e irresponsable sin resolver ninguno de los grandes problemas que históricamente han afectado a la sociedad dominicana, incluyendo la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la crisis del sistema de salud, los apagones, la falta de agua potable y el desorden institucional.