SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El 2015 terminó siendo un año de «precario desempeño exportador, una tasa de desempleo que se mantiene tozudamente elevada, y un prolongado desbalance fiscal que amenaza con llevarnos a un ajuste violento y doloroso», estima el economista, Pavel Isa.
Durante el 2015, la nación se mantuvo a la espera de reformas de alto grado «que contribuyan a que el crecimiento genere más y mejores empleos, a que el aparato productivo pueda competir en los mercados internacionales, a transformar la educación y el sistema de salud, y a que el fisco sea más sostenible, endeudándonos menos y gastando con eficacia y eficiencia en las cosas que son importantes».
En un artículo publicado en El Caribe Pavel Isa reconoce que los pasados 12 meses fueron de gran dimanismo económico, pero que lo lograron solucionar el grave problema del desempleo, ni aumentaron las exportaciones.
«Igual que el año pasado (2014), los precios crecieron a una tasa muy baja. Probablemente la inflación anual cierre en menos de 2.5% respecto a 2014. La caída en los precios del petróleo y una política monetaria bastante restrictiva explican este desempeño. Desafortunadamente, esto tiene una dimensión negativa: esa política monetaria ha implicado una tasa de interés real elevada y por lo tanto un crecimiento de la inversión menor al deseable y al posible. ¿Acaso no hubiese sido mejor tener una política monetaria más laxa que llevara a una tasa de interés más baja que viabilizara inversiones con impactos relevantes en el empleo aún a costa de un poco más de inflación?, plantea Pavel Isa.
El profesional critica al gobierno de Danilo Medina por lo saber aprovecha la baja en los precios del petróleo, porque: «desdichadamente, la buena suerte no ha sido aprovechada, y no se han capitalizado los beneficios de esa reducción porque los ahorros en el subsidio a la energía no se han invertido en resolver el problema de fondo del sector eléctrico: la distribución y la comercialización. Por el contrario, se continuó insistiendo en las plantas a carbón y, de forma poco transparente se usó el subsidio “sobrante” para cubrir el faltante de financiamiento de un proyecto que no ataca las raíces del problema».
Niega además las constantes afirmaciones de Danilo Medina sobre una supuesta reducción de los índices de pobreza a niveles irreales.
«En un período de crecimiento económico, es natural que la pobreza se reduzca pero difícilmente lo haga en las dimensiones que indican las estadísticas oficiales. El escepticismo generalizado de la gente común pero también de entendidos aconseja una discusión pausada del tema».
La educación
«Los defensores de la política pública hablarán de educación. Pero hasta ahora el Gobierno sólo puede mostrar aulas, y aún allí hay fuertes rezagos, problemas de calidad en la infraestructura y corrupción. El tema de la calidad en la enseñanza y el aprendizaje sigue pendiente. Si se han hecho esfuerzos, no se ven. La atención pública debe girar hacia allá, demandando y acompañando. La tanda extendida es una oportunidad pero está lejos de ser sinónimo de calidad».