La empresa dejó entrever en el comunicado que decidió «desincorporar» los activos externos, para que no se vean afectados por el proceso nacionalización de Cemex y de otras empresas del sector que acordó hace dos meses el gobierno del presidente Hugo Chávez.
El gobierno venezolano activó a mediados de abril conversaciones con los representantes de Cemex, Lafarge de Francia y la suiza Holcim Ltd, para proponerles un modelo de asociación donde el Estado tendría mayoría accionaria.
La administración de Chávez ha planteado que la toma de control de las cementeras será similar al proceso que realizó el año pasado con los cuatro proyectos petroleros de la faja oriental del río Orinoco, donde el Estado asumió una participación de 60%.
Chávez nacionalizó el mes pasado la Siderúrgica del Orinoco como parte de un proceso para llevar a Venezuela hacia un modelo socialista.