Escrito por: Tulio Villegas villegastulio@gmail.com
«Nada contribuye más eficazmente a la difusión contagiosa de una disposición criminal que la impresión de que de todas formas no hay justicia».
| Jueves, 31/03/2016 .- Lo que cuesta una mercancía hoy ya no lo costará mañana, nos encontramos en una vorágine especulativa si precedentes; no hay autoridad capaz de demoler las mafias que se han apropiado de la distribución de los alimentos básicos para la vida en nuestro país, que determinan su precio de manera asquerosamente caprichosa, sólo en atención a los intereses malévolos de una casta burguesa que se le metió entre ceja y ceja el «bendito» empeño de acabar con la revolución Bolivariana, restaurando el servilismo neo-colonial, congraciándose así con sus amos imperiales.
No hay ninguna lógica que pueda explicar o por lo menos servir de coartada creíble para los niveles de precios que experimentamos día a día, desde lo más básico como una botellita de agua hasta los precios de los vehículos e inmuebles, pasando por supuesto por alimentos y medicinas, todo, absolutamente todo está a precios de locura.
AUMENTAR LOS SALARIOS SIN CONGELAR LOS PRECIOS NO SIRVE; ES COMO DARLE UN REGALO A LOS CAPITALISTAS; POR FAVOR HABRAN LOS OJOS; TODO AUMENTO EN EL PODER ADQUISITIVO DEL TRABAJADOR (A) REPRESENTA UN AUMENTO AUTOMATICO EN LOS PRECIOS DE TODO.
Por otro lado, el otro actor de ésta trama, nuestro gobierno, parece haberse dispuesto a no reconocer lo terrible de la cotidianidad de nosotros el pueblo, haciéndose de la vista gorda frente a la especulación galopante, insistiendo tercamente en la tesis del dialogo con sordos. Resulta igualmente incomprensible, por lo menos, decretar aumentos en las tarifas del transporte público, ADEMÁS INCONSULTAMENTE, que entran en vigencia días antes de la quincena o el aumento del kilogramo de café de 45 bolívares a seiscientos bolívares, en un envión, sin anestesia; DOS SIMPLES EJEMPLOS.
Aun los trabajadores y trabajadoras no cobran el aumento de llamado cesta-ticket de alimentación y ya la especulación se trago el referido aumento.
Increíblemente ésta situación nos ha llevado a un «canibalismo», a un todos contra todos, pueblo jodiendo a pueblo, acrecentándose cada día la impresión de que «no hay gobierno»; uno de lo más conspicuos ideólogos de la cuarta república diría en un momento: «En Venezuela todo el mundo roba porque no hay razones para no hacerlo».
Y esa parece ser la situación actual; bachaquerismo desenfrenado, auspiciado quiérase o no, por una desacertada política de distribución, que todavía coloca los productos de primera necesidad en manos de las redes capitalistas de distribución, generando colas y desesperanza en las madres y familias en general, estableciendo relaciones simbióticas entre el comercio y el bachaquero, y el pueblo que se joda; Simón Rodríguez: «permítanse los términos vulgares, esto es para que todos entiendan».
Parece que nuestros gobernantes se creyeron el cuento de que la economía tiene metabolismo propio, con lo que los ajustes de precio se dan en el ámbito de la oferta y la demanda, pero no hay nada más absurdo que ésta aseveración, puesto que la economía seguirá los fines de aquellos que la originan, así púes los procesos económicos en este capitalismo salvaje obedecen y persiguen el logro de los objetivos de los capitalistas y punto.
Casi doscientos años y quizá más tiene el debate entre la economía liberada y la economía planificada, siendo en ésta segunda el CONTROL, para mí, su más preciada característica; pero ¿control de que?, pues muy sencillo: de precios, de cambio, de producción y consumo racionales, vale decir, una economía al servicio del ser humano, que garantice, entre otras cosas, la accesibilidad a los alimentos y demás insumos necesarios para la vida.
ECONOMÌA LIBRE (CAPITALISMO-NEOLIBERALISMO) – ECONOMÌA PLANIFICADA (SOCIALISMO).
Y fin del debate, pero aquellos que nos gobiernan parecen encontrarse en un «interregno» donde la confusión y la falta de convicción son las reinantes a la hora de tomar la decisión definitiva y vital de MARCAR LOS PRECIOS Y CONGELARLOS, de asumir la DISTRIBUCIÓN DE LOS ALIMENTOS POR CANALES DISTINTOS A LOS DE LAS REDES DE SUPERMERCADOS Y OBLIGAR A LAS FARMACEUTICAS Y FARMACIAS A DISTRIBUIR MEDICINAS.
Se requiere en la coyuntura actual MENTALIDAD EXPERIMENTAL para dar solución al problema de accesibilidad a los alimentos y medicinas, afectados por los precios distorsionados y las colas que hay que hacer para adquirirlos. MENTALIDAD EXPERIMENTAL significa hacer cosas ya, como por ejemplo utilizar la magnifica plataforma electoral con la que contamos en el país con sus registros de votantes, sistemas biométricos de identificación, centros de votación, inclusive su propio plan de contingencia y seguridad; desconcentra las colas, controla los precios, garantizando el acceso y le ganarás la guerra a los terroristas económicos.
Resulta loable la iniciativa de los catorce motores, pero motores estos que encenderán algunos, otros no, cada uno a su tiempo y ritmo, pero que en definitiva, en mayor o menor medida requerirán de un mismo combustible: ¡DOLARES!
Con asombro se escucha la confesión de un «gran empresario» Venezolano, por lo menos eso cree la mayoría de nuestros compatriotas, cuando declara que después de setenta y cinco años de fundadas sus empresas, todavía requiere de dólares, que le facilite el gobierno, para sus actividades medulares; increíble pero cierto, en casi un siglo de existencia estos incompetentes aun requieren de insumos importados para elaborar sus productos y lo peor, una empresa de harina de maíz que no siembra una hectárea de maíz; esto en los Estados Unidos, según la Sarbanes Oxley Act, le impediría a ésta «mega empresa Venezolana» la posibilidad de cotizar en bolsa, así como el cierre absoluto de todo tipo de financiamiento por «mala gobernanza del negocio», pero aquí en Venezuela arman berrinche pidiendo dólares, publicitando su muy «reputada gerencia»; ¡QUE RIÑONES!
La realidad de la mayoría de los catorce motores es esa, todos requieren el dólar como combustible, porque nuestras empresas, nuestras industrias son, unas más que otras, simplemente «CASAS DE COMERCIO CON ABOLENGO»¿?, «EMSAMBLADORAS» y otras más sencillamente «DISTRIBUIDORAS», «FRANQUICIAS», en fin «VENDEDORES DE BISUTERÍA» como se les calificaría alguna vez (FEDECAMARAS, VENANCHAM, CONSECOMERCIO Y OTROS); todas requieren de insumos importados para poder operar, sin embargo eso nos el pecado porque no existe economía autosuficiente, ni la habrá, el pecado es no haber hecho el esfuerzo por desarrollarse, por ser verdaderamente industrias. Este es el germen patógeno causante de la economía rentista comercial – petrolera y sus respectivos parásitos.
Este estado de cosas los vemos también reflejado en el modelo de ocupación de la población económicamente activa estimada en el 66% del total, donde de cada 100 compatriotas en condiciones de trabajar 60 se ocupan en el sector del comercio y los servicios, bien sean formales o informales, quizá 20 estén produciendo de verdad algo y 20 son servidores públicos, entonces como es que tenemos aparato productivo si no tenemos gente produciendo; SOMOS UN PAÍS DE VENDEDORES; haga la prueba ¿Cuántos vecinos tiene usted trabajando en una industria que produzca de verdad algo?, repito, de verdad, no ensamblando o distribuyendo. Revisémonos por favor.
Es urgente resolver esto, porque no exagero cuando aseguro que nos estamos convirtiendo en un país de ladrones, ya no se confía en nadie; el transportista te especula, el kiosquero también, ni hablar de los demás servicios como barberos y peluqueros, boleros (limpia botas) y todos los «eros», todo el mundo a especular, todo el mundo a robar, grandes y chicos, desde el más acomodado hasta el más fregao; la cotidianidad se nos viene encima con una ferocidad sin límites, porque no hay quien se los ponga, porque la autoridad pública ya no se hace de la vista gorda, es peor, son socios del bachaquerismo y la especulación; al generalizar admito que me equivoco; que más da, algunos sanos han de haber.
El bachaquerismo llego también a los servicios funerarios y de cementerios, insólito; vi la reventa de boletos del metro en petare con el argumento de que el número de usuarios aumentará en correspondencia con el aumento del pasaje y los boletos escasearan. Acérquense y verán.
LOS MOTORES PARA EL IMPULSO ECONÓMICO ASÍ COMO EL LLAMADO AL CONGRESO DE LA PATRIA, en mi opinión, son «lanzamientos de jabalina»; apuntan a impactar en un umbral de mediano y largo plazo cuando necesitamos impactar positivamente de inmediato; no podemos postergar comer, eso se llama pasar hambre. No les resto en absoluto validez a estas iniciativas, por el contrario las reivindico, pero el momento es ahora; debemos actuar en sincronía, en paralelo, simultáneamente con acciones que impacten en lo inmediato.
Sin embargo, LUZ NO PARA CARRO, vale decir, la luz roja del semáforo por sí sola no hace que los autos se detengan, entonces el establecimiento de los necesarios y urgentes controles por sí solos no harán la diferencia, se requiere de una AUTORIDAD PÚBLICA fuerte, moralizada, que obligue al cumplimiento de las normas; pero la autoridad pública se encuentra corroída, viciada y poco o nada podemos contar con ella para el combate a los terroristas económicos (reconozco que me equivoco cuando generalizo).
Entonces ¿qué hacer?, es muy sencillo, continuar la construcción de nuestro Socialismo Bolivariano del siglo XXI adicionando y desarrollando en nuestra Doctrina el principio y ley natural de la AUTORIDAD POPULAR. En nuestro sistema de democracia directa, así también definida, nos encontramos frente al paradigma del PODER POPULAR, poder popular que restituye el ejercicio de la soberanía al pueblo, y que sin embargo poco o nada vale este poder popular en lo pragmático, en lo cotidiano; seguramente es un avance en el ejercicio de la política pero la autoridad pública sigue siendo la que se ejerce sobre la sociedad para normarla.
Cuanta frustración y arrechera se siente cuando vas a comprar algo sabiendo su precio justo, inclusive marcado como tal y el comerciante te lo vende al precio que le da la gana y te dice: «Si lo quieres, si no déjalo allí»; en ese momento no hay policía, ni SUNDDE, ni guardia del pueblo, ni nada, sólo tú y tú impotencia.
Pero que distinto sería si investidos de AUTORIDAD POPULAR, podríamos obligar a ese comerciante a vender las mercaderías a su precio justo, porque es muy sencillo, no solo somos unos cuantos los abusados por estos inescrupulosos, somos millones, y si por grupos de al menos cinco ciudadanos (as) ejercemos la autoridad, en orden, con decoro; pero que maravilla, será más difícil especular, más expedito el cierre de establecimientos transgresores, etc. en fin, una maravilla.
Sí realmente creen en nosotros, ¡ya! vamos de frente con la AUTORIDAD POPULAR, porque demostrado está, en el sistema que estamos construyendo, que el PODER SIN AUTORIDAD NO FUNCIONA, es pura paja. Confíen en el pueblo, en el uso sabio que le dará a su autoridad, sin anarquías ni corruptelas, en orden y organizados y, sobre todo para que funcione debe SUBORDINARSE LA AUTORIDAD PÙBLICA A LA AUTORIDAD POPULAR.