Los resultados del ensayo acaban de publicarse en la revista Aging.
Fuente Externa
Viernes 1 de julio 2016.-Desde Estados Unidos nos llega una gran noticia médica en la lucha contra uno de los males de nuestra era: las enfermedades neurodegenerativas, y más concretamente el Alzheimer. Un reciente ensayo clínico a pequeña escala, realizado con 10 pacientes aquejados por este mal, ha dado unos resultados sencillamente espectaculares. De hecho algunos de los participantes, diagnosticados previamente con anormalidades cognitivas severas, volvieron a someterse a pruebas tras el ensayo puntuando en los escáneres cerebrales con medidas calificadas como “normales”.
¿Y cómo han obrado este milagro? En realidad no se trata de emplear únicamente medicación, ya que este es solo uno de los 36 puntos empleados durante el tratamiento experimental, al que sus creadores llaman MEND (siglas del inglés para “Mejora Metabólica para la Neurodegeneración”). MEND, consiste en un programa de 36 puntos que incluye medicación, cambios dietéticos, suplementos vitamínicos, estimulación cerebral y ejercicio entre otras cosas.
Según este equipo de investigadores dirigido por Dale Bredesen, gracias a su nuevo enfoque: “pacientes que habían tenido que abandonar su trabajo intermitentemente (debido a su enfermedad) han podido regresar al trabajo, y aquellos que empezaban a sentir sus efectos durante su jornada laboral, han mejorado su rendimiento”.
Bredesen califica las mejoras observadas en los 10 pacientes participantes como “sin precedentes”, añadiendo además que “el seguimiento posterior ha hecho que la situación médica de algunos pacientes pase de anormal a normal”. Ciertamente el tamaño de la muestra es muy pequeño, pero para los autores del estudio los resultados son igualmente significativos, ya que todos los participantes menos uno portaban el alelo APOE4, gen involucrado en el 65% de los casos de Alzheimer.
Precisamente por esto, Bredesen cree que la medicina entra “en una nueva era” en la que evaluar de forma temprana la presencia de este alelo podría resultar crucial para lograr que los pacientes eviten el sufrimiento que acarrea el mal de Alzheimer. En la actualidad, los doctores no buscan la presencia del APOE4 en sus pacientes, ya que muchos consideran que saber que uno es portador, y que por tanto tiene una probabilidad mayor de desarrollar Alzheimer a medida que envejece, no beneficia en nada, ya que no existe ningún tratamiento que funcione.
En el trabajo publicado en Aging se puede leer por ejemplo lo sucedido con un paciente de unos 65 años, que había sufrido un encogimiento cerebral en el área del hipocampo, tan severo, que puntuaba en el 17% del percentil de lo correspondiente a su edad. Tras 10 meses de tratamiento, las resonancias magnéticas mostraron que el volumen de su hipocampo se había incrementado hasta el 75% del percentil, lo que coincidía con una mejora muy grande de sus capacidades cognitivas.
Otro de los casos habla de un paciente de sesenta y muchos años, cuya memoria a largo plazo puntuaba en un tercio del percentil correspondiente a su edad. Su situación era tan mala que estaba a punto de cerrar su negocio ya que no podía gestionarlo de forma correcta. Tras seis meses de tratamiento, fue capaz de memorizar su agenda de trabajo diaria y de reconocer las caras de sus empleados. Tras 22 meses de tratamiento, este mismo paciente puntuó en el 84% del percentil y como resultado pudo mantener abierto su negocio.
Los resultados del ensayo acaban de publicarse en la revista Aging.
Me enteré leyendo la nota de prensa del Buck Institute for Research on Aging. (Más información sobre esta organización sin ánimo de lucro, dirigida a la investigación de las enfermedades asociadas con el envejecimiento en Wikipedia).