>Brenda Elizabeth se gradúa con honores de Bachiller en el Colegio Ana Peña

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Su padre el periodista Enrique Cabrera Vásquez, le escribe una  carta pública de reconocimiento

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SAN PEDRO DE MACORIS.- Brenda Elizabeth una de las hijas del periodista Enrique Cabrera Vásquez se graduó de Bachiller el pasado 1ro de julio en una ceremonia de investidura celebrada en el Hotel Macorís por el Colegio Ana Peña.


Radiante de felicidad la joven que recientemente cumplió 18 años de edad, tuvo a bien compartir ese momento inolvidable con sus padres Dulce María Reyes y Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo), sus hermanos Enrique Antonio y Candida Paola, así como los compañeros y compañeras que junto a ella también hicieron su graduación.


Brenda estuvo entre el selecto grupo de alumnos del cuarto de bachillerato que lograron medalla de honor.


A continuación reproducimos la carta  de felicitación y reconocimiento que su padre, el periodista Enrique Cabrera Vásquez,  le dirigió a la joven estudiante que piensa estudiar medicina en la Universidad Central del Este (UCE).

San Pedro de Macorís. R.D. lunes 2 de julio 2012


Mi adora hija Brenda Elizabeth Cabrera Reyes.

Tendría que incursionar en las interioridades de mis sentimientos para medir el grado de satisfacción que me produjo verte radiante de felicidad disfrutando de tu graduación de bachiller, el domingo 1ro de julio en el hotel Macorix. Máxime al graduarte con honores.


Para nuestra familia este acontecimiento ha sido grandioso. Inmensa ha sido la alegría ver a nuestra Brenda Elizabeth llegar exitosamente a uno de los escalones más importante en tu carrera procurando la conquista de un título universitario. Los que tuvimos el privilegio de estar presente en esta actividad, tu madre, tu hermano Enriquito, Paola y tu padre que te quiere tanto, pudimos observar cómo te colmaba la emoción espontanea que llenaba tu espíritu.


Mientras disfrutaba de la larga ceremonia de investidura del colegio Ana Peña rememoraba inolvidables momentos cuando mi primogénita Elba Carolina, también se graduaba en una actividad parecida del Colegio Los Pininos. Tal como en aquella ocasión, volví a vivir indescriptible instantes de contenta emoción. Orgulloso de mis vástagos disfruto cual si fuese algún nuevo juego en la mano de un niño cada convocatoria de mis hijos asumiéndola con el interés que la misma se merece.

Mi amada hija ya eres bachiller. ¡En horas buenas este preciado instante esperado! A partir de ahora tus energías se incrementarán y demandará mayor interés y atención, la paciencia y la comprensión se imponen como regla humana en la escala afectiva.


Tras la conquista de esta jornada luchar por ocupar un sitial de respeto en la sociedad se convierte en el nuevo desafío de tu vida: alcanzar un título profesional. Lograr esta preciada meta presupone recorrer nuevos caminos de sacrificio, entrega y dedicación por los estudios. Te veras compelida a enfrentar cualquier obstáculo imprudente que se interponga en tu anhelada meta, derrotarlo con la fuerza de tu voluntad, y así alcanzar el futuro luminoso que tú ansías.

Afronta esta nueva carga con entereza y dignidad. Saca de tu entorno todo vestigio de provocación que amague con desviarte de esa ruta preclara. Con seriedad y rectitud asume cada encomienda emanada del proceso de enseñanza académica que se te presenta en lo adelante. Compórtate siempre con el debido respeto y nunca deje que la frustración perturbe tu ánimo.


Estoy seguro de que al igual que en esta histórica ocasión vencerás. Que próximamente colmada de nuevos logros tus seres queridos podrán verte nuevamente radiante, regocijada, exhibiendo con orgullo el titulo que te acreditará como una nueva profesional con vocación de responsabilidad, humana, solidaria, decente, respetuosa y digna de los tuyos.

Mi Brenda querida quisiera estar contigo apoyándote siempre, orientándote con mis consejos y sermones, velando por tu seguridad e integridad personal, advirtiéndote sobre los peligros que asechan en estos tiempos invadidos de maldad. Pero más que lo que yo te puedas decir, mi hija del alma, esta tu propia capacidad para discernir lo bueno y lo malo, el tener la madurez suficiente para nunca dejarte manipular ni confundir. Cúbrete en la duda hasta que la práctica social compruebe la realidad que te rodea.

En esta sociedad quien nada tiene no vale nada. El aprecio y valor de la persona está condicionado por lo que ostente o represente. Las personas que llevan una vida sin norte alguno nadie la respetan ni la toma en cuenta. Atrapadas en sus continuos errores vivirán rodeado de un ambiente hostil perseguida por el descredito y la baja estima social granjeada de su mala conducta.


La fortuna y riqueza es un don exclusivo dado por circunstancias y coyuntura particulares. Te aconsejo que aparte de tu pensamiento el asomo de cualquier apetito desbordado que solo el afán desmedido de lucro provoque. La única riqueza que todos podemos exhibir con orgullo es la que surge de nuestro esfuerzo propio, dedicación al trabajo productivo, así como de meritos y talentos conquistado con transparencia y honestidad.


Hija mía, trata siempre de compórtate con el debido respeto; ríndele culto a valores como sinceridad, lealtad y responsabilidad. Nunca te desvié del camino y normas que traza la sociedad. Mantén firme tu cariño y amor hacia tus padres y hermanos. Afánate por ser útil. Un mundo de competitividad se abre ante ti y solo los más aptos, preparados, eficientes y capaces tendrán accesos a los espacios que oferta la sociedad. Si eres buena profesional tendrás mejores oportunidades para imponerte. Confío orgullosamente en ti mi Brenda querida. Sé que lo lograrás.


¡Felicidades! mi Brenda mimada. Sin más tu padre querido,


Enrique Alberto Cabrera Vásquez