Pero no todos creen que Bob Dylan merece el Nobel de Literatura, normalmente reservado a novelistas, poetas y dramaturgos
Estocolmo, Suecia, sábado 15 de octubre de 2016.Nadie duda de la genialidad de Bob Dylan como compositor o su impacto en la cultura dentro y fuera de Estados Unidos. Pero no todos creen que merece el Nobel de Literatura, un premio normalmente reservado a novelistas, poetas y dramaturgos que por lo general no son muy conocidos en la cultura pop.
La sorprendente elección de la Academia Sueca anunciada el jueves fascinó a algunos y molestó a otros que sienten que entregarle el premio a Dylan es una burla a los prestigiados Nobel.
«Si eres un fan de la ‘música’ busca eso en el diccionario. Después ‘literatura’ y compara», explotó el novelista escocés Irvine Welsh en Twitter.
Welsh, autor de «Trainspotting», dijo que aunque es un fan de Dylan, le parecía que el Nobel de este año «es un premio de nostalgia mal concebido, arrancado de las próstatas rancias de hippies seniles y balbuceantes».
La mayoría de los ganadores del Nobel famosos han sido novelistas o poetas: T.S. Eliot, Ernest Hemingway, John Steinbeck, Jean-Paul Sartre, Mario Vargas Llosa. También ha habido dramaturgos como Samuel Beckett y Harold Pinter.
Pero en pocas ocasiones, la academia ha ampliado su espectro a otros tipos de maestros de la palabra. Winston Churchill, por ejemplo, fue destacado por su «brillante oratoria» cuando ganó en 1953, y la autora canadiense Alice Munro fue reconocida en 2013 por sus cuentos.
Algunos ganadores del Nobel de Literatura han sido escritores y también músicos, pero Dylan es el primero desde que se comenzaron a entregar estos premios en 1901 que ha sido condecorado específicamente por las letras de sus canciones.
La Academia Sueca dijo que no abriría el premio a un nuevo género, como es el caso de poesía a la que se le agrega música en obra de autores clásicos como Homero y Safo.
«Bob Dylan es un gran poeta, tan sencillo como eso», dijo la secretaria permanente de la academia, Sara Danius, a The Associated Press. «Es un gran poeta de la gran tradición de la lengua inglesa».
Gordon Ball, un profesor de letras inglesas que nominó infructuosamente al cantautor al Premio Nobel en más de 10 ocasiones, aunque no este año, dijo que se sintió reivindicado con el reconocimiento.
«La gente pensaba que estaba loco o realmente fuera de lugar» por proponer que Dylan recibiera tal premio, dijo Ball, quien imparte clases en la Washington and Lee University en Lexington, Virginia.
Ball subrayó el impacto que tuvieron canciones de Dylan como «Blowin’ in the Wind» en el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos durante la década de 1960.
«En pocas palabras, ha cambiado el mundo para bien», expresó.
En su testamento el fundador de los premios, Alfred Nobel, escribió que este honor debería ser para «la persona que ha producido en el campo de la literatura la obra más destacada en una dirección ideal».
El autor de literatura fantástica Philip Pullman también celebró el premio para Dylan y dijo que esperaba que el panel encargado de entregar el Nobel pueda considerar una variedad más amplia de literatura.
«Como resultado podría abrirse el premio a la ficción de género», tuiteó.
El diario de El Vaticano L’Osservatore Romano, que suele opinar sobre la cultura pop, estuvo entre aquellos a quienes no impresionó el premio.
Aunque Dylan tiene «gran talento», muchos de los artistas inspirados por sus canciones escribieron subsecuentemente letras «realmente sosas», indicó la publicación. Agregó que la decisión del Nobel «definitivamente no debió complacer a verdaderos escritores como los posibles ganadores Don DeLillo, Philip Roth o Haruki Murakami, que saben el enorme trabajo que cuesta escribir una novela».
Hace siete años, cuando Dylan estaba entre los posibles candidatos, la academia dejó entrever que los compositores no estaban excluidos de la lista de posibles ganadores. El secretario en ese entonces, Peter Englund, dijo a la AP en 2009 que la academia debía ser «generosa» en su interpretación de lo que es y no es la literatura.
«Creo que los límites son un poco más porosos, un poco más generosos, un poco más flexibles de lo que uno imagina», dijo Englund. «Y espero que se expandan».