Por: WTB
20 de octubre de 2016.– Desde abril de este año, hay un país en Europa que ha cambiado de nombre. Desde entonces, la nación antes conocida como República Checa ha pasado a llamarse Chequia. Pero no ha sido hasta ahora cuando se le ha empezado a prestar atención. A finales de septiembre, Reino Unido pidió a todos sus embajadores y funcionarios que acataran la nueva nomenclatura para referirse a este estado centroeuropeo. Y esa orden ha sido la que ha servido a muchos para darse cuenta del cambio.
Chequia, que hasta 1993 formó parte de Checoslovaquia, está formada por tres regiones: Bohemia, Moravia y Silesia. El estado de Checoslovaquia se formó después de la Primera Guerra Mundial, y se mantuvo hasta finales del siglo XX. Con la caída del telón de acero, los checoslovacos decideron separarse en dos estados: República Checa y Eslovaquia.
Ahora, en 2016, un comité constitucional ha decidido reducir su nombre a Chequia. El órgnao, formado por por el presidente del país, el primer ministro, el titular de Asuntos Exteriores, el ministro de Defensa y los jefes de ambas cámaras del Parlamento, solicitó el pasado mes de abril a la ONU que se utilizara el topónimo simplificado ‘Cesko’ para referirse al país, que en inglés será ‘Czechia’, en español ‘Chequia’ y en francés ‘Tchéquie’.
“Ha llegado el momento de ofrecer al mundo una versión traducida adecuada del topónimo sencillo de nuestro país”, aseguraron en su día los integrantes del comité tras su reunión en el Castillo de Praga, la sede de la presidencia del país.
Pero no todos los checos están contentos con el cambio. En el idioma checo existen ‘Cesko’ o ‘Cechy’, que se usan indistintamente, y quienes se opusieron al nuevo nombre argumentan que existe el peligro de que en inglés se confunda Czechia (Chequia) con Chechnya (Chechenia).
Seguir llamando al país República Checa no es un error. Ese nombre se sigue manteniendo para las ocasiones más formales, aunque Chequia también se puede usar. Sin embargo, el nombre de Chequia siempre debería ser usado en acontecimientos deportivos, cosa que no ha sucedido.
A pesar de que el cambio oficial se produjo en abril, pocos fuera del país se han dado cuenta de la noticia. Sobre todo, porque en los Juegos Olímpicos de Rio la delegación de Chequia siguió compitiendo bajo el nombre de República Checa. O al menos eso es lo que ponía en sus uniformes deportivos. ¿La razón? Habían sido diseñados antes de que se conociera la noticia y hubiera supuesto un gasto innecesario.
En la Eurocopa de Francia tampoco se hizo efectivo el cambio de nombre. La UEFA denominó a la selección del país como República Checa, y así es como apareció en todos los marcadores. Esperemos que a partir de ahora todo el mundo llame a esta nación como sus ciudadanos quieren que sean nombrados.