Los asesinos Steven Dean Gordon y Franc Cano. AP
Le tomó al jurado sólo una hora de deliberaciones para hallar culpable a Steven Dean Gordon de asesinar a cuatro mujeres en 2013 y 2014. En la sala penal de Santa Ana, California, los familiares de las víctimas se agarraron las manos, temblaron y lloraron mientras escuchaban el veredicto.
09 de enero de 2017.-Gordon, de 47 años, podría ser condenado a muerte. Su presunto cómplice, Franc Cano, de 30 años, será juzgado por separado.
Las autoridades acusaron a los hombres de matar a tres mujeres que desaparecieron en Santa Ana a finales de 2013 – Kianna Jackson, de 20 años, Josephine Monique Vargas, de 34 años, y Martha Anaya, de 28 años – además de Jarrae Nykkole Estepp, de 21. Las cuatro mujeres tenían vínculos con la prostitución.
Los investigadores reconstruyeron el caso después de que el cadáver de Estepp fue encontrado en un centro de reciclaje de basura en Anaheim, con las piernas sobresaliendo grotescamente de un contenedor.
Gordon y Cano estaban en la mirilla de las autoridades por tener antecedentes como depredadores sexuales. Gordon fue condenado en 1992 y también tiene una condena por secuestro en 2002, mientras que Cano fue condenado 2008. Por ese motivo ambos usaban grilletes electrónicos con dispositivos GPS.
Se conocían por lo menos desde 2010, cuando Cano cortó su dispositivo GPS y huyó a Alabama, donde fue arrestado junto con Gordon. Dos años después, volvieron a cortar sus dispositivos de vigilancia y abordaron un autobús con destino a Las Vegas, usando nombres falsos, antes de ser detenidos dos semanas más tarde por agentes federales.
Se cree que ambos hombres cometieron los crímenes mientras usaban los grilletes electrónicos. Ahora familiares y amigos de las víctimas se preguntan cómo dos hombres peligrosos supuestamente bajo vigilancia del gobierno tuvieron libertad para cometer tales atrocidades.
La evidencia ha generado duros cuestionamientos a los sistemas de libertad condicional estatales y federales, y abre la puerta a demandas, revisiones internas y cambios en las leyes.
En el momento de los asesinatos, Gordon vivía en una casa móvil en una zona industrial de Anaheim, a donde llevó a sus víctimas junto a Cano. Ambos usaron un dispositivo GPS durante al menos tres de los asesinatos, según el testimonio del gran jurado.
Las autoridades dijeron que los dispositivos los vinculaban a la desaparición de las mujeres. Por si quedaban dudas, Gordon también confesó los asesinatos.
Durante su juicio, Gordon -quien asumió su defensa- dijo a los jurados que él era “en última instancia el responsable” de las muertes de las mujeres y regañó a sus oficiales de libertad condicional por no vigilarlo más de cerca, informó el diario Los Angeles Times.
Las autoridades también creen que Gordon y Cano son responsables del asesinato de una quinta mujer, que no ha sido identificada.