UASD: Lucha y sentido común.

Escrito por: José E. Flete Morillo

profesorflete@gmail.com

19 de enero 2017.- Decía René Descartes en Discurso del método directo que el «sentido común» era lo mejor repartido entre los hombres, es decir, que todos lo poseemos de igual manera. El simple hecho de ser personas nos faculta para realizar una acción que por nuestra condición nos es privativa, esta es la de pensar. Por lo tanto, queda por sentado que no hay acción de parte nuestra que no sea, por lo menos, producto de una leve brizna reflexiva. Toda acción es precedida por un acto reflexivo.

El pensar implica considerar las consecuencias de nuestras acciones sin dejar de lado el móvil de cualquier acción a ejecutar. Por ejemplo, digamos que me decido a lanzar una piedra entre una multitud; esa decisión implica una reflexión previa que es herir o asustar a alguien o simplemente alterar la calma de quienes allí frecuentan; pero más allá de esa reflexión hay otra que mi osadía no me permite considerar y es la posibilidad de que alguien salga herido y que, de ser así, tenga yo que asumir las posibles consecuencias. A esto me refiero.

Esta reflexión precisamente tiene un móvil y es el llamado que mi gremio, el de todos los profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, FAPROUASD, a «no inicio de docencia» producto de una serie de reclamos que todos conocemos.

Los reclamos son justos: todos necesitamos reajuste salarial, ARS eficiente y otras cosas que redundan en beneficio de la clase magisterial, como de todos los servidores universitarios. Sin embargo, el método no es favorable puesto que, de aplicarse, estaría afectando a nuestros principales aliados, los estudiantes. Recordemos que son éstos quienes mantienen el sentido de nuestra Institución, que sin ellos nos convertimos en una entidad sin razón de ser.

Una pregunta pertinente, ¿por qué hay que perjudicar a los estudiantes? Recordemos que, producto de nuestro comportamiento hacia ellos, estamos en la mirilla de la Nación. El no iniciar el semestre en la fecha adecuada no es más que un suicidio institucional puesto que, en vez de suscitar la solidaridad lo que estaríamos es generando un éxodo masificado de nuestros estudiantes hacia universidades privadas que, por cierto, están «con el credo en la boca» anhelando es colapso de nuestra Universidad.

Compañeros, colegas uasdianos, estoy consciente que tal reflexión corre el riesgo de resultar desagradable, pero se trata de nuestra Universidad. El camino de lucha que llevamos no es el más adecuado. Recapacitemos: no podemos afectar a quienes nos están dando el voto de confianza; no debemos castigar a quienes están de nuestro lado. Si afectamos el inicio de docencia estaríamos convenciendo miles de nuevos estudiantes que acuden a nosotros entendiendo que la UASD es la mejor universidad del país, además de la única opción favorable que tienen.

La lucha es necesaria, pero el método es inadecuado, además de nocivo. La UASD es el único espacio que nos garantiza estatus social favorable y duradero; no cavemos nuestra propia tumba procurando mejoran la vida con métodos equivocados como el que se plantea. Recordemos que nuestro estudiante son los principales aliados, son ellos quienes sin importar la mala campaña que nos hacen nos dan un voto de confianza. No premiemos su respaldo con el castigo. Reorientemos la lucha, replanteemos los métodos. Cuidemos nuestra Universidad. No cavemos nuestra propia tumba. Planifiquemos la lucha en virtud de nuestra principal herramienta; luchemos desde el marco del sentido común.

Atte: José E. Flete-Morillo.-

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