El presidente de EE.UU., Donald Trump, firma documentos en el Despacho Oval. Foto: Associated Press
Nota elaborada con información de EFE y AFP
23 de enero 2017.– Donald Trump arranca su primera semana de trabajo como presidente de Estados Unidos con fuerza, tratando de cumplir inmediatamente algunas de las promesas económicas que había comentado durante la campaña electoral. En esta caso se trata de “proteger” al país de la competencia exterior con la ruptura de acuerdos comerciales con terceros países.
Trump firmó este lunes la orden ejecutiva para sacar a EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), rubricado por su antecesor, Barack Obama, para formar la mayor zona de libre comercio del mundo. Lo que todavía no ha hecho, tal y como apuntaban algunos medios de comunicación, es firmar hoy otra orden para iniciar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o, según sus siglas en inglés, NAFTA), firmado con Canadá y México hace 20 años.
No obstante, en un acto en la Casa Blanca este domingo, el presidente confirmó su intención de iniciar en breve la renegociación del TLCAN con el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, al que recibirá el 31 de enero, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, con quien también prevé reunirse pronto.
Un acuerdo polémico
“Hemos estado hablando sobre esto durante mucho tiempo”, dijo Trump tras firmar la orden ante la presencia del vicepresidente, Mike Pence; su jefe de gabinete, Reince Priebus, y dos de sus asesores más cercanos, Steve Bannon y su yerno Jared Kushner. La retirada del país del TPP es “una gran cosa para los trabajadores estadounidenses”, enfatizó Trump.
El TPP fue negociado durante seis años por el Gobierno del expresidente Barack Obama, que hizo de ese acuerdo una de sus prioridades en materia comercial y dentro de su estrategia para profundizar los lazos con la región de Asia-Pacífico.
El TPP fue firmado por 12 países que representan casi el 40% de la economía mundial: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El acuerdo está en proceso de ratificación en los Parlamentos de los países firmantes para su entrada en vigor.
La administración Obama consideraba el TPP como el mejor tratado posible porque incluye no solo la eliminación de barreras comerciales, sino también normas sobre legislación laboral, medio ambiente, propiedad intelectual y compras estatales.
Varias organizaciones no gubernamentales lo cuestionan por alegar que tiene normas muy opacas para los trabajadores y el medio ambiente. Sostienen además que viola normas soberanas de países miembro e incluso limita el acceso a medicamentos.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ferviente defensor del tratado, admitió a finales de 2016 que, sin Estados Unidos, el TPP “no tendría sentido”.