Donald Trump
Por APP
WASHINGTON, enero 26, 2017.- Cuando Donald Trump firme este jueves el proyecto de construcción del muro que separará la frontera de los Estados Unidos con México, le quedará un segundo paso para restringir más la inmigración: a ocho países les bloquearía la visa para evitar que las crisis dentro de sus territorios se traslade a su nación.
El plan de Trump sobre inmigrantes y refugiados, que aún no fue anunciado pero se filtró a diferentes medios, pondría un freno en la llegada de mujeres, hombres y niños provenientes de países islámicos en conflicto. La administración republicana evalúa suspender temporariamente la emisión de visas para aquellos que quieran ingresar a los Estados Unidos hasta tanto no exista un nuevo plan para acogerlos.
Además, la Casa Blanca también se pronunciaría en contra de uno de los grupos armados más influyentes de los últimos 60 años en el mundo árabe. Declararía a los Hermanos Musulmanes como “grupo terrorista”. Esto último representaría un guiño a Egipto y Arabia Saudita, ambos países que padecen la influencia de esta agrupación en su población.
Incluso, en el documento que podría firmarse tras la puesta en marcha del muro con México, Trump tiene planeado mantener la prisión de Guantánamo en Cuba como centro de detención de extremistas y fundamentalistas.
Los países en carpeta
Entre las naciones que podrían verse afectadas por la suspensión de las visas de residencia para sus desplazados figuran: Siria, Irak, Irán, Afganistán, Yemen, Libia, Somalia y Sudán.
En Siriala mayoría de la población se vio desplazada luego de seis años de la guerra civil impulsada por el dictador Bashar Al-Assad, respaldado por el grupo terrorista Hezbollah y el régimen de Irán. El último año, también Rusia se sumó a la campaña contra los rebeldes sirios.
Irak sufrió en los últimos años una sangría sin precedentes. Su población chiíta se vio acosada por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y también por las permanentes incursiones iraníes en su territorio.
Irán es visto por Washington como un promotor del terrorismo en la región y una amenaza continua para la estabilidad en Medio Oriente. Su financiamiento al grupo terrorista libanés Hezbollah y su involucramiento en la guerra civil siria fueron determinantes para el aniquilamiento de etnias en lucha contra Al-Assad y el desplazamiento de decenas de miles de refugiados.
Los talibanes en Afganistáncontinúan manteniendo el poder en amplias regiones del norte del país, donde el estado central no puede acceder, según consignó The New York Times.
En Yemen, una lucha intestina entre las dos grandes ramas del islam, desangra al país. Los sunitas -respaldados por la coalición árabe- y los chiítas -con Irán como aliado- están en continua pelea por el control de la nación. Los atentados, secuestros y los bombardeos se suceden a diario.
Desde la caída del dictador Muammar Khadafi en octubre de 2011, Libiase ve envuelta en una lucha interminable entre etnias, rebeldes y grupos afines al ex hombre fuerte del norte de África. Incluso, ISIS cuenta con una presencia considerable en varias ciudades donde han logrado establecerse, aunque ha sufrido sensibles bajas en el último tiempo.
En Somalia, Al Qaeda mantiene una presencia amenazante por medio de su filial Al Shabab, también aliado del Estado Islámico. Trump tampoco querría inmigrantes de este país africano.
Sudán es un país acusado de promover el terrorismo. En la última semana antes de dejar el poder Barack Obama flexibilizó las sanciones contra ese estado. Sin embargo, Trump volvería sobre ellas. Organizaciones internacionales de derechos humanos han detectado que el gobierno sudanés ha utilizado armas químicas contra sus propios ciudadanos.