Fuente: pág de Internet
Nota de edición de El Coloso de Macoris.com: Aquel joven de finales del siglo XIX así como principio y mediado del XX que nunca se interesó por leer las obras de este inigualable escritor careció de entusiasmo literario y ensueño amoroso; de sentimientos rebelde; de contestatario frente a todo cuadro de ignominia y enajenación social. En su época Vargas Vila fue un símbolo de rebeldía pasional. Satanizado y hasta prohibido por sectores clericales, estigmatizado, calumniado, perseguido intelectualmente, víctima de la manipulación de las elites gobernantes, fue un soldado solitario que nunca conoció la rendición prefiriendo morir desterrado, ignorado y victimizado por clanes oprobiosos al servicio de la ignorancia y la sumisión cobarde e indigna.
“Flor de Fango”, es una de las novelas que despierta el más profundo sentimentalismo, y piedad por la dignidad y la entereza de Luisa García, por parte de los lectores. Para quienes la leyeron en su momento, a finales y comienzos del Siglo XIX, despertó sentimientos de rechazo hacia los acosadores, aunque muchos pensaron, que la acusación contra el sacerdote era una vil calumnia propia de la personalidad ateísta del autor, porque no podían concebir que un hombre entregado a los servicios de Dios, tuviera comportamientos bajos o viles.
Luisa representa a la una mujer virtuosa dispuesta a mantener su integridad moral y dignidad sobre todas las condiciones adversas de la vida. Una mujer que no vende su integridad ni ante el hacendado ni ante el cura del pueblo, quienes buscan por fuerza obtener sus favores amorosos y doblegar su dignidad…Pero ésta, pese a estar atravesando por difíciles condiciones económicas a las que ha sido llevada y sometida por sus verdugos, y las circunstancias, no cede ante los acosos, y mantiene su dignidad hasta la muerte.
POSICIÓN DEL AUTOR:
Vargas Vila, cree mostrar en Luisa, la misma lapidación de la cual él fue objeto, donde muchos quisieron comprarlo para callarlo, y luego cuando vieron que no se vendía, optaron por echar a la muchedumbre ignorante contra él. En la muerte de Luisa, Vargas Vila muestra su propia muerte cuando es desterrado y perseguido en su patria…En la huida de Luisa, muestra el gran pesar de abandonar su tierra, buscando refugio en otros países sorteando así, la amenaza de muerte, y el precio que habían puesto a su cabeza.
Breve Reseña de Flor del Fango:
Luisa, una joven humilde, ha logrado graduarse con honores como Normalista que la capacita para desarrollar la profesión de profesora o institutriz, en la centuria de finales del siglo XVIII en la población de Santa Fe de Bogotá.
Tal vez para la época, graduarse de Normalista era un gran logro, y más dentro del círculo de Luisa, quien solo tenía a su madre como sostén económico, la cual trabajaba de lavandera, y otros servicios en las casas de familia.
Dado el trabajo para el cual se había preparado, Luisa tenía que comenzar a practicar sus conocimientos, y los lugares más idóneos para comenzar su práctica, eran los lugares de vereda donde no había profesores, o desempeñar el cargo en casas de familia que tuvieran los recursos para pagar una profesora privada para sus hijos. Además, no existían por la época escuelas numerosas donde los padres de familia tuvieran la opción de mandar a sus hijos, y menos cuando los hijos no resultaban aptos para la escolaridad, o por situaciones de apego familiar no podían ir a las poblaciones a recibir o a continuar sus estudios.
Luisa es enviada como Institutriz (profesora), de dos señoritas, provenientes de una familia acomodada, que habitan en una casa de campo, junto a sus padres y hermano. Allí comienza su instrucción ganándose el aprecio y la amistad de una de las niñas, despertando al tiempo el aprecio y el amor del joven, el recelo de la otra niña la cual no era muy comunicativa…y despertando la pasión de don Crisóstomo, quien pensaba que con ofrecimientos de dinero iba a ser correspondido por Luisa dando lugar a sus oscuras pretensiones.
El acoso del cual es objeto Luisa por parte de don Crisóstomo, el dueño de la hacienda, y patrón de trabajo es continuo, y va acompañado de los más generosos ofrecimientos, y cuando mira que la joven no cede a sus pretensiones, recurre a la forma del abuso. En principio la joven trata de reconvenir con palabras a su empleador, diciéndole que lo que pretende no es moral, que él es una persona casada, y que debería mostrar fidelidad. Y que de parte de ella sólo tendrá relación con el hombre que ella ame. Don Crisóstomo no entiende razones, y trata de tomar a Luisa por la fuerza, pero siempre rechaza los ataques del acosador.
En uno de los intentos que hacía el acosador sobre Luisa, es sorprendido por su propia esposa doña Mercedes, quien cerrando los ojos a la razón y la verdad, decide acusar a Luisa de usurpadora, y de pretender tener relaciones con sus esposo, por lo cual Luisa se ve obligada a dejar aquella casa, y volver a la capital, ante la vergüenza y el bochorno de las acusaciones.
Luego de un tiempo, decide ir nuevamente a la oficina de Educación a solicitar nuevamente trabajo. El Secretario de Educación, la asigna para trabajar en un pueblo cercano a la Capital donde se gana el aprecio de todos…pero esta vez, viaja en compañía de su madre.
Luisa comienza a trabajar, y como siempre por su candidez y belleza despierta los sentimientos de amor de otros corazones. Aquí, es el mismo cura del pueblo quién se enamora perdidamente de la joven, y se mira doblegado por los instintos del amor. Al igual que su acosador anterior, intenta primeramente convencerla de que lo acepte como amante con promesas de regalos y de ayudas…Luisa le responde al religioso que eso no es usual, y que él como sacerdote debería respetar sus votos y la moralidad…
Para lograr su propósito de posesión sobre la joven, el cura cita a Luisa a la Sacristía, con motivo de prestar unas Cartillas para la enseñanza de la religión en la escuela. Una vez allí, el cura, insiste a la joven para que lo acepte como su amante, y cuando mira que no puede convencer a ésta bajo ninguna condición, opta por la fuerza, el sometimiento, y el abuso.
Luisa rechaza al sacerdote y logra ponerse en fuga por la coincidencia de la llegada del Sacristán. Y el cura queriendo salvar su imagen y decoro, acusa a la joven de que lo ha querido seducir, y la joven nuevamente es calumniada…El cura riega desde el púlpito, la versión de que Luisa trató de seducirlo, por lo cual hostiga a los pobladores en su contra.
El pueblo creyendo que defendían la dignidad y santidad del cura y de las buenas costumbres, trata de lapidar a Luisa que se había refugiado en la Escuela junto con su madre, y si no es por la intervención del hijo del alcalde que se abre a fuerza entre la multitud y se interpone, Luisa y su madre hubieran sido presas de la furia del pueblo.
La profesora, nuevamente, se ve forzada a abandonar y a huir de su puesto de trabajo, acompañada de su madre, regresando nuevamente a la Capital. Luego de un tiempo, Luisa busca nuevamente otro cargo de profesora, y es nombrada como directora de una Escuela pequeña en Bogotá, y con ocasión de una fiesta a la cual asistirían las personas más distinguidas del lugar, es invitada a una recepción.
Cuando Luisa llega, mira que en la fiesta se encuentra doña Mercedes su antigua empleadora, quien al verla entrar a la fiesta bella, distinguida y radiante, comienza contra ella los más desmedidos ataques y escándalos, diciendo: que además de haber querido seducir a su esposo, también intentó seducir al santo sacerdote del otro pueblo, y que por esto fue despedida de su trabajo, e incluso, que si no hubiera huido del pueblo, habría sido linchada por la población que no le permitió su inmoral comportamiento.
Luisa al sentirse herida en sus sentimientos, decide abandonar la fiesta, renuncia a su nuevo trabajo, y no vuelve a pedir otra oportunidad de trabajo. Se refugia en la soledad de su habitación a llorar su desventura. Días después, muere su madre en el hospital doblegada por una enfermedad común que los médicos no lograron controlar. Luisa se debate entre la más absoluta pobreza, y aun allí, recibe los ofrecimientos de don Crisóstomo y del Cura que le ofrecen su ayuda a cambio de ser su amante, ofrecimientos que la joven desprecia… Luisa termina de la misma manera que su madre, en lamentables condiciones, enferma y muriendo de física hambre… despreciada por todos, y tirada en la calle.
El final de la heroína de la dignidad, es demasiado triste…
En la década del 70, en Colombia, se rodó una serie televisiva, en la cual y por presión de la jerarquía eclesiástica, el final de Flor del Fango era cambiado. La serie presenta a un sacerdote arrepentido, tocado muy adentro en su arrepentimiento, y atormentado por la culpa. Éste, busca a Luisa para pedirle perdón…
(Bogotá, 1860 – Barcelona, 1933) Escritor colombiano. Con estudios incompletos, se dedicó al periodismo y a la política. Entre las publicaciones que fundó sobresale la revista Némesis, que redactó y dio a la imprenta en Nueva York y en París. Combatió las reformas del presidente Rafael Núñez y tomó parte como secretario del general Daniel Hernández en la revolución de 1884, en la que los radicales fueron aplastados; escondido, José María Vargas escribió sus Pinceladas sobre la última revolución de Colombia: siluetas bélicas, y se refugió en Venezuela, de donde pasó a Estados Unidos.
Vuelto a Venezuela en 1893, fue secretario del presidente Crespo, a cuya caída volvió a emigrar. Nueva York, París, Barcelona, Madrid, Roma y Venecia fueron las ciudades donde residió en diversas etapas de su vida; representó como cónsul al Ecuador en Roma (1894) y a Nicaragua en Madrid (1904), pero en 1923, en plena y discutida gloria, recorrió diversos países de América dando conferencias.
No destacó en su poesía (Pasiosarias) y escribió veintitantas novelas, algunas de las cuales fueron muy leídas, como Aura o las violetas (1887), Flor de fango (1895), Ibis (1900), Las rosas de la tarde (1900) y El cisne blanco, novela psicológica (1917), pero que difícilmente resistirían una crítica seria desde diversos ángulos, pese a las discutibles calidades de su estilo.
Más estimable es su sinceridad demoledora, en busca de una mayor libertad y una mejor justicia, aunque siempre con las infecundas características del francotirador, en sus ensayos, como Césares en la decadencia y La muerte del cóndor, a los que podemos añadir Los providenciales (1892), recogidos después en Los divinos y los humanos (1904), Ante los bárbaros (1902) y Laureles rojos (1906). Dejó también, entre otros muchos escritos, un trabajo sobre Rubén Darío (1917); una Memoria inédita y algunos cuentos en Mis mejores cuentos, que publicó en 1922.
De raíz romántica, formación modernista y temperamento rebelde, atrabilario y egocéntrico, admiró a D’Annunzio y a Nietzsche, pero no supo tomar de ellos lo mejor. Sin embargo, su obsesión liberal y estética, movida por su frustrada ambición creadora, dan a su obra un interés indudable, que podrá discutirse, pero que no se puede silenciar en el estudio de las letras hispanoamericanas.
A los dieciséis años entró a formar parte de las tropas del general Santos Acosta; fue maestro en poblaciones cercanas a Bogotá. A la edad de 24 años, en 1884, actuó como secretario del general radical Daniel Hernández, durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez.
Después de la revolución de 1885 debió refugiarse en Los Llanos. Allí escribió un panfleto que expresaba su oposición al gobierno. Esto lo obligó a dejar el país trasladándose a Venezuela, donde terminó sus primeras novelas. En 1891, visitó Nueva York.
Escribió Las Providenciales, libro que expresaba su repudio hacia todos los caudillos sudamericanos. Trabó amistad con José Martí y fundó la revista literaria Némesis. En 1898 ejerció como ministro plenipotenciario de la República del Ecuador en Roma, y en 1900, en París, inició su amistad con Rubén Darío.
La obra de Vargas-Vila se compone de numerosos artículos, cuentos y ensayos, con un gran componente satírico y de denuncia.
Entre sus obras destacan: Aura o las violetas, Flor de Fango, Ibis, Lirio Rojo. Entre sus ensayos destacan: Los Parias, Los divinos y los humanos, Los Césares de la decadencia, y Ante los bárbaros, entre otros. Padeció una enfermedad extraña que afectó su vista y que terminaría por dejarlo completamente ciego.
José María Vargas Vila falleció en Barcelona, el 22 de mayo de 1933.
Reseña escrita por: Paul Riaño Segura
AA.VV. Manual de literatura colombiana. (José María Vargas Vila). Educar Editores, 1984
en 14:41 E
Gracias a su portentosa irreverencia que en repetidas ocasiones sirvió como fuente de inspiración a jóvenes inconformes con sus sistemas políticos y religiosos, José María Vargas Vila marcó un estilo en la escritura que para ese tiempo, y aun en la actualidad, se denominaba como modernista. Esto se debe en gran parte a la fuerte carga ideológica que establecía en sus escritos y que le dio el calificativo de panfletario.
Así mismo, Vargas Vila más que ostentar una polémica en su época (dado a su religión, misoginia, críticas e inclinación política) también generó cierto hastío en algunos escritores y políticos que tiempo después se convertirían en sus críticos, pues según investigadores de la vida del autor como Aníbal Noguera Mendoza mencionan que:
Don José María Vargas Vila resulta un trago demasiado espeso para sus contemporáneos y, ahora, para los descendientes de estos. Son muchos los golpes que propina esta prosa saturada de frenetismo. Escrita como saltando casamatas, incitaba odios que aún sangran. (PP 307)
Ante esto se observa que el escritor santafereño, de cierta manera daba motivos que alimentaban la discordancia de sus contemporáneos. Sin embargo, jamás bajaba la guardia acerca de lo que pensaba de sus gobernantes y líderes religiosos. Incluso en diversos lugares era considerado como la voz del pueblo gracias a su capacidad como orador, así lo afirma Noguera cuando dice:
Este fenómeno inexplicable indica que la voz de Vargas Vila llenaba al pueblo. La entonación que supo darle a su prosa alimentaba los sueños de las masas angustiadas por los gobiernos dictatoriales. Sin los relámpagos de Verbo de admonición y de combate, históricas y políticas, “La muerte del cóndor”, “laureles rojos”, etc., no se hubiera mantenido en vigilia la imaginación popular aletargada por las derrotas militares. (PP. 309)
Es así, como el santafereño se caracterizaba por mantener su orgullo a pesar de las controversias. De hecho la confianza en sí mismo, le permitía ignorar las críticas y seguir con sus escritos, puesto que estos se destacaban por sus contenidos subversivos y antirreligiosos. Por lo tanto, novelas como La demencia de Job, flor de fango, el libro de cuentos Copos de espuma, María Magdalena e Ibis, no carecían de dichos contenidos, pues la ideología vargasviliana siempre se manifestaba allí.
En ese sentido, se ratifica el protagonismo de la pluma de este controvertido escritor en la literatura de principios del siglo XX. Ahora, otro motivo de sus contemporáneos para someterlo a las críticas fue, según ellos, la forma en que el santafereño abusaba de la gramática, así lo explica Noguera cuando menciona que Vargas Vila sumergía al lector en un mar de metáforas interminables. Sin embargo, muchas de estas tuvieron su verdadero veredicto en la opinión de los lectores, quienes poco a poco fueron estimando la obra de Vargas Vila.
Lo anterior se comprueba dando un vistazo a una de las novelas más destacadas del autor. Es el caso de Ibis, novela publicada en 1906. Ibis fue una novela que causó mucha controversia en sus tiempos no sólo por su contenido, sino por la reacción que ocasionó en algunos lectores. De hecho en el texto de Noguera, se habla de una serie de suicidios que se dieron en la época a causa de la polémica obra, allí se dice:
Los suicidios que indujo la novela ibis. Entre los más famosos se encuentra el de una dama de Barranquilla (…) el de los jóvenes en Panamá (1906) que dejaron el siguiente mensaje: <> (…) El de una pareja de enamorados PP. 310
También en el texto se menciona una anécdota del autor, cuando realiza un viaje al Brasil donde su sorpresa fue encontrarse con uno de los cercanos a las víctimas de su cuestionada obra:
(…) hace unos quince días se suicidó una sobrina mía, en cuya mesa de noche se hallaba <> con una anotación marginal en la que se aseguraba ser su libro el responsable de tamaña desgracia (…) PP. 311
del mismo modo, la novela generó controversia por su mensaje misógino y un tanto peyorativo hacía el género femenino, dado a que se compara la mujer con Eva la que tentó a Adán, la causante de la caída y por ende de toda desgracia en el hombre. Por lo tanto, en la obra se mencionan frases como: el capricho es la ley de la mujer (…) la mujer es como salomón en el amor, la sabiduría le es innato (…) la mujer es más amarga que la muerte dice salomón… la mujer es la fuente del mal y del dolor… la mujer lleva en el vientre la tragedia. Ibis pág. 24
Ahora bien, esta novela cuenta con un fundamento eclético, pues el autor tiene la pericia de mezclar su inconformidad hacia la religión con su relativa apatía con las mujeres. Es por esta razón que constantemente hace alusión a los pasajes de la biblia (los salmos) y a historias de mártires religiosos, especialmente del antiguo testamento.
Para corroborar lo dicho anteriormente, en un fragmento de la novela Vargas Vila menciona que: el amor es el alfa y omega: principio y fin de la existencia; es la maldición; es Eva, Jezabel, Judit, y Dalila, Raab y Magdalena; es seducción en el paraíso (…) Ibis PP. 21 esta comparación pone en manifiesto una fuerza revolucionaria del autor que invita de cierta manera al lector a desprenderse de su realidad inmediata.
Es por ello que Ibis tiene mucha relación con la vida del santafereño, porque aparte de manifestar sus pasiones idealistas, también revela algunas similitudes con Teodoro, personaje de la novela. Una prueba es el hecho de que los dos sean ilustrados libelistas, así como la barrera que éste anteponía hacia la religión y su simpatía por la ciencia.
Desde esta perspectiva, la voz de Vargas Vila se hace presente en su obra, pues novelas como La demencia de Job, hace alusión a la historia bíblica, sólo que allí la paciencia no es la mejor virtud, más bien es la rebeldía y la injuria hacia los designios de Dios. O también María Magdalena aquella versión de la vida de Jesús, donde se ve representado el erotismo y la lujuria, y hasta el más santo de los hombres no está exento de caer en la tentación, y así en muchas obras más se ven estas características.
En conclusión se demostró que los escritos de Vargas Vila ya no eran bien vistos por sus contradictores. Incluso llegaron hasta prohibir sus textos en la república granadina, no obstante, el santafereño quiso difundir sus ideas y esto no fue impedimento, para que finalmente se prolongara la subversión Vargasviliana. Por eso, aunque algunas críticas hacia este autor fueron acertadas en muchos de sus ámbitos, no se puede dejar a un lado que Vargas Vila fue mentor de la libertad de un pueblo oprimido y la posible solución para muchos inconformes de aquella época.
He aqui algunos fragmentos de su prosa estremecedora
Salmos de la vida y de la muerte: En las playas de la Estigia
Fragmentos:
No mires hacia el cielo, ¡oh Alma Pe—
regrina! porque nada hay en él ;
tu Destino adivina, en el hondo Miste—
rio de tu propio Ser ;
no hay más Dios, que Tú ; ;
tú eres Alfa y Omega, de tu Vida radio—
sa ; todo de ti parte y, a ti llega ;
tú eres principio y, fin, de tu propia
existencia ;
todo el Orbe y, toda la Ciencia ;
cuando tú hayas muerto, con tu propia
esencia, otros seres se formarán ;
pero, ya no serás tú ;
tu Bien, tu Mal, tu Vicio y, tu Virtud,
Salmos de la voluptuosidad: En los jardines de Eros
Fragmentos:
I
Tus pupilas, semejaban esa tarde, dos
violetas que el crepúsculo hacía tristes ;…
un crepúsculo amoroso, que en tu almohada
deshojaba muchos besos, como
rosas en sus lentas agonías…
el azul de tus pupilas, que se ahogaba
en el crepúsculo, era obscuro como el ala
de un cisne negro, extendida sobre el lago,
en esa hora inexpresable, en que el Silen—*
ció duerme, en las corolas de los nínfeos
pálidos ; exhaustos corazones en destie—
rro…
la cólera y los celos, hacían torva tu mi—
rada ; una gran agua turbada por el vien—
to, parecía ;
desnuda, como el mármol de una Victo—
ria, de antigua memoria, a la cual el tiem—
po rompió las alas, que protegían la Ciu—
dad;
como una perla, que la tempestad arro—
jó sobre la arena ; llena de una belleza he—
lena, soñabas con tu rencor inicuo, bajo
el rayo del divino sol oblicuo ;
Un listado de su Obras
1.- Aura o las violetas, 2.- Pasionarias, 3.- álbum para mi madre muerta, 4.- Emma, 5.- Maracaibo, 6.- Lo irreparable, 7.- Los Providenciales, 8.- Flor de fango, 9.- Ibis, 10.- A la hora del crepúsculo, 11.- Alba roja, 12.- Las rosas de la tarde, 13.- Copos de espuma, 14.- Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo, 15.- Los divinos y los humanos, 16.- La simiente, 17.- 18.- Laureles rojos, 19.- El canto de las sirenas en los mares de la historia, 20.- Los Césares de la decadencia, 21.- El camino del triunfo,22.- La república romana, 23.- La conquista de Bizancio, 24.- La voz de las horas, 25.- Hombres y crímenes del Capitolio, 26.- El ritmo de la vida: motivos para pensar, 27.- Huerto agnóstico, 28.- Políticas e históricas, 29.- El imperio romano, 30.- Archipiélago sonoro, 31.- Ars-verba, 32.- En las zarzas del Horeb, 33.- El alma de los lirios, 34.- El rosal Pensante, 35.- La muerte del cóndor,36.- Los parias, 37.- Verbo de admonición y de combate, 38.- Pretéritas, Clepsidra roja, 39.- En las cimas, 40.- La demencia de Job, 41.- María Magdalena,42.- El cisne blanco, Eleonora, 43.- Los discípulos de Emaüs, 44.- Rubén Darío, 45.- El huerto del silencio, 46.- Horario reflexivo, 47.- Los estetas de Teópolis, 48.- Páginas escogidas, 49.- La ubre de la loba, 50.- El minotauro, 51.- Cachorro de león, 52.- De los viñedos de la eternidad, 53.- De sus lises y de sus rosas, 54.- El final de un sueño, 55.- Libre estética, 56.- Salomé, 57.- Belona dea orbi, 58.- El huerto del silencio, 59.- Prosas-laudes, 60.- Gestos de vida, 61.- Mis mejores cuentos, 62.- Saudades tácitas, 63.- Némesis, 64.- Antes del último sueño, 65.- Mi viaje a la Argentina; 66.- odisea romántica, 67.- La cuestión religiosa en México, 68.- Los Soviets, 69.- Odisea romántica, 70.- Dietario crepuscular, 71.- La novena sinfonía, 72.- Lirio negro. 73.- Germania, 74.- Lirio rojo. 75.- Eleonora, 76.- Sobre las viñas muertas, 77.- Tardes serenas, 78.- Lirio blanco. 79.- Delia, Diario (Tagebücher), 80.- El maestro, 81.- El joyel mirobolante, 82.- José Martí: apóstol-libertador, 83.- El sendero de las almas, 84.- Históricas y Políticas, 85.- Poemas sinfónicos, 86.- Sombras de Águilas. Más innumerables conferencias y docenas de artículos en periódicos y revistas en Sur América, Mexico, Europa y centro américa. Sin lugar a dudas fue un grande en la Literatura.