BUCAREST (Rumanía).- La reforma del Código Penal rumano que despenaliza en la práctica la corrupción política ha sido criticada hoy por las Embajadas de Alemania y Estados Unidos, que se unen así al malestar que esta medida ha generado entre la judicatura y la Fiscalía anticorrupción del país.
Las enmiendas, aprobadas el martes por el Congreso con 240 votos a favor, 57 en contra y 4 abstenciones, establecen que el presidente de la República, los diputados y senadores ya no son considerados empleados públicos, por lo que no se puede actuar contra ellos en casos de conflicto de intereses, informan hoy los medios locales.
«Las enmiendas al Código Penal adoptadas ayer en la Cámara de los Diputados representan un paso atrás para Rumanía», dijo hoy en un comunicado la Embajada de Estados Unidos en Bucarest.
Esta reforma impedirá que sean «procesados y castigados por delitos de corrupción o similares, incluidos el soborno, el cohecho y el abuso de poder cometidos durante el ejercicio de sus funciones».
La reforma, fue aprobada sin debate parlamentario gracias a la mayoría del Ejecutivo de centro-izquierda, «entrará en contradicción con las convenciones internacionales anticorrupción ratificadas por Rumanía».
En la actualidad hay 28 parlamentarios que han sido ya condenados o están siendo juzgados por delitos de corrupción.
La reforma permitirá, por ejemplo, que los parlamentarios coloquen a familiares a su servicio, una práctica que ha generado múltiples acusaciones en el pasado, o que los alcaldes asignen contratos públicos a parientes.
La reforma del Código Penal beneficia también a los abogados o a otros profesionales liberales, que tampoco podrán ser investigados ni sancionados por delitos de corrupción. EFE.