Por Enrique Cabrera Vàsquez
Nota: este trabajo se publicó en el semanario impreso El Coloso de Macorx en su edición correspondiente de la segunda semana de noviembre del año de 1995, en su página 5. En razón de que persisten los mismos problemas, hoy agravados, tenemos a bien compartirlo con nuestros miles de lectores
Una vez más volvemos sobre el tema. San Pedro de Macorís vuelve a ser tema de denuncia y reflexión. Esta ciudad luce abandonada, postrada, frente a una autoridad central indolente e impiadosa. Estamos sometidos al desdén y la indiferencia de autoridades gubernamentales que sólo piensan en la reproducción alegre y rápida de sus fortunas adquiridas mediante el cohecho, la inmoralidad y la corrupción pública.
Esta comunidad merecedora de una mejor suerte languidece flagelada por los embates de la demagogia y las promesas politiqueras.
De nada ha servido que voces responsables y con suma credibilidad se hallan levantado demandando que se atiendan los reclamos públicos. Desde 1966 los gobiernos de turno han prometido la reconstrucción y ampliación del puerto local; la descontaminación del río Higuamo, el rescate de los servicios públicos, etc. Los reportajes y notas editoriales de los principales medios de comunicación del país sumándose a nuestra demanda social y material, tampoco ha podido sensibilizar el acerado corazón del gobierno del Presidente Balaguer. Los graves problemas de San Pedro de Macorís le importan un comino al presente gobierno del Partido Reformista Social Cristiano.
Semanas antes de las elecciones el doctor Joaquín Balaguer declaró ante pregunta de los periodistas que no había ni tiempo ni dinero para reconstruir el puerto local. Sin embargo, semanas después anunció con gran despliegue publicitario la construcción de obras de relumbrón y se anunciaba la remodelación de los puertos de Haina y Puerto Plata, así como los aeropuertos de Barahona y Santiago de los Caballeros. En esta última ciudad se construye en la actualidad un túnel multimillonario al tiempo que se levantan grandes obras. En fin, a diarios se nos informa que el gobierno gasta millonarios recursos en otras comunidades mientras ignora ex profeso las demandas de esta comunidad.
Obras como el hospital regional, el arreglo de las calles y otras esperan desde hace años por su terminación.
A este pueblo sólo le queda un recurso, el de lanzarse a las calles en reclamo contundente, al precio de vida y sangre. Sólo así se nos hará caso.
Es el único lenguaje, que al parecer, entienden los impiadosos y crueles funcionarios del presente gobierno balaguerista-reformista, enemigo claro de las reivindicaciones de San Pedro de Macorís.
A las calles, pues, a reclamar lo que legítimamente nos pertenece. Los que con los cientos de millones de impuestos de nuestros azucares, cementos, zona franca, el turismo de Juan Dolio y otros tantos recursos que producimos, Macorís se ha ganado con creces. Estamos.
Nota: este trabajo se publicó en el semanario impreso El Coloso de Macorx en su edición correspondiente de la segunda semana de noviembre del año de 1995, en su página 5.