Miles de sandinistas apoyan a Ortega en medio de crisis social en Nicaragua

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (c), habla, junto su esposa Rosario Murillo (d), y el comandante revolucionario Víctor Tirado el lunes 30 de abril de 2018, en Managua (Nicaragua).

MANAGUA, 1ro-mayo-2018.- . El centro moderno de Managua se tiñó de los colores rojo y negro de las banderas de miles de simpatizantes que se concentraron este lunes para respaldar al presidente Daniel Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en medio de una crisis social que se ha cobrado la vida de al menos 42 personas.

Con drones sobrevolando el área y reflejando en tiempo real, a través de grandes pantallas, una multitudinaria concentración, en la que participaron miles de personas, mostraron su apoyo al Gobierno y reclamaron por la paz y el diálogo tras las violentas protestas.

La concentración contó con la participación de empleados públicos, cargos electos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), simpatizantes y ciudadanos afines al sandinismo.

Con carteles de “Viva Daniel”, “Queremos paz” o “No a la violencia”, los simpatizantes uno a uno se concentraron en la denominada Plaza de Las Victoria, un sitio que desde hace varios años es usado exclusivamente para sus celebraciones partidarias.

“Hermano dame tu mano y unidos marchemos ya”, coreaban acaloradamente los simpatizantes aquella histórica canción del cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, y que es usada rutinariamente en cada acto del Presidente.
“No a la muerte, no a la destrucción, no a la violencia, no a la barbarie, sí a la vida, sí al diálogo, sí al trabajo, sí a la paz, y levantando la mano pidamos fortaleza a Dios”. Daniel Ortega.

La concentración, que empezó a las 15.00 hora local (21.00 GTM), atrajo a manifestantes de todo el país acarreados en autobuses, motocicletas y vehículos de uso público, privado y estatal.

Los manifestantes, ataviados en su mayoría de camisas color blanco como símbolo de paz, se aglomeraban debajo de los árboles para escapar del inclemente sol, otros coreando las consignas, los más intrépidos, especialmente jóvenes, realizaban “torres humanas”, para alzar en lo alto la bandera del sandinismo, seguido de aplausos de los curiosos.

“Queremos paz por nuestros hijos, por nuestros nietos. Once años de vivir en paz, con crecimiento económico, con propuestas de mejorar la situación a los pobres ¡Viva Daniel!”, dijo el simpatizante Carlos Alberto López, a periodistas.

Pasadas las 15:30 hora local (21.30 GTM) el líder sandinista, junto con su esposa Murillo, miembros de la Juventud Sandinista y el presidente del Parlamento nicaragüense, Gustavo Porras, hicieron su entrada a la tarima vitoreado por la multitud que gritaba “Viva Daniel”.

Al menos 15 minutos Ortega dejó que las personas lo ovacionaran para entrar con un discurso en el que “repudió” y “condenó” las muertes durante los enfrentamientos y abogó por la paz y el diálogo, que según él han querido boicotear personas opuestas a su Gobierno.

Murillo, sentada a su izquierda no mencionó ni una palabra, más que para dar orientaciones sobre detalles en la logística del evento y para aplaudir junto con la masa el breve discurso del líder sandinista.

Nicaragua ayer cumplió trece días de multitudinarias manifestaciones y protestas a favor y en contra del presidente Ortega, que iniciaron en un primer momento por los reclamos a unas medidas de seguridad social y continuaron posteriormente a pesar de que el mandatario revocó su decisión, debido a las múltiples muertes causadas por la represión.

El país centroamericano vive pendiente del comienzo del diálogo que protagonizarán el Gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), con la Conferencia Episcopal (CEN) como mediadora, aunque todavía no se ha establecido una fecha para su celebración por parte de los interlocutores.

Los enfrentamientos violentos que se produjeron en Nicaragua dejaron al menos 42 muertos y un total de 48 desaparecidos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias incrementan esta cifra hasta las 63 víctimas.

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