La boda militar de Vladimir Putin y Xi Jinping en Siberia
Putin lanza junto a Xi las mayores maniobras militares desde la Guerra Fría
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De esta manera desde un solo centro de control se podrá repeler cualquier ataque aéreo, brindar protección a un contingente determinado de soldados y manejar todas los herramientas de destrucción de blancos aéreos.
Fuente externa internet
Moscú, 12-Sep. -2018.– Rusia ha creado un sistema unificado de defensa antiaérea en el marco de los ejercicios militares a gran escala Vostok-2018, que han comenzado este 11 de septiembre en el Lejano Oriente ruso y los mares contiguos, informó RIA Novosti.
Según el Departamento de Información y Comunicaciones del Ministerio de Defensa, la iniciativa incluye un sistema de gestión unificado que permitirá la interacción de tropas encubiertas por vía de medios de comunicación modernizados y sistemas de control automatizados.
Imagen ilustrativa? 300.000 militares, 1.000 aviones y helicópteros: Arrancan las mayores maniobras rusas en décadas
De esta manera, desde un solo centro de control se podrá repeler cualquier ataque aéreo, brindar protección a un contingente determinado de soldados y manejar todas las herramientas de destrucción de blancos aéreos.
El uso de un sistema de control automatizado permitirá identificar y destruir los objetivos aéreos tan pronto como sea posible.
«Durante las maniobras Vostok-2018, las cuestiones relacionadas con reconocimiento de radar, control e interacción se resolverán en condiciones de supresión de las comunicaciones y en medio de interferencias de radio de distintos rangos de frecuencia», resalta el ministerio.
La boda militar de Vladimir Putin y Xi Jinping en Siberia
Las maniobras Vostok 2018 (Oriente 2018) durarán hasta el 17 de septiembre y son las mayores realizadas por las Fuerzas Armadas rusas desde el año 1981. El mundo estaba entonces sumido en la niebla de la Guerra Fría y Ronald Reagan pisaba el acelerador para doblegar al comunismo. Hoy los dos herederos de ese sistema juntan sus blindados para dibujar su poderío como países emergentes, cansados de cumplir las normas que otros escribieron para ellos.
La boda militar de Vladimir Putin y Xi Jinping en Siberia
El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, cocinan blinis en Vladivostok, Rusia. AFP
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Putin lanza junto a Xi las mayores maniobras militares desde la Guerra Fría
A la frontera de Rusia con China y Mongolia llegan soldados rusos de toda las regiones del país. El ejército ruso quiere lucir las joyas de la corona militar: la flota del Norte y la flota del Pacífico están ya preparadas en lo que los soldados rusos llaman «condiciones próximas al combate real».
Moscú se mantiene vigilante en el Oeste y no deja desguarnecido ese flanco, así que estos días en Oriente trata de mostrar su capacidad de movilizar a gran cantidad de reservistas que ya están esperando luz verde para desplegarse entre la llovizna y la niebla que maltrata estos días el final del verano en esta parte de Siberia Oriental.
Entre carreteras destartaladas, prisiones y localidades semivacías, muchos locales de la región de Chitá llevan décadas mirando a China con desconfianza. Otros la contemplan como una oportunidad de negocio si la alianza ruso-china llegase más lejos.
Estos días, la oxidada ciudad industrial ha amanecido con el vecino chino acuartelado dentro de casa. Japón, que es la otra potencia que Siberia contempla en el horizonte, está hoy más lejos. La verdadera intimidad se da entre rusos y chinos. Y unos juegos de guerra sirven para demostrarlo.
Las maniobras Vostok 2018 (Oriente 2018) durarán hasta el 17 de septiembre y son las mayores realizadas por las Fuerzas Armadas rusas desde el año 1981. El mundo estaba entonces sumido en la niebla de la Guerra Fría y Ronald Reagan pisaba el acelerador para doblegar al comunismo. Hoy los dos herederos de ese sistema juntan sus blindados para dibujar su poderío como países emergentes, cansados de cumplir las normas que otros escribieron para ellos.
En estas maniobras las estrellas son siempre las armas y la destreza rusa a la hora de usarlas. Este año, en cambio, las miradas están puestas en China. Ambos países, viejos rivales que en otras ocasiones han ensayado cómo defenderse o atacarse mutuamente, están hoy más cerca que nunca. A falta de un enlace civil, las maniobras son una boda por lo militar.
Los ejercicios se realizan en cinco polígonos militares y en los mares del Japón, Béring y Ojotsk y cuentan con la participación de unos 300.000 soldados. Pekín envía 3.200 uniformados, 30 aeronaves y 900 tanques. Un número pequeño comparado con los 1.000 aviones y 36.000 blindados que aporta Rusia.
A pesar del mal tiempo, las aeronaves llevan preparadas aquí desde primera hora. Participarán en un simulacro conjunto de aviones y helicópteros. Aunque rusos y chinos han hecho maniobras juntos durante más de una década, el salto cualitativo es que ahora se trata de unos ejercicios domésticos rusos en los que los chinos acuden como invitados, no una cita internacional. De hecho es la primera vez que Rusia invita a un país extranjero ajeno a su Tratado de Seguridad Colectiva.