Por agencia EFE
Caracas, Venezuela,.– domingo,.- 05.- mayo.- 2018.- Apenas un centenar de personas se reunieron el sábado en Caracas y acudieron a los cuarteles a pedir a los militares que se levanten contra el gobierno de Nicolás Maduro, tal y como pidió el viernes el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como presidente interino.
Hoy no hubo fotos aéreas de una multitud ondeando banderas, ni discursos grandilocuentes, ni retratos heroicos. Este sábado, la convocatoria realizada por el diputado opositor Juan Guaidó apenas contó con la presencia de un centenar de adeptos.
El grupo más numeroso se dirigió hacia el control militar de la residencia presidencial La Casona, que hace años no ocupa ningún mandatario, donde fueron frenados por un grupo de policías que cortaban el paso equipados con equipos antidisturbios.
Allí, los m anifestantes, la mayoría de ellos de avanzada edad, intentaron dialogar y entregar el documento de la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, que les garantiza el perdón jurídico si se rebelan contra Maduro.
Foto AP Un opositor de Nicolás Maduro.
“He venido porque hay que luchar por la libertad, en este país, cada día vamos de mal en peor, no tenemos comida, no tenemos medicinas, no tenemos ningún beneficio de lo que el gobierno está llamado a hacer”, comentó a Efe Martín Mora, una de las personas que acudieron hasta el lugar.
Pero el escenario de este sábado fue otro. En Altamira, bastión por excelencia de la oposición, se concentraron unos 50 miembros de la «resistencia», como se denominan los grupos de choque de la derecha, desde tempranas horas de la mañana, mientras otro grupo se acercó a las instalaciones de la base aérea militar de La Carlota, a unos 50 metros de allí, para entregar el documento que fue recibido por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Los efectivos de la GNB recibieron el texto e inmediatamente lo quemaron ante las cámaras, alegando que «bajo ningún concepto la Fuerza Armada será chantajeada». El hecho ocurre a menos de una semana después del fallido intento de golpe de Estado encabezado por Guaidó, quien acompañado de un reducido grupo de militares, llamó a una insurrección después de sacar ilegalmente al dirigente opositor Leopoldo López de su arresto domiciliario.
Según reportes de EFE, el grupo más numeroso de manifestantes —que no pasó de un centenar— acudió hasta la residencia presidencial de La Casona, que no está habitada por ningún mandatario desde hace años, y donde fueron contenidos por un grupo de policías con equipos antimotines. Al final de la tarde, los pocos seguidores de la oposición abandonaron la calle.
Guaidó reconoce «errores»
“El pueblo está pidiendo auxilio porque ya no aguantamos más esta situación”, subrayó antes de mostrarse decepcionado por la respuesta militar y afirmar que esperaba más de ellos desde que el pasado martes Guaidó lideró un fallido levantamiento militar.
Frente a la Comandancia de la Armada en el centro de Caracas, el llamado de Guaidó tuvo todavía menor respuesta y un vocero leyó el documento por un megáfono más allá del cordón policial.
Allí se encontraba Rogelio Díaz, concejal de Caracas y dirigente nacional del partido Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei).
Al ser consultado sobre qué haría en caso de recibir una oferta por parte del asesor de seguridad John Bolton para que EE.UU. intervenga, Guaidó aseguró que le diría: «Gracias por toda la ayuda que ha brindado a la causa justa aquí. Gracias por la opción, la evaluaremos y probablemente la consideraremos en el parlamento para resolver esta crisis. Si es necesario, tal vez lo aprobemos».
El diputado, quien además tiene allanada su inmunidad parlamentaria desde el mes pasado, consideró que es una «gran noticia» para Venezuela que Washington no descarte ejecutar una intervención militar en el país suramericano: «Es bueno saber que importantes aliados como los EE.UU. también están evaluando esa opción. Eso nos da una posibilidad».