En el Sermón de las Siete Palabras, cuestiona el poco presupuesto destinado al sector salud, y a quienes en medio de la situación solo piensan en «llenar sus arcas»
(Foto de monseñor Francisc Ozoria).
Santo Domngo, sánbado.- 11.- abril.- 2020.– La Iglesia católica criticó este Viernes Santo durante el Sermón de las Siete Palabras los actos de corrupción que se realizan en momentos en que el país está en estado de emergencia por la pandemia del COVID-19.
(Foto de archivo del sacerdote sacerdote José Hernando)
En la primera palabra «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», el sacerdote José Hernando dijo que personas, codiciosas de ganancia, aprovechan cualquier situación para ganar dinero, aunque sea de emergencia con la actual por el coronavirus. «Nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa», expresó.
En cuanto a la segunda palabra, titulada «Hoy estarás conmigo en el paraíso», el padre Nelson Clark criticó a quienes roban. En su sermón, que tuvo como punto de partida el séptimo mandamiento, dijo que hay quienes roban gallinas y van presos, mientras otros roban millones y no les pasa nada. «Otros son asesinos porque matan para robar un celular, a estos se asemejan los que roban millones. Los dos tipos de ladrones matan: unos en el momento, otros a largo plazo», comentó.
Mientras, en la tercera palabra «He ahí a tu madre», el vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Abraham Apolinario, expresó que el coronavirus desveló las precarias condiciones en las cuales viven la mayoría de los dominicanos, con un servicio de salud precario por la baja asignación presupuestaria a ese sector.
«El virus le quitó la sábana al enfermo, ha destapado, para que todo lo veamos, en qué condición vive la mayoría de nuestro pueblo: el hacinamiento, la falta de agua, la falta de servicios…», agregó.
Ya en la cuarta palabra «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», el sacerdote Juan Bautista Cordero cuestionó a quienes en medio de la pandemia solo piensan en “llenar sus arcas” en detrimento de la población más vulnerable durante este período de emergencia mundial.
“Hemos tenido, en medio de esta crisis, que escuchar cómo ciertos elementos, haciendo gala de todo tigueraje y marrullería, no se les ha apretado el pecho para procurarse sórdidas ganancias a partir del sufrimiento de quienes están postrados ante esta pandemia”, expresó el párroco.
Los dominicanos se encuentran “heridos y frustrados” por la falta de una “verdadera democracia, de igualdad y de transparencia”, aseguró la Iglesia católica durante la quinta palabra «Tengo sed», del Sermón de las Siete Palabras.
Al reflexionar, el párroco Pablo de la Cruz afirmó que lamentablemente esa necesidad que tenía Jesús de saciar su sed, continúa estando presente hoy en el país entre los más necesitados, quienes claman por una mejoría que garantice sus necesidades más básicas.
En su mensaje, hizo un llamado a la clase política, a la que le dice que basta ya de oprimir al pobre, de comprar conciencias y de aprovecharse de la ignorancia del marginado.
A quienes la tachan de cobarde por la redes sociales, la Iglesia dijo que su misión es «llorar con los que lloran».
«Estos que hablan mal de la Iglesia olvidan que la misión de esta es llorar con los que lloran, haciendo presente que aún en medio de las pruebas, Dios va con nosotros, que todo tiene que cumplirse y que el padre no nos abandona», dijo Nelkys Acevedo en la proclamación de la sexta palabra titulada ‘Todo está consumado’.
El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, dijo en la última palabra del Sermón de las Siete Palabras que en la situación actual, se vive una experiencia de prueba y de dificultades.
Monseñor, en la última palabra titulada «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», expresó que se vive en una experiencia «en la cual tenemos que confirmar nuestra fe y nuestra confianza en Dios”.
El Sermón de las Siete Palabras fue proclamado sin feligreses en la Catedral Primada de América, debido a las medidas de distanciamiento para evitar el contagio del COVID-19, enfermedad que ha infectado a 2,620 personas y le ha cobrado la vida a más de 126 persona.