Árabes en San Pedro de Macorís

Nota: tomado del capítulo 28 del libro El rey del Momise, Los Guloyas y los cocolos en la industria azucarera de San Pedro de Macorís, segunda edición ampliada y corregida, páginas desde la 429 hasta la 466.

Árabes en San Pedro de Macorís

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).

Foto de portada.- El matrimonio Hazim-Frappier posando con sus hijos y nietos, una familia cuyo patriarca, el abogado José Hazim Azar, de origen sirio-libanés, árabe por toda su fisonomía, ha tenido una gran incidencia social y económica en San Pedro de Macorís, desde que don José Hazim Azar, fundó en 1970, la Universidad Central del Este (UCE), cuyos aportes han trascendido el horizonte local.

Además de los cocolos, negros oriundos de las islas antillanas de Barlovento y Sotavento, y los vecinos haitianos, todos descendientes de esclavos africanos, cuyas calificadas labores han realizado funciones puntuales en el proceso de la producción azucarera, también otras etnias han hecho sus aportes a la vida social y económica de San Pedro de Macorís, nos referimos de manera concreta en este apartado del libro a árabes y españoles.

Su presencia contribuyó a dinamizar la movilidad social de la ciudad, hombres empeñados en los negocios, no vacilaron en desarrollar inversiones de capitales emprendiendo tareas de comercio con dedicación envolvente.

Los árabes. La bonanza económica que vivió San Pedro de Macorís entre finales del siglo XIX y los primeros 19 años del siglo XX, atrajo al pueblo otras etnias muy diferentes a los apreciados cocolos de las islas de habla inglés, francés u holandés, éstos vinieron desde lejanas latitudes geográficas como el lejano oriente, China e India. Estas migraciones seculares diferentes a los cocolos que se destacaron por su vernáculo espectáculo multicolor, trascendieron por su oficio de comerciantes. Los árabes y españoles, llegados con obvias limitaciones económicas a San Pedro de Macorís, se insertaron en la ciudad trayendo en las manos sus ambiciones de progreso que competía con el raquítico vacío de sus bolsillos. «Una de las características distintivas de la migración árabe, además de la poca edad de los migrantes (cuyo promedio de edad no rebasaba los dieciocho años), era la carencia de dinero al llegar a estas tierras. Esta migración estaba compuesta por jóvenes hijos de agricultores de montañas, cuyos escasos ahorros los gastaban en el transporte para alcanzar a América». Fuente de la cita: Orlando Inoa. Los árabes y el comercio dominicano, Pág. 183, de su libro, Trabajadores inmigrantes en República Dominicana.

   Boda de dos árabes, Emeterio Hazim y Kamel Azar, celebrada en San Pedro de Macorís en el año 1906. Fuente de la foto: Orlando Inoa. Trabajadores inmigrantes en República Dominicana. Pág. 225.

La condición de vida de estos jóvenes árabes era sumamente precaria. La limitación presupuestaria hizo que se amontonaran en lugares inapropiados. Subsistían en medio de extremas necesidades, así lo describe en el capítulo III de su obra citada el historiador Orlando Inoa. De aquí el desarrollo de una cultura austera, pues el constreñimiento financiero obligaba a ser cauto y mesurado en los gastos.

En su novela Cañas y bueyes el médico y escritor Francisco Moscoso Puello narra que muchos comerciantes árabes, en ocasiones, fueron víctimas de asaltos en sus trayectos por los ingenios y bateyes azucareros cuando llevaban sus mercancías para la venta por lugares donde ocurrían a veces hostigamientos guerrilleros en la región Este durante la lucha de resistencia contra la intervención de las tropas interventoras norteamericanas en los años 1916 al 1924.

Las penurias despertaron en ellos formas de negocios para afrontar la problemática que le agobiaba. Así se le ocurrió montar el negocio de buhoneros. Fueron pioneros en este tipo de comercio personal. Aprovechando el movimiento económico de los pagos quincenales que hacían las empresas azucareras, los árabes se trasladaban a ingenios y bateyes a ofertar ropas y otros tipos de mercancías. Pronto se dieron a conocer. Rivalizaban con los comerciantes locales, quienes los miraban con truño y hostilidad.

Sobre esa rivalidad desdeñosa y los ahorros de las ganancias obtenidas salieron destacados comerciantes que, con el tiempo, abrieron grandes tiendas y variados comercios mayoristas en San Pedro de Macorís y la región Este. La prosperidad resultante de sus operaciones comerciales hizo que se instalaran en la capital con excelentes resultados, ejemplo de lo afirmado se encuentra en la conocida cadena de tiendas Lama que inició en San Pedro de Macorís, en octubre de 1929, específicamente, frente al mercado del Ingenio Quisqueya, hoy Municipio de Quisqueya, con un establecimiento de calzados bajo la conducción de su propietario Pedro Juan Lama, que luego trasladó en los años 40 a Santo Domingo; la pujanza del negocio la hizo crecer y hoy exhibe varias supertiendas por departamentos y atractivas plazas comerciales en varios puntos importantes de la capital y en las provincias de Santiago, La Vega, Higüey, San Francisco de Macorís y La Romana.

De esta manera desarrollaron y ensancharon su presencia como prósperas familias de negocios nombres y apellidos emblemáticos de San Pedro de Macorís los Haché, Antún, Hazim, Rissi, Bulús, Caram, Caram, Sasso, Zaglul, Feris, Helú, Salomón, Fadul, Merip, Musa, Bassa, Acta, Elmúdesi, Alam, Elías, Dip, Javis, Isaac, Kasse, Abud, Nicolás, Abraham, Jorge, y un Dájer que abrió una carnicería en el barrio Miramar a mediados de la década de los 60 del siglo XX. «Varias fuentes documentales nos hablan de lo variado que era el comercio árabe en San Pedro de Macorís. Según el Directorio de Deschamps, para 1905, existían en San Pedro de Macorís los siguientes comerciantes: José Abud, Francisco Chaín, Primo Hazim, José Abraham, José Jorge, Kuusa y Hazim, Jorge Latiff, Andrés Monsur, Miguel Benedicto, Miguel Salomón, Jacobo Merip, Nady Salomón, Pedro Jorge, Primo Jacobo, y Simón Abraham”.

El comienzo de la inmigración árabe a nuestro país data desde 1883, un año antes de la crisis azucarera de 1884, que causó estragos en ese sector productivo, como ya hemos significado en este libro. Estos extranjeros se esparcieron por las poblaciones de mayor movilidad económica como Santo Domingo, Santiago, La Vega, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, Bonao, San Juan de la Maguana, Azua, Baní, Salcedo, Hato Mayor, Higüey, La Romana y San Pedro de Macorís, en estos lugares se instalaron y emprendieron negocios y abrieron comercios. “La inmigración árabe hacia América empezó a finales del siglo XIX, se desarrolló a lo largo del siglo XX, llegando hasta nuestros días… En América, no importa que recorra los Andes venezolanos, la Guajira colombiana, los cañaverales de San Pedro de Macorís en República Dominicana, se adentre en los cerros chilenos de Las Condes o recorra las calles polvorientas de los pueblos de la pampa Argentina, siempre a lo largo de más de cien años se encontrará con el carromato de “el turco” que vende telas, baratijas y proclama entre sus productos los “bienes y peinetas”.

En el presente (2022-23) un descendiente de árabes alcanzó la presidencia de la República Dominicana, nos referimos al joven economista Luis Rodolfo Abinader Corona, hijo del matrimonio entre José Rafael Abinader Wasaf, de orígen libanés, y la dominicana Rosa Sula Corona. Asimismo, otros por su excelencia personal han sido electo rectores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la primera del Continente, verbigracia, ingeniero Andrés María Aybar Nicolás, provisional en 1965, y luego electo para el mandato 1968- 1970, su gestión fue sustituida por la de Rafael Kasse Acta, 1970 -1972, nativo de San Pedro de Macorís, médico odontólogo, especializado en Cirugía Dental; Jottin Cury Elías, (1972-74), abogado, reconocido conferencista y académico de amplio prestigio, natural de Barahona, anteriormente había sido gobernador de Azua y Elías Piña durante la Era de Trujillo, no obstante bajo ese régimen su carrera académica fue interrumpida de 1947 al 1948, junto a unos 41 estudiantes, a los que se les impidió la reinscripción en la universidad al tildárseles como sospechosos de simpatizar con el comunismo. Tras la mediación de personalidades allegadas al gobierno trujillista la medida le fue levantada con serias advertencias y amenazas de que serían vigilados y se comprobaba cualquier animadversión contra el sistema serían apresado con duras consecuencias. El último descendente de la mencionada etnia en ganar la rectoría de la UASD fue el historiador, sociólogo y catedrático Hugo Tolentino Dipp, período 1974-1976. Estos sobresalientes hombres públicos de origen árabe engalanan con particularidad indicativa la historia dominicana con marcados matices trascendentales.

Un dato curioso es que los pobladores de San Pedro de Macorís les decían turcos a todos, lo hacían quizás porque Turquía alcanzó notoriedad en la prensa y noticieros radiales durante los acontecimientos de las guerras balcánicas de 1912-1913, cuando exhibía su condición de Imperio Otomano, y su destacada participación en la Primera Guerra Mundial. Los árabes del oriente medio como los libaneses, sirios, jordanos, palestinos salían de sus respectivos países con pasaporte turco debido a que esos países estaban sometidos bajo el imperio otomano que desde Turquía se expendió hasta China. Empero, la mayor parte de su territorio se encuentra en Asia, aunque fue de los primeros países en convertirse en miembro del Consejo de Europa en 1949, miembro asociado de la Unión Europea Occidental desde 1992 hasta su finalización en 2011, y miembro de la OTAN desde 1952. Ankara lleva décadas luchando por su ingreso a la Unión Europea sin poder ingresar a ese importante espacio geopolítico.

Sobre el apelativo de turco que ofendía a algunos árabes que lo interpretaban como un decir peyorativo el médico psiquiatra Antonio Zaglul, miembro de una de las familias árabes más prestigiosa de San Pedro de Macorís, escribió lo siguiente: «En mis años de infancia sufría lo indecible cuando se me llamaba “turco” come yerbas, come cebollas y cientos de términos injuriosos, por mi raza. Me sentía ser dominicano y continuamente me recordaban que no lo era. Mi padre me aconsejaba no hacerles caso, me decía que yo era tan dominicano como cualquiera, aunque él fuese un libanés». Fuente de la cita: Antonio Zaglul Elmúdesi (Toñito). Vol. 131 Obras Selectas, Tomo I Antonio Zaglul 1 300. Archivo General de la Nación. Versión digital.

Al respecto debemos indicar que, en realidad, los países árabes están situados en la zona geográfica conocida como Oriente Próximo y Cercano Oriente conformado por Egipto, Sudán, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Kuwait, Líbano, Siria, Irak, Palestina, Arabia Saudí, Argelia, Yemen, Omán, Qatar, Bahréin, Yibouti, Chad, Libia, Somalia, las islas Comoras, Marruecos y Mauritania. Turquía se encuentra en la región Transcaucásica, lugar donde se encuentran los Estados de Azerbaiyán, Georgia, Armenia, las repúblicas reconocidas por la Federación Rusia de Abjasia, Artsaj, en la región del Alto Karabaj, y Osetia del Sur, en el Cáucaso meridional o Transcaucásica, y la República Autónoma de Najicheván, en el Cáucaso meridional o Cáucaso sur, así como las naciones del Magreb y el Cuerno de África.

Algunos hijos de estos apellidos árabes como Feris, Azar, Hazim, Haché, Zaglul, Malkum, Musa y Kasse, entre otros, han desarrollado una vida muy destacada en el campo empresarial, comercial, así como ejerciendo su oficio o profesión, siendo el de mayor trascendencia entre ellos, José Altagracia Hazim Azar, nacido el 19 de junio 1913 y expirando el 9 de marzo 1999. La impronta de vida de este personaje brilló con fuerza dominante al liderar la fundación de la Universidad Central del Este (UCE), formalizada el 15 de octubre del año 1970, primera universidad privada de San Pedro de Macorís y la Región Este. Su apertura y desarrollo exitoso, desde su inicio como centro de educación superior, se debió al apoyo que tuvo del presidente Joaquín Balaguer, el aporte de varias empresas estatales y privadas como el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), Cementos Nacionales (CEMEX), Gulf and Western, y el desprendimiento de miles de terrenos destinados a ampliar el Proyecto habitacional Kennedy, bajo el liderazgo del hijo de cocolo Rafael Antonio Jarvis Josep, entre otras colaboraciones valiosas.

El empuje de esta universidad sirvió de catalizador para la débil economía de la ciudad que, al ser receptora de miles de estudiantes provenientes de Puerto Rico, Estados Unidos, Argentina, África y otras partes del mundo, le dio un fuerte impulso a la expansión cualitativa y cuantitativa de la comunidad.

Con el liderazgo de esta institución académica se levantaron nuevas urbanizaciones, complejos habitacionales para alquiler de los miles de estudiantes extranjeros que inundaron el lugar; surgieron docenas de barrios levantados por los miles de criollos que vinieron a la ciudad y se radicaron al obtener trabajo en la Zona Franca y demás fuentes productivas; frecuentemente se inauguraban sucursales bancarias, restaurantes, negocios, centros de diversión, al amparo de este resurgir económico y social, lo cual acrecentó el ritmo económico de la provincia por rutas sin precedentes. La UCE y el impulso de la Zona Franca hizo del horizonte petromacorisano un avispero de gentes transitando a hacia los lugares de trabajo. Macorís renació de sus cenizas con ímpetu desbordante.

Además del carismático José Hazim Azar hubo otros árabes de ese conglomerado étnico que también sobresalieron por sus peculiaridades únicas en su trayectoria de vida social, colocándolos en las comparativas alusiones frecuentes en las anecdóticas tertulias sociales, entre los mismos se han destacado Kalil Haché Malkum, deportista y colono azucarero, el arquitecto Pedro Antonio Haché, ambos grabaron su impronta de manera señera en la sociedad petromacorisana.

Kalil, célebre y alegre en su forma de actuar, trascendió como jugador de polo, cuentan que llegó a esa práctica deportiva por recomendaciones de sus amigos de adolescencia, Enrique Font Faxas y Rafael Antún, quienes eran del círculo de amigos cercanos de Ranfis Trujillo, el hijo preferido del dictador ajusticiado el 30 de mayo de 1961.

Este destacado deportista era enllave de Radhadamés, hermano del temible Ramfis, un psicópata y asesino despiadado. Narraba con frecuencia el amigo Kalil, que en marzo de 1955 fue nombrado asimilado de la Fuerza Aérea Dominicana con un sueldo de 21 pesos mensuales, además lo metieron en la nómina Acueducto de Santo Domingo a cobrar 26 pesos al mes. Siempre relataba una anécdota muy chocante sobre El Jefe. La misma decía: «Durante un juego de polo en el que participaba, en el Perla Antillana, donde jugaba Ranfis, el caballo y yo nos fuimos de cabeza y me ensangrenté la cara. El generalísimo, que estaba presente allí, como de lejos no se distinguía cuál jugador era el accidentado, se paró y se dirigió a la cancha a ver si era Ranfis. Salió un señor corriendo delante y le dijo al general Estrella: “general, dígale al jefe que no es Ramfis, que es Kalil”. Trujillo se regresó y todos sus acompañantes con él”.

Este inmortal del deporte nacional, empresario y afable personaje que por todas partes proclamaba con orgullo su condición de Serie 23, es decir petromacorisano de pura cepa, falleció a los 86 años de edad, el 27 marzo de 2020, luego de ser contagiado con coronavirus al participar de una actividad benéfica recaudadora de fondos en el Club 2 de julio en San Pedro de Macorís, al momento de su lamentable deceso Kalil ostentaba el rango de coronel del ejército, designado por el Presidente Hipólito Mejía, quien se ufana con frecuencia como admirador de Trujillo.

El arquitecto Pedro Haché es otro de los árabes sobresalientes de San Pedro de Macorís y del país. Por su larga trayectoria profesional el Ayuntamiento de La Sultana del Este, en plena pandemia del COVID, julio 2021, lo declaró “Hijo Meritorio».

Graficas del homenaje tributado al arquitecto de San Pedro de Macorís, Pedro Haché, por el honorable Ayuntamiento de la ciudad, destacado profesional que siempre exhibe orgulloso su linaje árabe y de petromacorisano.

La resolución homenaje señala: “El Ayuntamiento de San Pedro de Macorís declaró ‘Hijo Meritorio’ de referida demarcación al destacado empresario por honrar el nombre del municipio con ejemplo de dedicación, sacrificio y responsabilidad, según describe la resolución 36-2021 de la Sala Capitular. La misma fue propuesta por el alcalde del municipio Raymundo Ortiz y aprobada de forma unánime por los regidores».
El proponente del reconocimiento, Ingeniero Raimundo Ortiz, alcalde de la ciudad, en su discurso destacó las cualidades humanas y profesionales del arquitecto Haché, tras ponderar sus aportes en beneficio del municipio, de la provincia y de todo el país.

«Este reconocimiento es lo mínimo que podemos hacer por un hombre que ha hecho tanto por San Pedro y que, pese a que tuvo que emigrar a otra provincia, siempre ha estado pendiente de su ciudad natal y de sus necesidades», expresó el alcalde.

Anteriormente, en noviembre de 2017, gráfica de arriba, La Cámara Dominicana de la Construcción (Cadocon) le había incluido entre los distinguidos profesionales de la industria de la construcción en el país. Los homenajeados en esa ocasión fueron Pedro Haché, Ramón J. Rivera, José Ramón Martínez Burgos, Cristian Ciccone y Abraham Selman Hasbún, “por sus méritos acumulados durante el ejercicio de sus actividades profesionales y empresariales en el transcurso de sus carreras”.

Grafica homenaje tal arquitecto de San Pedro de Macorís, Pedro Haché,

Juan Christian Maluf, presidente de La Cámara Dominicana de la Construcción, (CADOCON), ponderó en su discurso el brillante hola profesional del arquitecto Pedro Haché, destacando su condición de “Profesional meticuloso y detallista tanto en sus diseños arquitectónicos, como en las construcciones ejecutadas bajo su responsabilidad”. Diario Libre digital de fecha 21 de noviembre 2017.

La misma publicación citada indica. “Maluf resaltó, además, que el extenso portafolio profesional del ingeniero Haché incluye la realización de viviendas de carácter social, edificios de apartamentos, las oficinas de la Universidad Central del Este, el Conservatorio Nacional de Música, el Instituto Postal Dominicano, la Biblioteca Nacional, avenidas, un aeropuerto, iglesias, naves industriales, bancos, hospitales, entre otras importantes edificaciones desarrolladas durante su trayectoria”.

El petromacorisano Antonio Zaglul Elmúdesi.

Además de estos dos árabes de nombradía arriba enumerados, merecen ser incluidos otros del apellido Zaglul del cual es parte biológica el famoso médico psiquiatra y escritor Antonio Zaglul Elmúdesi, nacido en San Pedro de Macorís el día 2 de abril de 1920 y falleció en Santo Domingo en 1996, su llegada al mundo fue producto del matrimonio entre José Miguel Zaglul y Doña Clara Elmúdesi, de origen libanés.

Toñito Zaglul, como cariñosamente era llamado con frecuencia por amigos y allegados, se graduó de médico en la Universidad de Santo Domingo e hizo su especialidad en Madrid, España. A su regreso y con post grado en psiquiatría, fue nombrado por Trujillo director del Hospital Psiquiátrico Padre Billini, de donde fue cancelado en 1960, luego de esa decisión y ante la sospecha de que el régimen lo tenía en la mirilla, se exilió en Puerto Rico, donde trabajó como médico en el Hospital Psiquiátrico de Río Piedras.

A la caída de la dictadura trujillista regresó al país integrándose a la cátedra médica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias Médicas. Por sus aportes, esa institución lo acreditó como Profesor Meritísimo.

En su larga carrera profesional se dedicó a transmitir sus experiencias y vivencias publicando varios libros, siendo el más famoso “Mis 500 Locos, cuya primera edición en 1966 fue todo un acontecimiento intelectual, un best seller refrescante, además este autor escribió «El apasionante tema de la Locura», una biografía sobre Evangelina Rodríguez, la primera mujer que estudió y ejerció medicina en República Dominicana, con el título, «Despreciada en la vida y olvidada en la muerte”, y «El apasionante tema de la locura». Por sus fértiles condiciones culturales fue nombrado por el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986), embajador primero en España y luego ante la Santa Sede.

Sus innumerables artículos en periódicos y revistas del país sobre temas vernáculos, históricos y anecdóticos, fueron recogidos en Obras selectas editado por Andrés Blanco Díaz, y el Archivo General de la Nación. Vol. 131 Obras Selectas, Tomo I. El eminente profesional de la salud murió en el año de 1996 a causa de un cáncer en el estómago contra el cual luchó por más de 20 años. Era un asiduo fumador.

En uno de sus trabajos críticos de opinión publicado en la prensa hace una descripción lúgubre sobre la muerte del poeta Rafael Deligne, acontecida el 29 de abril de 1902, que al igual que su hermano Gastón, también poeta, murió carcomido por la lepra. Con conmovido sobrecogimiento luctuoso, interiormente desgarrado ante la desdicha que acompañó la vida a aquel bardo eminente, el psiquiatra escritor puntualizó con dolor. “En el 1902 se desata una guerra civil. En las calles de San Pedro de Macorís hay balas, fuego y sangre. Nadie puede llegar a la casa del poeta. Entre las tinieblas de la noche, su hermana Teresa lo visita. Va con Gastón Fernando, hierático, dolido en su dolor de hermano. Dice: “Teresa, hermana mía, si me enfermo de lepra no voy a resistir como lo ha hecho el santo de mi hermano Rafael”. Una tarde gris y lluviosa, con toque de queda, comienza la agonía del poeta. Llegan los amigos, a pesar del peligro, a hacerle su última visita. Han pasado veinte años desde que comenzó la enfermedad, y la agonía es larga. “Agonizar no es morir; es luchar para no morir”, decía Unamuno. Gastón casi le desea la muerte al hermano querido. Es demasiado sufrimiento, es demasiada grandeza para un alma guardada en menos de la mitad de su cuerpo. Muere en la madrugada e inmediatamente lo llevan al cementerio. Antes del alba lo entierran. Allí están Gastón, la estoica Teresa, los hermanos Richiez, Miguel Feris, Belisario Hereaux, Lorenzo Sánchez, Federico Bermúdez. Tragándose las lágrimas, Gastón despide el duelo con este verso: Ya has cavado hondo surco; ve a dormir, labrador…”. Concluye su sombrío asombro poético agregando palabras sobre el deceso del hermano solidario.” Once años más tarde, Gastón Deligne descubre que está contagiado de la terrible enfermedad, se suicida disparándose un tiro en la sien. En el entierro, un amigo de los hermanos poetas, al despedir el duelo, recitó el mismo verso de Gastón: Ya has cavado hondo surco; ve a dormir, labrador. Fuente de la cita: Antonio Zaglul. Obras Selectas, Vol. 131 Tomo. 1 300. ¡Honor al legado histórico de este singular profesional de la medicina!

Hubo otro integrante particular del apellido árabe Zaglul que alcanzó notoriedad, nos referimos a Salomón José Zaglul Malkum, nacido en San Pedro de Macorís el 28 de marzo de 1928, hijo del matrimonio entre Pedro Zaglul y Martha Malkum de Zaglul, en esta su ciudad natal creció, desarrolló y realizó sus estudios básicos e iniciales, primarios, intermedios y secundarios, también de mecanografía y correspondencia, taquigrafía y contabilidad; por los conocimientos adquiridos y a la edad de 18 años, fue contratado primero como mensajero y luego ascendido a cajero en el Bank of América, del París chiquito.

Salomón Zaglul Malkum transitó una carrera profesional exitosa, por su experiencia y confianza fue trasladado en 1962 a la sucursal bancaria en la norteña ciudad de Puerto Plata, donde se casó e hizo su residencia definitiva, allí llego a ocupar el cargo de director/editor de la Impresora “El Dorado”, además de emprender negocios, siendo ganadero, arrocero. En esa braga personal se convirtió en una personalidad en aquella ciudad, a la que hizo su segunda patria chica, desde que llegó como empleado bancario en 1962 hasta la hora de su muerte el 19 de agosto del año 2005, tras haber nacido en su amado pueblo de San Pedro de Macorís.

El apellido Zaglul ha avanzado cualitativamente en San Pedro de Macorís, es una marca comercial insertada en el gusto popular, ello lo prueba la emblemática tienda fundada por Miguel y Clara Zaglul en el año 1898, con el nombre Tiendas Zaglul, ubicada en la calle Duarte 58, centro de la ciudad y que hoy en día es un sólido y prestigioso comercio, y cuyos fundadores y propietarios originales eran genuinamente de origen árabes.

De izquierda a derecha los hermanos Ignacio, Lala y Ramón Zaglul, propietarios herederos de la cadena de tiendas Zaglul.

Con el paso de los años este establecimiento comercial se ha ido transformando y modificando, yendo de lo pequeño a la lo grande, su éxito comercial es obra de sus nietos herederos, Ignacio, Lala y Ramón, quienes se han entregado de manera absoluta a su lucido desarrollo. Estos tres hermanos han accionado con inteligencia y visión de futuro haciendo las inversiones necesarias para lograr colocarla en un espacio de respeto competitivo dentro del mercado consumidor con evidente calidad de servicios, convirtiendo la otrora Tiendas Zaglul en un establecimiento, que en su principio, solo vendía telas variadas, camisas y sombreros para caballeros y otras ofertas menores.

En su política de propagación comercial abrió un local en el municipio Consuelo en la década de los 60 del siglo XX, en que la comunidad subsistía por las zafras del ingenio, los trabajos fabriles y las plantaciones y cultivo de caña para la fabricación de azúcar.

Los tres hermanos arriba resaltados han sabido relanzar el establecimiento Almacenes Zaglul, en cuyo proceso de ensanchamiento la han elevado a la categoría de hipertienda, un espacioso local con varias opciones, conformado por decenas de departamentos los cuales van desde el concepto de supermercado traspasando líneas de confecciones, telas, cosméticos, detergentes, perfumería, cristalería, bisutería, artículos para el hogar, zapatería, farmacia, servicio bancario, área de embutidos, entre otras dispares propuestas innovadoras de mercancías nacionales y extranjeras.

En favor de su fortalecimiento económico han abierto sucursales en las ciudades de Higüey y El Seibo.

  Bajo el criterio de mantener cohesionada la familia alrededor de los bienes e inmuebles, funcionando como un todo armonioso, Ignacio, Lala y Ramón, han integrado a sus hijos Julio, Ivonne, Ignacio, y Carolina, cuyos segundos apellidos son de la Sierra y Terrazo, respectivamente, involucrándolos en definidas responsabilidades en áreas específicas, haciéndolos sentir parte importante del crecimiento y éxitos de las inversiones del conglomerado familiar, garantizando con su fresca participación la continuidad histórica del legado patrimonial Zaglul, distintivo comercial de San Pedro de Macorís que en la ruta de su crecimiento se ha proyectado más allá de sus raíces territoriales.

De izquierda a derecha los petromacorisanos de origen árabe (libanés), Ignacio Zaglul, Carlos Juan Musa Hazim y Julio Hazim Rick. Aunque el ultimo no nació en San Pedro de Macorís, sus padres sí.

No podemos en justicia desdeñar la presencia médica y social de un árabe cuya sola mención representa la continuidad del legado filantrópico del alemán Carl Theodor Georg, nacido en Biebrich Am Rhein, Alemania, el 23 de enero de1884, y fallecido en San Pedro de Macorís el 11 de junio de 1966. Popularmente conocido por Mister Yor. Nos referimos sin lugar a dudas al prestigioso galeno Antonio Musa Dip.

En efecto, Antonio Musa Dip nació en San Pedro de Macorís, el 21 de septiembre de 1907. Su venida al mundo humano fue resultado de la unión matrimonial entre Elías Musa Assy y Faustina Dip Salomón. Sus adentros estaban íntegramente constituidos por sangre árabe.

El matrimonio procreó cuatro vástagos: Aurora, Amanda, Carlos Juan y Jesús Antonio.

Musa Dip recibió su título de licenciatura en Medicina el 31 de Julio de 1939 en la Universidad de Santo Domingo, hoy UASD, en plena Era de Trujillo. El primer estudiante de origen árabe en graduarse de médico fue el Emilio León Curet, en 1931, padre de los abogados Emilio y Antonio León Sazo.

De acuerdo a datos difundidos, ejerció la residencia médica en el antiguo hospital San Antonio desde el año 1940 hasta el 1966, allí llegó a ser director entre 1966 a 1973. Bajo su liderazgo fundó el Grupo Médico Antonio Musa Dip, en el cual diferentes especialistas ejercen su profesión.
En su brega ocupacional fundó el Grupo Médico Antonio, ubicado en la Avenida Independencia, local donde siempre ejerció en el que diferentes especialistas de la salud han abierto consultorios.

Por sus méritos y aportes sociales la seccional provincial del Asociación Médica Dominicana, le tributó un homenaje en el “Día del Médico”, 14 de diciembre 1978. Igualmente, el 24 de julio de 1990, la Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Central del Este (UCE), le hizo un homenaje póstumo. El 30 de septiembre de 1975 fue distinguido como “Maestro de la Medicina Dominicana”, por la Asociación Médica Dominicana.

Su hoja de vida cuenta que fue fundador del club Centro Sirio-libanés, Inc., cónsul honorario de la República de El Salvador, 1970 al 1989, capitán honorario del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, entre otras importantes labores públicas.

Los hermanos Kasse Acta

Rafael Kasse Acta (1927-2004).– En el contexto de esta relación debemos sumar dos hermanos de descendencia árabe y de méritos elevados, nos referimos a los hermanos Rafael y Emil Kasse Acta, hijos del matrimonio entre Abraham Kasse y Rosa Acta, oriundo del Líbano, quienes emigraron forzosamente hacia República Dominicana empujados por las debacles que producía en su amada tierra del Oriente Próximo la Primera Guerra Mundial.

Rafael nació en San Pedro de Macorís en agosto del 1927, falleciendo en Santo Domingo, el 14 de septiembre de 2004. En su pueblo natal, realizó sus estudios primarios y secundarios hasta recibir su diploma de bachiller en Ciencias Físicas y Naturales en el año de 1946.

Con su título y notas de la secundaria se inscribió en la escuela de medicina de la Universidad de Santo Domingo donde se graduó de médico odontólogo en 1950, especializándose en Cirugía Dental. Su inclinación por esa área de la salud quedó demostrada con la presentación de su tesis. “El cáncer de la boca”.

Como profesional interesado en triunfar y desarrollar una carrera exitosa asumió con dedicación y entrega la responsabilidad social de su carrera, en ese sentido, realizó estudios de postgrado en Endodoncia. No satisfecho emprendió cursos de capacitación, extendiéndose en la formación y aprendizaje en diferentes campos científicos de la cirugía dental, así como otros conocimientos útiles, necesarios para ampliar su cultura y saber personal en aras de obtener una mejor calidad en el ejercicio de su oficio. Fue incansable en ese empeño. Por ello se formó en antropología y metodología de la investigación científica.

Desde que llegó a la Universidad del Estado vinculó con fuerza sus emociones haciendo de la institución una parte importante de sí mismo, destacándose como profesor titular de las cátedras de Endodoncia e historia de la Odontología, asignaturas conexas con la sección de Odontología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UASD.

Rápidamente enseñó su capacidad de trabajo por lo que fue designado vicedecano de la Facultad de Ciencias Médicas en el año de 1966. Todavía la capital dominicana olía a pólvora por los residuos bélicos de la contienda fratricida de 1965. Más adelante, en 1970, fue elegido rector hasta el año de 1972. En reconocimientos a sus méritos y aportes fue declarado en 1984, “Profesor Meritísimo” de su amada Alma Máter.

Durante su gestión “se inició la construcción de nuevos edificios en las facultades de Ingeniería y Humanidades, para tener aulas disponibles donde alojar una población estudiantil que desde 1965 hasta 1969 había crecido de 3 mil 500 a 12 mil estudiantes. Se instaló un centro electrónico de cómputos dentro de la Facultad de Ciencias; se abrieron nuevas oficinas para las direcciones de Bienestar Estudiantil, Orientación Profesional y la FED; se adquirieron 16 autobuses para garantizar el transporte gratuito a los estudiantes y empleados universitarios, cubriendo la demanda de más 3 de mil nuevos usuarios; y se culminó la construcción de un comedor económico universitario, provisto de equipos modernos y con óptimas condiciones de higiene y salubridad”. Fuente de la cita: Sebastián del Pilar Sánchez. Reportaje: Cuando Kasse Acta venció a Hugo Tolentino por la Rectoría de la UASD. https://www.periodismoysociedad.net›

“En el plano literario, cultivó diversos géneros, y escribió poesía, historia, cuentos y ensayos. Entre sus publicaciones “Cátedras de Endodoncia”, “Endodoncia: su filosofía y progreso actual”, “Hacia una historia social odontológica dominicana” y “Aportes a la introducción de la Historiografía Médica Dominicana”. Apud.

Recordamos que en su condición de rector tuvo una activa participación en la crisis originada por el secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley, por un comando armado del Movimiento Popular Dominicano (MPD), que exigía a cambio la liberación de 20 presos políticos, encabezados por su líder Maximiliano Gómez alias El Moreno, nativo de San Pedro de Macorís. El académico petromacorisano Kasse Acta jugó un papel significativo como parte de la comisión mediadora y negociadora del problema.

El doctor Rafael Kasse Acta dejó físicamente este mundo a la edad de 77 años como consecuencia de un delicado cuadro de salud, siendo ingresado por varios días en el Centro Médico UCE, de la capital. Su deceso constituyó un duro golpe para la sociedad médica nacional, en particular para los odontólogos, a cuya particularidad profesional hizo contribuciones trascendentales, elevando con sus aportes y conocimientos la calidad y credibilidad de sus servicios. Fue un hombre de bien, democrático y progresista, abanderado de causas por la emancipación de los sufridos, creía en la justicia social y enfrentaba todo tipo de abusos y atropellos contra los débiles.

Emil José Kasse Acta, (1924-1994).

El médico pediatra, doctor Emil José Kasse Acta (Emil), nacido en San Pedro de Macorís el 28 de octubre de 1924, más que sobresalir en su área profesional académica, amplió con creces su figura pública al asumir una militancia de consagración con el deporte dominicano por cuyos esfuerzos y dedicación fue inmortalizado en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, durante el ceremonial de 1997.

Fue el primogénito de sus padres, Abraham Kasse y Rosa Acta, condición privilegiada que lo situó delante de sus otros tres hermanos, por cuya mayoría de edad debió cuidar y protegerlos.

Todo en él fue servicio. Su vida estuvo comprometida en continuos afanes altruistas. Hizo del deporte una cotidianidad de esfuerzo creativo en aras de que la juventud pudiera practicarlo en instalaciones aptas que aumentara el interés competitivo de los atletas. El deporte se impuso sobre su ejercicio médico profesional.

En el Macorís de sus orígenes biológicos cursó sus estudios básicos hasta alcanzar el bachillerato en la escuela normal José Joaquín Pérez.
En el año de 1945 Emil se traslada a Santo Domingo, entonces Ciudad Trujillo, donde se matriculó en la Universidad de Santo Domingo, graduándose de Medicina en el año de 1952, especializándose en pediatría. Su primer nombramiento fue en el hospital Juan Pablo Pina, en la ciudad de San Cristóbal.

Emil fue un pediatra entusiasta, motivación que lo llevó a confeccionar el himno de la Pediatría latinoamericana, cuya música es de la autoría del maestro Rafael Solano.

Desde que obtuvo su título profesional en el área de la salud dedicó largo tiempo a la impartición de docencia médico-pediatra en la misma universidad en la que se hizo doctor, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). También fue profesor titular de Pediatría en la Universidad Central del Este (UCE).

“En 1975 hizo realidad su sueño de inaugurar el Centro de Pediatría y Especialidades en la capital del país. Se destacó en su entrega a la especialidad por su energía inagotable, por su marcado interés en la educación médica continuada a través de los eventos científicos y porque su vocación por la atención a la salud de la infancia constituyó siempre el principal motivo de su vida. Colaboró gustosamente en eventos pediátricos de carácter nacional e internacional siempre desinteresadamente”.

En su carrera de vida desempeñó importantes cargos, en 1962 fue elegido como el primer presidente del Comité Olímpico Dominicano, con su liderazgo República Dominicana participa en los Juegos Deportivos Centroamericanos, celebrados en Jamaica.

Emil recibió varios reconocimientos y distinciones públicas, entre ellos, Orden del Mérito Duarte, Sánchez y Mella en el grado de caballero, Profesor Honorario de la Universidad Central del Este, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Anatolia en Ankara, Turquía, Orden de ciudadano distinguido concedida por el ayuntamiento de Santo Domingo, y otros innumerables homenajes de diferentes instituciones nacionales y extranjeras

Su preciada vida concluyó el sábado 13 de agosto de 1994, tras luchar infructuosamente por varios años contra un enfisema pulmonar crónico, dolencia que afectó su rendimiento personal hasta llevarlo al desenlace total y absoluto de su estructura física y humana.

Los dos hermanos arriba reseñados ocupan hoy un espacio de distinción en la historia dominicana, su hoja de vida lo acredita con creces: honor, limpieza de conducta, solidaridad humana, decencia, honradez, filantropía, y un firme amor por la patria donde nacieron.

¡Honor a su memoria!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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