Escrito por: Iván Santana
HATO MAYOR, viernes 16 de febrero 2024.- Productores de Cacao en las provincias del Este del país, reclaman al presidente de la República, Luis Abinader ir en su auxilio para enfrentar el descalabro económico que tienen por razones climáticas y destrucción de sus fincas tras el paso del huracán Fiona.
Denuncian que unas 7 mil 300 familias productoras con más de 400 mil tareas han visto mermar la producción, porque más del 60% de las fincas siguen bajo los escombros y la poca producción que hay está siendo afectada por plagas de carpinteros y ratones.
Explican que en El Seibo, Hato Mayor, Higüey y San Pedro de Macorís cuándo hay producción se cosecha unas 17 mil toneladas, que con los precios actuales del mercado generan unos 98 millones de dólares, que es unos 5 mil 700 millones de pesos.
Los productores organizados en 29 asociaciones afiliadas a la CONACADO están haciendo un vehemente llamado de auxilio al presidente Abinader, para poder enfrentar la crisis que lo azota y que amenaza con hacerlo desaparecer en los campos del Este.
Al mismo tiempo, los productores de Cacao piden la intervención para la solución definitiva del problema eléctrico que mantiene paralizada la empresa chocolatera de San Francisco de Macorís, donde es llevada la producción regional.
«Urge resolver el problema eléctrico generado por Edenorte, así como el apoyo en el capital de trabajo, para que los productores nacionales de Cacao puedan colocar a buen precio su producción por cosechas» expuso Braulio Castillo, vocero de los productores.
La chocolatera de San Francisco de Macorís hace cuatro años fue inaugurada por el presidente Luis Abinader, pero no ha podido arrancar o ponerse en marcha, por el problema eléctrico.
Los productores celebraron una rueda de prensa en el local de CONACADO en Hato Mayor, donde además denunciaron que sólo el 49 por cientos de los productores recibieron los mil pesos de subsidios por tareas, imprentado por el gobierno.
Reiteran que más del 60% de las plantaciones siguen bajos los destrozos de los árboles derribados por los vientos huracanados de Fiona, por lo que merecen una rápida intervención del gobierno.