Escrito por: Ramón Díaz, Maestro de Historia
SAN PEDRO DE MACORIS.- El proyecto de viviendas del Ingenio Porvenir denominado John Fizgerald Kennedy en honor al asesinado presidente norteamericano, comúnmente conocido como «Proyecto Kennedy«, tiene su génesis a mediados de junio de 1963, para aquel entonces Rafael Antonio Jarvis y Vidal Reyes representantes de la Cooperativa de Ahorros, Vivienda y Consumo Porvenir, tenían la iniciativa de desarrollar un proyecto de viviendas, la idea comenzó a tomar color después que el Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre anunció su apoyo a principios del año 1964.
En una breve columna del periódico Listín Diario con fecha viernes 21 de febrero 1964, exactamente en la página número 10 salía el titular «Nuevo Plan de Viviendas« con el que se daba a conocer por primera vez a la población el proyecto a desarrollarse en el Ingenio Porvenir de San Pedro de Macorís.
Cuando se habla de un proyecto de viviendas lo más lejano que puede llegar a la mente son palabras como intervención, comunismo, sindicalismo, revolución, espionaje o CIA, pero, aunque muchos sean ignorantes a esa idea, para conocer la historia real del Proyecto Kennedy no se pueden dejar de mencionar como elementos fundamentales. Lo primero que hay que tomar en cuenta es el gran poder que siempre han representado los movimientos sindicales, durante la década de 1960 en nuestro país ese poder se concentraba en la Confederación Nacional de Trabajadores Libres (CONATRAL), movimiento sindical pronorteamericano que tenía gran parte de sus integrantes en los ingenios del este, principalmente en San Pedro de Macorís, en el Ingenio Porvenir.
CONATRAL llegó a ser tan influyente que entre 1962 y 1969 los Estados Unidos a través del instituto gastó 1.6 millones de dólares en el país (sin contar con los proyectos de viviendas), además fueron determinantes para lograr el Golpe de Estado en contra de Juan Bosch en 1963, la segunda Intervención Norteamericana de 1965 y la victoria de Joaquín Balaguer en las elecciones del año 1966.
La inestabilidad política en la República Dominicana después del asesinato del dictador Rafael Trujillo en 1961 amenazaba con abrir la puerta a muchos grupos políticos y laborales dominados por los comunistas y otros grupos revolucionarios y sindicales para solidificar el poder. El gobierno de Estados Unidos se preocupó especialmente cuando, en 1962, Juan Bosch fue elegido presidente en la lista del Partido Revolucionario Dominicano. Por temor a «otra Cuba», el Departamento de Estado de Estados Unidos, la CIA, USAID, la AFL-CIO y varias multinacionales estadounidenses como Gulf +Western pronto comenzaron a desempeñar papeles activos, abiertos y encubiertos en el movimiento obrero dominicano, principalmente con el objetivo de fomentar sindicatos más moderados y contrarrestar la influencia de sindicatos con tendencias revolucionarias y castristas (Murphy, 1987).
William Doherty, Jr., el director ejecutivo de AIFLD en ese momento, los proyectos de vivienda representaron «una afirmación viva de la Alianza para el Progreso en acción para lograr su objetivo de revolución social sin violencia” (Informe AIFLD, julio de 1968). La provisión de vivienda fue diseñada, según un funcionario de la AIFLD, «no solo para dar a los trabajadores mejores lugares en los que vivir, sino para darles una nueva base para una participación más fuerte en la vida nacional, a fin de crear una nueva fuerza para la democracia sindicalista «(Informe AIFLD, mayo de 1966).
Luego de estas citas nos damos cuenta de que el Proyecto Kennedy no fue simplemente un plan benevolente hacia los obreros, porque si bien el sindicalista y economista Rafael Jarvis tenía buenas intenciones con la iniciativa del proyecto en sus orígenes, los Estados Unidos lo vio como una gran oportunidad y un excelente escenario para poner en práctica su intervención silenciosa llamada «Alianza para el Progreso«. Además, San Pedro de Macorís hace mucho tiempo que figuraba en la lista de localidades latinoamericanas con gran influencia sindicalista, en 1916 José Eugenio Kunhardt trajo a la ciudad la Hermandad Comunal Nacionalista, entidad que ya había fundado en 1914 en su natal Puerto Plata, y otro valor simbólico que se tomó muy en cuenta fue la acogida de la única huelga significativa contra el régimen de Trujillo en 1946, liderada por el sindicalista Mauricio Báez.
Los terrenos destinados para levantar el Proyecto Kennedy albergaban un total de 48 hectáreas, fueron donados por la Corporación Azucarera Dominicana (CAD), institución que luego se renombró como Consejo Estatal del Azúcar (CEA), los terrenos pertenecían al Ingenio Porvenir y colindan toda su periferia en dirección oeste. El 1 de mayo de 1964 el triunvirato doctor Donald J. Reid Cabral dio el primer picazo para iniciar la construcción de las viviendas, en 1965 el proyecto se estancó debido a la crisis política por la que atravesaba el país, no fue hasta 1966 cuando Joaquín Balaguer asume el poder que se restablecieron los trabajos de construcción.
Las viviendas se construyeron en varias fases y fueron entregadas a sus propietarios paulatinamente, algunas de las entregas de las nuevas viviendas fueron publicadas en el periódico Listín Diario: el domingo 1 de mayo de 1966 se entregaron 20 casas aprovechando la celebración del Día del Trabajador, el jueves 30 de junio de 1966 se entregaron 16, el martes 16 de agosto 1966 entregaron 24, para ese momento sumaban 74, la primera etapa de 110 casas se completó en abril de 1967.
El sábado 1 de abril de 1967 se realizó el acto de inauguración del Proyecto Kennedy, fue un evento multitudinario, estuvo presente John H. Criminals, embajador de los Estados Unidos; la señora Clara Luna de Castillo, gobernadora provincial de San Pedro de Macorís; Joaquín A. Bazán, agregado laboral de la embajada Americana; John Van Rachmuth, arquitecto, quien estuvo a cargo de la dirección de la obra, Jack E. Goodwyn, director del Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL); Ángelo Verdú, subdirector (IADSL) en Washington, quien, vino especialmente para la inauguración; Domingo Lamadriz, Oficial de Programas de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad; (ODC) y Rafael Antonio Jarvis, presidente de la Cooperativa del Ingenio Porvenir. La bendición del acto estuvo a cargo del Padre Bernard Lara.
Originalmente el proyecto se planificó para la construcción de 896 casas, de cuatro tipos distintos de edificaciones, pero solo se llegó a inaugurar la primera fase de 110, las viviendas constaban de sala-comedor, cocina-pantry, tres habitaciones, un baño, una pequeña galería y un amplio terreno al frente que hacía las de jardín, además de la disponibilidad de un centro comunal y parques de recreos. El valor promedio de cada casa era de $ 3,800, los adquirientes pagaron el diez por ciento ($ 404,37) del precio total como avance, y debían continuar pagando la suma de $ 24 mensuales hasta completar el coste total de cada vivienda, además incluía un seguro de vida para el obrero, merced del cual, en caso de que el jefe de la familia falleciera, la casa quedaba libre de todo gravamen y pasaba a ser propiedad definitiva de su familia.
Las calles que dan vida a la comunidad llevan los nombres de ingenios establecidos en San Pedro de Macorís: Porvenir, Consuelo, Santa Fe, Quisqueya y Angelina, hay que tomar en cuenta que no se seleccionó el nombre de Ingenio Cristóbal Colón, ni tampoco del desaparecido y muy poco conocido Ingenio Puerto Rico.
Algunos de los apellidos de las familias que se establecieron allí, partiendo del apellido del obrero padre de familia: Montero, Peguero, Acevedo, Lee, Potter, Escarfulleris, Núñez, Aquino, Rodríguez, Moreta, Peña, Paredes, Ríos, Martínez, García, Maynard, Cabral, De Los Santos, Vivenes. Molina, Alarcón, Albert, Natera, Mojica, Marmolejos, Paez, James, Patin, Sosa, Cintron, Shaw…
¿Por qué no se continuó el proyecto?
Cuando CONATRAL avaló la intervención norteamericana de 1965, varios sindicatos se retiraron y el número de miembros descendió de aproximadamente 100.000 a 25.000, a finales de la década de 1960 el Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre intentó levantar el movimiento, pero fracasó en formar una nueva organización que reemplazara a CONATRAL y en 1971 fundó la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos. Esta nueva entidad nunca prosperó, porque su composición consistió principalmente de sindicatos patronales y organizaciones filo gobiernistas fuertemente controladas.
En la década del 70 en respuesta a una creciente conciencia antiimperialista entre los trabajadores dominicanos, el Instituto redujo sus programas y entre ellos estaba el Proyecto Kennedy.
Actualmente el Proyecto Kennedy se caracteriza por tener una población de clase media y media alta, establecimientos comerciales en constante desarrollo, la gran mayoría de las viviendas originales han sido modificadas para dar paso a grandes casas y apartamentos.
Del total de 48 hectáreas solo fueron utilizadas 10 del proyecto original, el resto de estos terrenos actualmente son ocupados por la Universidad Central Del Este, el Hospital Oliver Pino y otros proyectos de vivienda.
Nota: Para lograr conducir la investigación por una línea profesional y verídica, se consultaron las siguientes fuentes: Manual de Área para República Dominicana, Thomas Duval Roberts, American University,1966; AIFLD, caballo de Troya de EE. UU, Michael J. Sussman, 1983; Sindicalismo libre: ¿De qué? El instituto americano para el desarrollo del sindicalismo libre, NUEVA SOCIEDAD, Hobart A. Spalding, 1984; Geografías laborales: trabajadores y paisajes del capitalismo, Andrés Herodes · 2001; Cooperación y anticomunismo en el sindicalismo, Juan Alberto Bozza, 2013; El sindicalismo en República Dominicana, Acento. Com, José Gómez Cerda, 2017. Los recursos fotográficos del Archivo General de la Nación (AGN), periódicos Listín Diario y El Caribe.