Maestra relata

                                                                               Por Javier Aliaga Imagen: Ernesto “Che” Guevara Vallegrande, EFE.- La maestra boliviana que dio al guerrillero Ernesto “Che” Guevara su última comida el 9 de octubre de 1967, Julia Cortez, declaró que él coqueteó con ella y le pidió espiar si iba a ser asesinado por el Ejército, como ocurrió minutos después. Cortez, que tenía entonces 19 años y era profesora de la escuela de La Higuera, caserío situado a unos 840 kilómetros al sureste de La Paz, es ahora protagonista en la conmemoración del 40 aniversario de la muerte del “Che". “El me pidió eso. Que yo inmediatamente logrará averiguar algo. Quería que yo fuera su espía, pero no había nadie, solamente los guardias”, relató Cortez. Un día antes, el 8, militares bolivianos capturaron a Guevara en la quebrada el Churo y lo llevaron a La Higuera, mientras las emisoras de radio reproducían la versión del Ejército de que había muerto en combate en la selva. “Yo fui a verlo y, justamente, él estaba vivo. Estaba sentado al lado izquierdo de la pieza, detrás de la puerta, alumbrándose con una vela”, recordó Cortez con emotividad, aunque ha contado cientos de veces la misma historia. Explicó que ella, por ser muy joven, sintió curiosidad por ver a aquel rebelde de quien se decía “que era hombre cubierto con una coraza, con un casco, y que era imposible que muera”, y también que era jefe de un grupo de guerrilleros que “asaltaban, violaban y hacían estragos". “Pude entrar a verlo y no era nada de lo que se dijo”, agregó la maestra, que pudo ver al “Che” con ayuda de un teniente de apellido Huerta, uno de los que custodiaban aquella escuela donde ella impartía clases. “Su vestimenta no tenía nada. Era un hombre sin ninguna protección. Estaba arruinado. Su ropa y todo su aspecto, sumamente deteriorados, mal en todo sentido”, agregó. Pero también vio “un hombre sumamente simpático, muy atractivo”, con “facciones perfectas”. Según Cortez, el “Che” la llamó porque quería hablar con ella y, además, corregirle un error ortográfico que detectó en la pizarra del aula, donde la palabra “Ángulos” estaba escrita sin acento sobre la mayúscula. Luego tuvo palabras elogiosas para ella, en una suerte de coqueteo, y le comentó que cuatro oficiales le habían preguntado poco antes cuál era su último deseo, por lo que pidió a la maestra tratar de averiguar qué iba a sucederle. (Haga click mas abajo y lea los detalles) Lea Noticias culturales, literarias, sociales y científicas en nuestra web                       EL COLOSO DE MACORIX                    elcolosodemacorix.blogspot.com

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