BRASILIA, 26 de octubre.– La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha ganado la segunda vuelta electoral celebrada este domingo con un 51,45 % de los votos, frente al 48,55 % del socialdemócrata Aécio Neves, según datos del Tribunal Superior Electoral con un 98% del censo escrutado.
El resultado confirmaría que, como pronosticaban todos los sondeos, la segunda vuelta de los comicios se ha definido por un ajustadísimo margen y que Brasil sale dividido de las que han sido las elecciones más reñidas de su historia.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), gobernará hasta finales de 2018 y su formación completará así un período inédito de 16 años en el poder, que comenzó en 2003, cuando asumió su primer mandato el antecesor y mentor político de la mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que postuló al senador Aécio Neves, ha obtenido su mejor votación en los últimos doce años, pero también ha sufrido su cuarta derrota consecutiva frente al PT.
«Muchas gracias por la reelección», ha escrito Rousseff en su cuenta de Twitter.
Las votaciones más ajustadas de la historia
Rousseff había ganado la primera vuelta de las elecciones, el 5 de octubre pasado, con un 41,59% de los votos frente al 33,55% de Neves, pero como no superó el preceptivo 50% debió enfrentarse a una nueva votación frente al socialdemócrata.
En las tres semanas de campaña para la segunda vuelta, las encuestas de opinión transitaron por una verdadera montaña rusa y alteraron a ambos candidatos al frente de las preferencias en una campaña marcada por las descalificaciones personales y las agresiones verbales entre ambos candidatos, lo cual uno y otro lamentaron hoy al momento de votar.
Este sábado fueron difundidos los últimos sondeos y en general le atribuyeron cierto favoritismo a Rousseff, aunque alguna encuesta también apuntó como vencedor a Neves.
Los institutos Datafolha e Ibope afirmaron que Rousseff superaba a Neves por una diferencia de entre seis y cuatro puntos porcentuales, pero la firma MDA le adjudicó al socialdemócrata una intención de voto del 50,3%, frente al 49,7% que obtendría la jefa de Estado.