Washington, 6 dic (PL) Nuevas protestas contra la discriminación racial y el uso desmedido de la fuerza policial reavivaron las tensiones en Estados Unidos, después que se conoció la muerte a tiros de otro afroamericano, a manos de la policía, en Phoenix.
Las grandes ciudades de Estados Unidos vivieron el viernes una nueva noche de protestas tras los últimos casos de ciudadanos negros muertos a manos de la Policía en circunstancias por aclarar.
Nueva York, Chicago, Miami, Washington DC, Boston, Las Vegas, Oakland (California) y Ferguson (Misuri) registraron las marchas más numerosas, con cortes de carreteras y algunos arrestos, pero de tono pacífico y sin altercados.
El grito «No puedo respirar», en alusión a la muerte por asfixia de Eric Garner a manos de un policía, fue el predominante en las protestas, como lo fue en Ferguson (Misuri) el «No dispare» tras la muerte de Michael Brown.
Importantes medios de prensa estadounidenses se hicieron eco anoche de la muerte de Rumain Brisbon, de 34 años, quien recibió dos disparos en el pecho a manos de un oficial de policía blanco, en un confuso incidente de tráfico de drogas ocurrido el pasado martes.
La muerte de Brisbon, exacerbó los ánimos de la comunidad afroamericana en Estados Unidos, volcada a las calles en protestas por las recientes decisiones judiciales de exonerar a dos policías blancos involucrados en acciones violentas que terminaron con la vida de Michael Brown, en Ferguson, y Eric Garner, en New York.
Según la versión policial, detallada en un comunicado difundido la víspera, Rumain Brisbon estaba vendiendo drogas cuando el policía le pidió que levantara las manos, orden que no obedeció.
Brisbon corrió hacia un edificio de apartamentos, donde ambos comenzaron un forcejeo durante el cual el sospechoso metió las manos en los bolsillos del pantalón, lo que, según el relato de la policía, hizo pensar al agente que tenía un arma.
Eric Garner, de 43 años y asmático, murió en Nueva York el pasado 17 de julio por asfixia después de que el policía vestido de civil Daniel Pantaleo le colocó el brazo alrededor del cuello y ejecutó una llave de estrangulamiento, acto que fue grabado por un transeúnte en vídeo.
También en Nueva York, el fiscal Kenneth Thompson anunció hoy que designará un gran jurado para conocer a fondo el caso de Akai Gurley, otro ciudadano negro que murió por un disparo de la Policía el mes pasado, en un hecho calificado oficialmente como un accidente.
Gurley, de 28 años, murió el 21 de noviembre en un edificio de apartamentos del condado de Brooklyn al recibir un disparo en el pecho cuando bajaba una escalera interna en la que también había dos agentes policiales realizando una inspección.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, reconoció hoy que situaciones como la de Garner están generando un sentimiento de que la gente «no confía en su sistema judicial».
En este contexto, el jueves se conoció otro nuevo caso: un agente mató el martes de dos tiros en el torso a otro hombre negro desarmado tras un forcejeo entre ambos en Phoenix (Arizona), donde también se han registrado protestas.
Según la versión policial, Rumain Brisbon estaba vendiendo drogas en un auto cuando el policía le pidió que levantara las manos, orden a la que el sospechoso no accedió.
Brisbon corrió hacia un edificio de apartamentos, donde ambos comenzaron un forcejeo durante el cual el sospechoso metió las manos en los bolsillos del pantalón, lo que, según el relato de la Policía, hizo pensar al agente que tenía un arma.
El policía, identificado solo como un hombre blanco de 30 años, le disparó dos tiros en el torso que provocaron la muerte del sospechoso, de 34 años.
El policía, identificado sólo como un hombre blanco de 30 años, le disparó dos tiros en el torso que provocaron la muerte de Brisbon.
La inspección al cadáver demostró que lo que tenía en los bolsillos era un frasco de oxycodone, un medicamento que también se emplea como narcótico. En el vehículo conducido por Brisbon se ocupó marihuana y un rifle semiautomático.
La víctima tenía un largo historial delictivo por asalto y robo, según medios locales.
Marci Kratter, abogada de la familia Brisbon, adelantó a varios medios de prensa que tiene testigos que contradicen la versión policial.