Israel teme la entrada de infiltrados de Estado Islámico por la única frontera que a Irak tiene abierta con los países vecinos: el Jordán. Se ha aprobado el levantamiento de un muro de más de 25 kilómetros de largo y su construcción se ha calificado de «vital importancia».
Las últimas noticias que han llegado del cruento modus operandi de Estado Islámico les sitúa poniendo en práctica dos tipos diferentes de crucifixión. La primera ha supuesto la muerte inmediata de varios niños que no respetaron, según los preceptos más puristas del Islam, el ayuno. La segunda, supone estar sobre una cruz (pero no muerto) durante un día, a la luz del sol, y recibir 70 latigazos por otras faltas imperdonables por el grupo violento islamista: sodomía, hechicería y brujería.
El muro que separa la ciudad palestina de Abu Dis de Israel (Getty)El muro que separa la ciudad palestina de Abu Dis de Israel (Getty)
Mientras se conocen estos datos en pleno Ramadan, Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, ha declarado que es de vital importancia para Israel levantar un muro que cierre toda comunicación con el país vecino. El río Jordan es la última frontera que queda abierta, después de que las de Egipto, Siria y Líbano hayan sido valladas.
Pero Israel quiere ir un paso más alla y hace un mes su Gabinete de Seguridad nacional presentó la propuesta construir un muro de más de 25 kilómetros de largo y casi uno de alto para impedir que extremistas islámicos e inmigrantes entren al país. Éste bordeará el Jordán y protegerá las ciudades y el puerto situado más al sur de la ciudad, y está en el punto de mira de todos los ciudadanos israelíes que temen el avance de Estado Islámico.
«Vital para la seguridad nacional»
Los expertos han determinado que Estado Islámico pueden abusar y explotar a los jordanos que viven más cerca de este punto conflictivo y Netanyahu ha descrito esta edificación como «vital para la seguridad nacional». Por el momento, lo que parece más probable es que sean trabajadores ilegales bedunios que se ven sumidos en la más absoluta pobreza los que intenten cruzar la frontera.
Pero los analistas israelíes también tienen en cuenta que entre ellos puede haber infiltrados de Estado Islámico que actúen como terroristas y perpetren ataques en su país. Se teme especialmente, por el Aeropuerto de Timna que está en obras y que Israel quiere que se convierta en su puerta de salida hacia el Sur.