Santo Domingo.- Con su respuesta al informe de la comisión de la OEA el gobierno dominicano persiste en su política de confrontación estéril. Con ello indica que tiene más interés en lograr beneficios políticos pasajeros que en resolver problemas de fondo.
Su política patriotera de exaltar la nación para esconder incapacidades y fracasos le hará mucho daño a la economía dominicana, al ya maltrecho prestigio internacional del país, al propio gobierno y, en definitiva, al pueblo dominicano.
No hay que cerrarse al diálogo. No hay que persistir en la negación de derechos. Los nacidos aquí antes de la Constitución de 2010, son de aquí. Sería un crimen deportarlos bajo cualquier pretexto.
Después de la nefasta sentencia 168-13 se han dado pasos en procura de reparar injusticias históricas y enmendar algunos de los yerros más notables del fallo del Tribunal Constitucional.
Los errores y traspiés que se han producido en la aplicación del Plan de Regularización y las limitaciones que lleva implícitas en sí misma la ley 168-14 deben ser superados.
Procuremos soluciones en vez de bloquearlas con actitudes y comportamientos inadecuados que desdicen del país y de su gobierno.
Por la Alianza por la Democracia (APD). Max Puig. Presidente