Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
San Pedro de Macorís, 3 de enero del 2016.- cada coyuntura político electoral producida en nuestro país en los últimos años ha estado caracterizadas por alianzas entre las diversas fuerzas políticas que compiten por alcanzar el poder presidencial, congresual y municipal. El escenario concreto de las contiendas ha visto a los que se consideran en desventajas ingeniársela para mantener su vigencia jurídica concomitantemente con cierta cuota de representatividad en el Estado Dominicano. Táctica y estrategia posible en cualquier circunstancia electoral.
Así las cosas, el domingo 13 de diciembre del 2015, se anunció al país el gran acuerdo o pacto de alianza electoral suscrito entre el Partido Revolucionario Moderno (PRM), creciendo con rapidez en todas las encuestas y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en descenso en las mediciones de cara al certamen de mayo 2016.
En torno a esa publicitada alianza que acaparó la atención y los más variados comentarios en los medios de comunicación dado que, «los reformistas aceptaron la propuesta del PRM de asignarle 50 candidaturas a diputados, 12 a senadores, tres diputaciones del Parlasen, un diputado nacional, 50 alcaldías y 85 distritos municipales», escribí en su momento: “Creemos que se le ha dado demasiado a un partido y su candidato que no llegan a un 4 por ciento».
Este masivo y sorpresivo desprendimiento de candidaturas de parte del PRM lo coloca, a mi juicio, en una situación engorrosa en razón de que sacrifica, por el solo interés de la candidatura a la presidencia, el liderazgo local tan necesario para cohesionar la campaña y tener una sólida fuerza de retaguardia en caso de cualquier escenario resultante de las elecciones de mayo 2016.
El PRM está haciendo un único calculo, la Presidencia, sin tomar en cuenta que en cualquier torneo electoral establecido por el sistema democrático se va a ganar o a perder; y si se obtiene una alta representatividad en los poderes legislativo y municipal el partido y su base tendrían una cuota importante de poder para desarrollar una estrategia opositora consecuente y con vocación de poder.
Dejar a la intemperie el liderazgo local partiendo de que «el fin justifica los medios, menospreciándolo con la peregrina tesis de que lo que importa es la presidencia y nada más, constituye un error estratégico cuyo costo podría poner en peligro la unidad y existencia del partido. Además en caso de ganar la presidencia no todos los compañeros y compañeras cabrían en la nómina gubernamental.
El PRM debe pensar en el presente y en el futuro. A nivel de las provincias y municipios posee una matrícula de calificados y experimentados dirigentes fogueados en múltiples batallas políticas y los mismos jamás deben ser subestimados. Lo que se desprecia hoy puede hacer falta mañana.
Y en el caso que ganemos la Presidencia, como deseamos todos los perremeístas, el presidente Luis Abinader necesitará de legisladores, alcaldes, regidores y dirigentes locales, confiables y calificados, para defender su gobierno frente a cualquier contingencia, y garantizar el respaldo institucional de un partido fuerte y unido.
En San Pedro de Macorís el diputado Nelson Arroyo y sus seguidores están proclamando a los cuatro vientos con morbosa alegría, «El Primo se jodió, Sergio Cedeño del PRSC será el candidato a síndico». De esto ser ciertos. De materializarse el mezquino y egoísta deseo de Arroyo y su grupo, podría conllevar que centenares de dirigentes y simpatizantes del PRM se replieguen y enfríen e incluso cientos quizás hasta renuncien públicamente del partido, dadas las expectativas y esperanza que concita la amplia simpatía social y popular del Lic. Héctor Luis Febles (El Primo), cuya ascendencia en los diferentes sectores de la comunidad vaticina una gran unidad popular alrededor de su candidatura contra el candidato de la alianza PLD-PRD. ¡Muchos planes y proyectos en beneficio de San Pedro de Macorís quedan en el intento!
En San Pedro de Macorís el ambiente político presagia que el partido puede ganar la sindicatura en la persona del Lic. Héctor Luis Febles (El Primo), un fenómeno de simpatía política y social por todas partes. Un hombre respetado y apreciado por miles de personas. Además, el Ayuntamiento de esta ciudad debe ser visualizado como si fuera del PRM partiendo del criterio político de que el síndico Tony Echavarría llegó y se ha reelegido con los votos de la mayoría perredeístas que hoy es el PRM, por razón de gravedad más del 70 por ciento de los empleados del cabildo son reconocidos simpatizantes y dirigentes del PRM y si Sergio Cedeño, Josecito Hazim Frappier y el PRSC logran su dominio, todos los perremeístas serán implacablemente cancelados.
Al día de hoy mi amigo Luis Abinader crece en las encuestas, resultado de tener un discurso cónsone con el deseo de cambio de la mayoría del pueblo dominicano hastiado del latrocinio gubernamental y la base corrupta que sustenta la desmedida ambición reeleccionista del presidente Danilo Medina. Por ello es, (hasta ahora) el mejor candidato del momento. Así lo percibe el país político.
Empero, falta un largo y tortuoso trecho por recorrer desde hoy hasta mayo 2016 y cualquier desliz, parcialidad nefasta, descuido, sobrestimación, mezquindad o terquedad política, puede malograr el camino del triunfo. La unidad del partido es crucial, todo el mundo hace falta. Es necesaria la mayor alianza interna posible. Jamás debemos descuidar nuestra base raíz ya que la misma le permitirá al PRM la suma capacidad cualitativa, y la calidad para encabezar y liderar la necesaria convergencia de fuerzas opositoras para poder derrotar la maldita reelección presidencial de Danilo Medina.