>Enviado por: Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ A la izquierda Sean Bell y la novia con quien se casaría aparecen con la hija de ambos, a la derecha cinco de los siete policías que lo acribillaron disparando 50 balazos e hirieron a otros dos civiles y que sólo han sido amonestados.
NUEVA YORK._ Poer haber hecho 50 disparos con los que asesinaron a Sean Bell e hirieron a dos de sus acompañantes, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, siglas en inglés), acaba de “amonestar” a los siete oficiales que participaron en la mortal balacera, medida considerada como un “gran premio” a ellos por activistas que luchan contra la brutalidad policial en la ciudad.
La medid, anunciada esta semana por el comisionado Raymond Kelly, ha provocado el asombro de muchos sectores y medios de la ciudad y la ira de activistas que como el reverendo Al Shaprton han estado procurando que se haga justicia en el caso.
Tres de los cinco policías estuvieron directamente involucrados en la muerte de Bell y las heridas a sus acompañantes la noche antes de casarse y después que el trío civil saliera del bar nudista Kalua en Queens, donde la víctima celebraba su despedida de soltero.
Los oficiales fueron absueltos junto a otros de los cargos criminales en relación al ataque.
Paul Brown, portavoz de la policía dijo que el departamento podría estudiar otras medidas administrativas contra los siete oficiales. Aunque los abogados y parientes de Bell han tratado de que un jurado federal se ha cargo del caso por violación de los derechos civiles de las víctimas, los fiscales de esa instancia, no han querido revelar si asumirán esa postura contra los agentes.
Las sanciones son por haber hecho disparos en violación a los reglamentos del departamento de la policía, explicó el comisionado Kelly.
Las sanciones son por haber hecho disparos en violación a los reglamentos del departamento de la policía, explicó el comisionado Kelly.
Entre los oficiales figuran Gescard Ignora, Michael Oliver y Marc Cooper, quienes abrieron contra el carro de Bell sencillamente porque “creyeron” que éste y sus amigos estaban armados y no obedecieron la orden de detenerse.