Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
SAN PEDRO DEMACORIS, Martes 19 de julio 2016.– Para entender el llamado «Ciclón electoral de 2016» acuñado por el mercadólogo y sociólogo José-Dorin- Cabrera, en su artículo análisis de los resultados electoral del pasado 15 de mayo, publicado en fecha lunes 18 de julio en varios medios digitales, entre ellos EL COLOSO DE MACORIS.COM, cuyo resultado fue la imposición de la candidatura reeleccionista del Presidente Danilo Medina por el Estado dominicano. Obliga la lectura de este interesante trabajo de cuestionamiento post electoral a recorrer terrenos político, social, jurídico y cultural partiendo de la definición conceptual del Estado. La magnitud de su potencialidad manipuladora, su influencia emocional y proyección psicológica dominante, dentro de un contexto político dependiente y personalizado.
Aquella vez que el Danilo pre-candidato exclamó apesadumbrado e impotente «el Estado me venció», ante el revés sufrido de mano de su contrincante interno el entonces presidente Leonel Fernández , éste se impuso un bajo perfil de repliegue mientras desplegaba tácticas ganadora de espacios políticos, reagrupando y fortaleciendo sus fuerzas internas y externas, concibiendo una estrategia acumulativa cuyos resultados le han sido exitosos. Desde el 2012 Danilo Medina se ha convertido en la figura apabullante del Poder político. Sagaz, has sabido combinar en tiempo y espacio su clara ambición con la astucia. Ahora la realidad es otra: él es quien domina e impone. Ha convertido a Leonel Fernández en una histriónica imagen performance. Hoy él es el Poder con toda su parafernalia: empresarios, banqueros, industriales, eclesiásticos, religiosos, gremios laborales, comunicadores sociales, periodistas, grupos deportivos, políticos acomododaticios, arribistas, oportunistas, aprovechadores profesionales, gentes sin escrúpulos, entre otros tantos adocenados, lo idolatran cual mesiánico, competitivamente lo adulan procurando recibir alguna canonjías a cambio de su claudicación pusilánime. (¿Será el tiempo de Danilo Medina más allá del 2020?). ¡La equivocación sería apropiada!
El amigo Dorin Cabrera sabe por conocimiento libresco y referencia histórica la amplitud desbordante que implica el uso coercitivo e inescrupuloso del Estado como instrumento de sometimiento y control. El genio político de Lenin abordó con rigurosidad científica la significación pluralista del Estado, partiendo del legado teórico de Marx y Engels. Categorizó que el Estado es una máquina para someter y subordinar la dominación de una clase sobre otra. Y Danilo Medina y el peledeísmo gobernante que le acompaña han sabido oportunamente y sin escrúpulo alguno, servirse del Estado para avasallar sus contrarios y desarrollar una estrategia de continuidad permanente. Apoyado en su dominio mediático y comunicacional pagado con los recursos estatales, en cuyo escenario petulante y mediocre la ingratitud y la traición afectiva “se presentan como condición del éxito”, han sabido proyectar en la psiquis popular la posibilidad de la oposición como un espejismo sin perspectivas. ¡Cuántas maledicencias ¡
El amigo Dorin Cabrera peca de ingenuo cuando, ¿alarmado?, se pregunta estupefacto: «¿Cómo explicar que sin que, en el país en ese mes de marzo de 2016, aún no había ocurrido el ciclón electoral del 16 de mayo, de 2016, Danilo duplicara la brecha que lo separaba de Luis Abinader, al pasar de una distancia de 16 puntos porcentuales a 30 puntos porcentuales?». Las respuestas a sus interrogantes inquietudes podríamos encontrarla en la conciencia liquida que hoy predomina como individualidad emocional en la mayoría de los potenciales electores o votantes que concurrieron al pasado proceso electoral. ¿Y qué es esto de conciencia liquida? Pues, una categoría sociológica conceptualizada por Zygmunt Bauman y Richard Rorty, para abordar con criterios críticos desde la ciencia social y la filosofía las nuevas características del individualismo mezquino que apunta las relaciones sociales y afectivas. Así las cosas, en el contexto electoral dominicano las relaciones entre las masas-muchedumbre y los candidatos de la oposición a puestos electivos estuvieron sustentados en un entusiasmo líquido, precario, transitorio y volátil, «rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la falta de confiabilidad». Contrario a lo liquido, “…los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo». «La modernidad líquida es un tiempo sin certezas». “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (…) sustituir por el orden”. Los vínculos de compromisos políticos raigado en valores éticos tienden a perdurar por encima de presiones y chantajes provenientes del poder.
(Fotos de Zygmunt Bauman y Richard Rorty, los propulsores de la teoría de la realidad liquida)
La masa-muchedumbre están entrampadas en una realidad liquida, enajenadas, se comportan con mezquindad despreciando o ignorando los peldaños hacia una nueva aurora de prosperidad social y conquistas políticas anheladas. No hay reparos de escrúpulos en la brega por su subsistencia.
En medio de su vacío existencial ven los actos de saqueo y corrupción en la administración pública como algo normal, mientras crecen en su entorno puntos de ventas de drogas, colmadones ruidosos, lupanares, bancas de loterías, juegos de azar, consumo de estupefacientes, iglesias que predican la conformidad y la resignación a la espera de un Cristo Salvador que lo sacará de este mundo corrompido para llevarlos a un paraíso imaginario. ¡Qué ingenuidad! El aliciente a su pobreza y marginación impuesta por un sistema injusto y arbitrario que prioriza privilegios a la clase dominante y gobernante, está en las dadivas gubernamental: Bono Gas, Tarjeta Solidaridad, Bono Luz, Comer es Primero, y otras ridículas prebendas irrisorias proveniente del Estado. A cambio los beneficiarios tienen que plegarse, rendirse a sus verdugos, entregarse y sumarse al partido de gobierno so pena de perder las migajas que perciben. ¡Cuánta humillación¡
Esa masa-muchedumbre carece de formación cultural y educacional. Vive incomunicada, desinformada, indiferente de la problemática que le golpea, Robotizada por la manipulación estatal. La individualidad de las masas, incapaz de comprender la necesidad de organizarse para afrontar la ignominia que la azota. Solo le preocupa sobrevivir no vivir. El aparato de propaganda y sumisión gubernamental explota su ignorancia asentada en su conciencia liquida, la arrastra a su predio aprovechándose de su falta de conciencia ética y social. Esa masa-muchedumbre carece de lucidez para discernir su futuro. Su estado líquido lo traiciona. A la prevalencia de esta cultura política fría y pragmática Richard Rorty le llamó “esperanza egoísta común”.
Solo desde una visión filosófica alcanzaríamos a medir el alcance intencional de Danilo Medina. No olvidemos que Marx, Engels, Plejanov, Lenin, Trotski y Mao Tsé-tung, partieron de la filosófica para desentrañar el ámbito político circundante y darse la estrategia pertinente hacia la toma del poder.
Esta realidad subyacente obliga a nuevos diseños estratégicos electoral. Una campaña corta, de tres o cuatro meses no es tiempo para poder llegarle a esa masa-muchedumbre resignada a su suerte maldita, embotada, reducida a subsistir por subsistir sin pensar en vivir. Desde ya hay que comenzar a trabajar, día a día, para tratar de despertarle algún sentido emocional de responsabilidad y compromiso con su propio destino.