Interrogantes e inquietudes del muro fronterizo de Donald Trump

1.- Un estudio llevado a cabo por ‘The Washington Post’ calcula que el gasto en este proyecto rondaría los 25.000 millones de dólares. La cifra es casi el triple de lo que Donald Trump calculó cuando empezó a hablar del muro en campaña electoral: Las primeras menciones del coste (en febrero de 2016) lo situaban en unos 8.000 millones de dólares. En intervenciones posteriores ya admitía que tal vez la cifra podría ascender a 10.000 o 12.000 millones. Sin embargo, todo indica que sus previsiones son demasiado optimistas.
2.- Trump no se cansó de repetir con actitud arrogante y despótica que México pagaría por el muro. Y su entusiasmada audiencia no se cansaba de aplaudirle. Sin embargo, a la hora de la verdad (es decir, ahora) se ha visto obligado a reconocer que será Estados Unidos el que pagará el proyecto al menos inicialmente. Sin embargo, se mantiene como puede en su postura inicial: «México, de alguna manera, y hay muchas, nos lo va a reembolsar». Y añadió: «Va a pasar, ya sea mediante un impuesto o más probablemente, un pago, va a pasar». El gobierno mexicano, lógicamente, lo niega con la misma obstinación. En cualquier caso, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se reunirá con Trump el próximo 31 de enero, en un encuentro que será clave para avanzar en esta controvertida cuestión.
3.- Durante la campaña Trump pintó en la imaginación de sus fieles un muro que se alzaba sobre el suelo a una altura imponente: «entre 34 y 40 pies» (entre 10 y 12 metros), decía. En algunos momentos de euforia afirmó que alcanzaría los 15 metros. Por ahora, todo sigue siendo cuestión de imaginación. Si hay un proyecto de construcción, no han trascendido datos exactos sobre su altura.
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4.- En cuanto a su extensión, aunque el trazado está siendo aún objeto de estudio, podemos remitirnos a las palabras pronunciadas por Trump hace poco menos de un año: «No necesitamos construir 2.000 millas de muro [3.200 kilómetros, que es la longitud total de la frontera], necesitamos 1.000 [unos 1.600 kilómetros], porque tenemos barreras naturales».

5.- Trump ha hablado en todo momento de «muro» (wall), pero más adelante reconoció que «en algunas áreas» podría ser solo una valla. Hace tan solo una semana volvió a precisar que «va a ser un muro, no una valla».
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6.- Además, en uno de sus discursos más explícitos al respecto, pronunciado precisamente en el estado fronterizo de Arizona durante su campaña electoral, aseguró que el muro contaría «con la mejor tecnología arriba y abajo de la tierra: sensores, torres, vigilancia aérea y poder humano para reforzarlo, encontrar y desmantelar túneles, manteniendo fuera a los carteles y criminales».

7.- Estas son las declaraciones más recientes del presidente Enrique Peña Nieto al respecto: «En ningún momento aceptaremos nada en contra de nuestra dignidad como país ni de nuestra dignidad como mexicanos. No son negociables principios básicos como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales. Es evidente que tenemos algunas diferencias con el próximo gobierno de Estados Unidos, como el tema del muro, que México, por supuesto, no pagará».

8.-Según informa el diario ‘El Mundo’, «hacer el muro entra en conflicto con al menos 7 leyes de protección del medio ambiente y del patrimonio cultural». El mismo diario, en un reportaje al respecto, señala que: «Aunque apenas se ha hablado de ello, el aspecto jurídico es mareante. Porque si hay 2.000 kilómetros de frontera sin amurallar, en su inmensa mayoría en Texas, no es porque nadie lo haya pensado. Es porque en ese estado, al contrario que en Arizona, Nuevo México y California, la inmensa mayor parte de los terrenos que lindan con México son de titularidad privada, no pública. Eso hace que el Congreso tenga que decidir sobre su expropiación parcial, ya que las barreras entre los dos países están entre uno y cien metros dentro del territorio estadounidense y, obviamente, México no va a dejar que pasen las excavadoras por su territorio».

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