José E. Flete Morillo <profesorflete@gmail.com>
A quien pueda interesar.-
Escrito por: José Flete Morillo.
En estos días, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, pasa por un momento crítico en el sentido de que nos hemos convertido en el tema del País, pero no en bien sino todo lo contrario; por lo que he podido escuchar de los diferentes medios de comunicación, pagados o no, he podido apreciar con total vergüenza expresiones de hastío cargadas de todo tipo de imprecaciones. Es cierto que muchos de esos medios están solventados por una claque insaciable que pernocta desde hace décadas en las esferas del poder; sin embargo, no es menos cierto que sus argumentos tienen fuerte asidero puesto que nosotros mismos, alimentados por una politiquería barata, les hemos suministrado, intencionalmente o no. Somos tan osados que ni nos percatamos que estamos «amolando cuchillo para nuestra propia garganta» . Es el peor acto de temeridad visto en la historia de nuestra Universidad.
De todas partes, con o sin razón, nos lanzan lodo y nosotros, en vez de hacer un necesario análisis introspectivo, recurrimos a una exquisitez insular que cada vez más nos está arrastrando al abismo. Cada día que pasa vamos perdiendo, como institución, terreno; nos estamos adentrando a una proscripción orquestada por nosotros mismos. Parece que nuestra ínfula de primeriad nos ha entontecido tanto que no nos damos cuenta que cada vez más somos menos imprescindibles: actualmente donde quiera hay una universidad o un instituto superior, ya no somos la única universidad estatal y, como tiro de gracia, el Estado se ha encargado de ofrecer becas a granel en universidades que, no obstante su finalidad mercantilista y, en algunas, escasa preparación de sus docentes y la «baja calidad de sus productos», garantizan que los alumnos terminen en «tiempo record». Lo absurdo nos ha impregnado tanto que no entendemos que «ya no somos los únicos».
Esta situación nuestra es preocupante, estamos sumergidos en nuestros propios intereses que de paso estamos obviando que nuestros principales aliados, los estudiantes, se están hartando de tanta incertidumbre e histrionidad. Es cierto que están condicionados por comunicadores malsanos y prostituidos, pero también es cierto que nosotros lo hemos permitido al descuidar nuestro papel en la sociedad desde la UASD. Perdonen que lo diga de esta forma, perdonen que lo exprese así, pero estamos destruyendo la UASD, estamos matando a la «gallina de los huevos de oro», para luego llorar como imberbes lo que no supimos defender y cuidar como profesionales, como hombres y mujeres comprometidos con una causa justa y concreta.
Que me excuse mi gremio pero con eso de la huelga no estoy de acuerdo, en lo absoluto. La causa es justa pero estamos cavando nuestra propia tumba, estamos porreando a miles de aliados que todavía creen en nosotros. Creo que podemos buscar otro método, podemos recurrir a otro menos recurrir a un paro que por demás es absurdo y que nos está dejando muy mal parados.
No sé si esto le interese a alguien pero a mí, en lo personal me ayuda a explicarme mejor. Cuando asumimos la Dirección del Centro UASD San Pedro de Macorís, iniciamos con menos de seiscientos estudiantes y con una sociedad cerrada cuyas clases política y empresarial nos resistía francamente y la población por su parte dudada de la permanencia de nuestro Centro. Muy pocos nos hacían caso; tuvimos que cambiar de método, bajar de perfil, ofertar en vez de pedir, nos lanzamos a pecho abierto a la comunidad ofreciendo lo poco que tenemos y, mediante las actividades culturales y educativas, hablando de la importancia de la UASD. Donde quiera que íbamos nos enrostraban «los líos de UASD» argumentos que rebatíamos con la histórica incidencia de la UASD en la vida social dominicana. Hoy logramos algo de respeto, la comunidad está confiando en nosotros al grado que tenemos más de dos mil estudiantes de grado y más de doscientos estudiantes de maestría. Gracias a Dios, mil veces gracias a Dios, en San Pedro la UASD está triunfando…Pero si se persiste en este paro, si no mejoramos nuestro servicio, en fin, si no nos respetamos a nosotros mismos como profesionales, como académicos, como universidad se nos vendrá todo abajo. Y lo digo especialmente por San Pedro de Macorís, donde nos ha costado mucho ganar la confianza de la comunidad, nos ha costado mucho lograr que la comunidad petromacorisana nos considere parte de ella.
Pero esta situación nos está afectando mucho y negativamente; lamento informar que me he topetado con estudiantes de nuestro Centro, dentro y fuera de San Pedro de Macorís, y cuando les inquiero sobre su ausencia en la Universidad me dicen que «tuvieron que irse a otra universidad porque en la UASD, con los líos y las huelgas, se pierde mucho tiempo»; esto me avergüenza, y más porque no puedo rebatir sus argumentos. Si nuestro gremio persiste en su llamado a paro, lamento decirlo (no es tremendismo, ni chantaje ni nada equivalente a la manipulación) lo que nos ha costado años en construir en San Pedro de Macorís, se irá abajo en un santiamén.
Sé que algunos me acusará de «antigremialista», pero es un riesgo que debo correr, pues debo aclarar el peligro que corremos en caso de que esta locura persista. Insisto en que la causa es justa pero que el método es inapropiado.
¡De por Dios…dejemos de ventilar nuestros problemas hacia fuera, eso nos está sepultando, nos está destruyendo, nos está matando; sólo perdemos, nada ganamos…No destruyamos lo que nos ha dado dignidad y respeto…Cuidemos nuestra Universidad!
Atte: Prof. José E. Flete-Morillo.-