Foto de Abdul Hamid Youssef abraza a sus gemelos Ahmad y Aya (CNN)
Domingo, 09 de abril, 2017.- Abdul Hamid Youssef se ha convertido en las últimas horas en la imagen de la brutalidad y el sufrimiento que está causando la guerra de Siria. Este ciudadano es el protagonista de una desasosegaste imagen en la que se le ve abrazando el cuerpo de sus dos hijos gemelos, fallecidos tras el ataque químico perpetrado por las fuerzas del presidente sirio Bashar al Assad.
Youssef vive en la localidad de Khan Sheikhoun, objetivo de los bombardeos que tuvieron lugar el pasado martes y que han conmocionado al mundo. En el ataque, perpetrado con armas químicas, fallecieron la mujer de este hombre, sus hijos y sus hermanos.
Tal y como se cuenta en este articulo por la CNN, Youssef se despertó con el ruido de las bombas y comprobó que su mujer y sus gemelos estaban con vida. Pero cuando salió a la calle para realizar la misma comprobación a la cercana casa de sus padres, se dio cuenta de que el bombardeo no era uno más: por las aceras había personas que se tambaleaban y sufrían espasmos.
En su destino, descubrió con horror que sus dos hermanos habían muerto. No tenían heridas, pero estaban en el suelo y por la boca les salía espuma. Alarmado por si a su mujer y a sus hijos les había pasado algo similar, regresó corriendo a su hogar. Y allí se encontró la misma escena. “Tenían espuma en la boca, hubo convulsiones. Todos estaban en el suelo”, asegura en declaraciones concedidas al mismo medio.
Youssef agarró a sus gemelos y los sacó a la calle, con la esperanza de que el aire fresco o el agua que las ambulancias estaban distribuyendo les pudiera ayudar. Fue entonces cuando un cámara inmortalizó su tremenda angustia y dolor. “Mis niños, Ahmad y Aya, y mi esposa… todos fueron sacrificados”, lamenta Youssef. “Toda mi familia murió”.
La familia de este hombre forma parte de las 80 víctimas que hasta ahora se han contabilizado del ataque que presumiblemente se perpetró con gas sarín y con gas cloro, dos sustancias completamente prohibidas y que fueron declaradas ilegales en la Convención sobre Armas Químicas de 1993, pero que Bashar al Assad no ha dudado en usar contra su propio pueblo.