Fuente Yahoo salud.
Domingo 14 de mayo 2017.– Aunque bien es cierto que los trastornos otorrinolaringológicos son muy frecuentes en los niños y niñas, no hay que restarles importancia. Los adultos que han padecido otitis o anginas saben lo mucho que pueden llegar a doler estas enfermedades.
Virus que causan muchos desórdenes otorrinolaringológicos
Anginas, otitis, laringitis, faringitis… Hay tantas palabras extrañas que solo pensamos en una cosa cuanto nuestro hijo lo padece: está sufriendo y este sufrimiento es insoportable para un padre o una madre, que se sienten desarmados frente a un niño que no juega, llora, duerme mal… Aunque a menudo estos pequeños dolores son benignos y virales, y no necesitan que se tomen antibióticos, no hay que desatenderlos. Es importante tratar los síntomas de esas enfermedades: fiebre, dolores musculares, dolores de cabeza, de garganta, muchas molestias de las que el niño quiere deshacerse.
La primera de las medidas imprescindibles, será hidratar al niño con soluciones específicas que se venden en farmacia y darles mucha agua a los más mayores. Para los síntomas más molestos, se recetarán medicamentos contra el dolor.
Dificultad del niño para expresar el dolor
Si el dolor es difícil de aceptar para el adulto, también lo es para el niño. El dolor se vive mal cuando el niño es pequeño, no comprende su enfermedad y expresa lo que siente con dificultad… Según un estudio* llevado a cabo en más 5400 niños de 1 a 12 años, del 47 al 60% de los niños sienten dolores intensos o muy intensos cuando acudan a una consulta médica por una faringitis. Estas cifras alcanzan el 75% de los niños cuando se trata de una otitis. Una triste conclusión que revela unos tratamientos contra el dolor inapropiados por parte de los padres, pero también una mala evaluación por parte de los médicos.
¿Qué medicamento utilizar según los síntomas?
Los medicamentos que han demostrado su eficacia están actualmente disponibles en soluciones pediátricas. El paracetamol o el ibuprofeno (jarabe, solución, sobres para disolver adaptados al paladar del niño) poseen un efecto analgésico: calman el dolor y permiten que disminuya la fiebre. Para evitar que la fiebre y el dolor fluctúen, es importante respetar la frecuencia recomendada.
No dude en pedirle a su médico que le aclare cualquier duda sobre la receta, la posología diaria y la duración mínima de estos tratamientos para poder administrárselos a tu hijo de la mejor manera posible y cuando lo necesite. Si bien es cierto que los expertos recomiendan administrar un antidolor poderoso en caso de dolor intenso, no siempre se respetan las recomendaciones de las autoridades de la salud.
No olvides que cuando tu hijo llora, no le hace caso a sus juguetes y no toca el plato, no está exagerando. Hoy en día tenemos a nuestra disposición todos los medios para aliviar el dolor del niño. A condición de tomarlo en serio y de no restarle importancia a su sufrimiento.
A.A. Epis de Fleurian
Fuentes:
*Estudio Gavroche de 2004: Gestion thérapeutique et évaluation objective de la douleur chez les enfants consultant pour une otite moyenne aiguë ou pour une douleur pharyngée aiguë. (Gestión terapéutica y evaluación objetiva del dolor infantil en la consulta por otitis media aguda o por dolor de faringe aguda).